Rubies In The Orchard

Una extensa lectura del libro “Rubies in the Orchard” de Lynda Resnick permite conocer gran parte de lo que ha vivido como mercadóloga, a lo largo de 10 capítulos que a la vista parecen ser aislados pero que al analizarlos cuidadosamente se nos muestran profundamente entrelazados.

Lynda desde niña fue encarrilada a actuar en televisión por su padre, que era distribuidor de películas. En ese momento le gusto la sensación de poder y el estimulo de su ego.

En ese tiempo de su vida aprendió a nunca presentarse sin prepararse. Comenta que en 1950 el consume se convirtió en una cultura en Norteamérica. Ella no pensaba en ser mercadóloga pero el hecho de que su padre se negara a pagar sus estudios aun siendo aceptada por la mejor escuela de artes en los Ángeles pues tuvo que enfocarse en otra cosa, su suelo de ser artista se fueron por el caño. Pero, que seguía ahora, detenerse y quedarse estancado no sería lo ideal.

Ella nos dice que después consigue empleo en una boutique, entonces se da cuenta que las ventas eran como respirar para ella, lo hacía tan natural, pasa en convertirse en mercadóloga. Deja ese empleo y se va a una compañía de correos pero fue uno de tantos ya que es una persona que consiguió suficientes empleos independientes.

Lynda abrió una pequeña agencia. En ese momento tenía 19 años.

El amar hacer anuncios y amar todo sobre la mercadotecnia a esa edad fue de mucha ayuda para seguir adelante.

A pesar de ser una madre que trabajaba a tiempo completo con responsabilidades tanto en casa como en la oficina tenía un negocio en ascenso.

Tuvo un problema con un sujeto que hizo que arriesgara todo lo que había trabajado tan duro. Eso no la detuvo supo cómo salir adelante, como resolver tantos problemas.

Eso la llevo a dirigirse al final de su carrera del anuncio pero eso no fue un final si no un gran comienzo de algo mas grande. Lynda demuestra ser una mujer fuerte, inteligente pero no un genio como ella misma menciona.

Por el tercer capítulo nos dice que conoce a Stewart, el vendió su compañía de limpieza y juntos comenzaron a conseguir tierra para agricultura.

Compraron teleflora donde en un tiempo después Lynda se convierte en presidenta de teleflora.

Aquí comienza a desarrollar principio de mercadotecnia y desarrollo de marca que le servirían en el futuro.

La lección más importante es la auto enseñanza, nosotros no podemos aprender a ser un buen mercadólogo desde una libreta. La mercadotecnia se trata de escuchar. Debemos ser el equivalente de un buen amigo.

El resto será investigación de mercados, análisis estadísticos, economía y finanzas.

Su negoció de teleflora floreció gracias al USO para tener éxito. No solo entregaba un servicio, aquello tenía un valor agregado.

Ella aprendió a decidir y desarrollar productos ganadores cuando adquirió a Mint.

Es cierto. Hay que darle a la gente más de lo que espera, esto complementa su gusto e inteligencia.

Es muy importante el valor agregado. El valor es real, incluso cuando el producto es 100 % falso. Para explicarnos bien ella paso por una situación donde compra unas perlas, las perlas de Jacki Kennedy. Que eran unas perlas falsas pero con un inmenso valor. Que al comprarlas en una subasta supo como reproducirlas y venderlas en Mint para sus coleccionistas, apresar de vender hermosas muñecas y autos a escala de la mejor calidad.

Lynda y Stewart entraron al negocio

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