Secuestro Y Extorcion

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO PARA EL PODER POPULAR

DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD

NÚCLEO ARAGUA

PLAN PARA LA PREVENCIÓN Y COMBATE DEL SECUESTRO BREVE Y LA EXTORSIÓN EN LA CIUDAD DE MARACAY, MUNICIPIO GIRARDOT. EDO. ARAGUA.

Autores:

Diego Yrigoyen

Jonathan Barriosnuevo

Wilson Niño

Maracay, 2014

MOMENTO I

Planteamiento del Problema

Uno de los problemas afecta a los habitantes del Estado Aragua, es el Secuestro y la Extorsión y las estadísticas establecen que el mayor número de ellos se cometen en personas que suelen hacer demasiadas demostraciones de su poder adquisitivo, que gustan de alardear de su estatus social, que dejan que todo mundo vea quienes son, que no tienen el mínimo cuidado de con quien se relacionan, que dejan a su paso claras huellas de su poder patrimonial.

Casi siempre los Secuestros se ejecutan en calles desoladas o con poco tránsito vehicular y peatonal, escuelas, casas, estacionamientos con poco o escasa presencia de patrullajes o vigilancia policial, por lo que no está demás tomar ciertas medidas preventivas para evitar ser víctimas de estos delitos.

Las víctimas potenciales de los delitos de Secuestro y la Extorsión son personas acaudaladas, de excelente posición económica, parientes de grandes hombres de negocios, gente que está en la cúspide del éxito y que tiene ingentes ganancias fruto de negocios personales, de un excelente cargo directivo y que no se muestran interesadas en contar con una eficiente protección. Las víctimas son personas que están descuidadas de su seguridad personal o que cuentan con una endeble y fácil de vencer.

Al respecto, Buroz (1975) establece que el secuestro “consiste en privar a alguien de su libertad para luego exigir un rescate por su liberación” (p.187). El secuestro de personas es un delito doloso, permanente, complejo, de peligro y de daño. Un hecho inesperado, e impredecible, de aparición brusca, multicausal y de innumerables tipos. Entre los de mayor incidencia se mencionan: el Secuestro extorsivo, el Secuestro exprés, virtual y político.

Para Núñez (2002), la consumación de este hecho delictual, se ha realizado con la finalidad de exigir el rescate aun cuando no se requiere que se obtenga el precio de éste, ni que éste precio haya sido solicitado. Para que se consuma es suficiente la privación de libertad con el referido propósito.

La Extorsión constituye una lesión al patrimonio mediante el empleo de coacción moral o violencia privada. El rasgo distintivo de éste delito es que el agente obliga al propietario a entregarle algo por sí mismo. Buroz (1975) dice que es una lesión de la propiedad cometida mediante la restricción de la libertad. Estamos ante un delito complejo, de daño e instantáneo, de acuerdo a Grisanti (2005) y Núñez (2002).

Cualquier persona independientemente de la edad, sexo, condición económica, puede ser víctima de los delitos de Secuestro y Extorsión y casi todos ellos ocurren por descuido o falta de una cultura de prevención del sujeto, quien en su mayoría no están preparados para prevenir ser víctima del secuestro; aunado a ello la ineficacia o ausencia de políticas criminales de forma coordinada en materia de extorsión y secuestro por parte de los órganos de seguridad del Estado.

Refiere el autor Grisanti (2005) que el sujeto pasivo de los delitos de Secuestro y Extorsión es indiferente. La persona puede ser la secuestrada o un tercero (un familiar o un amigo del aprehendido). En el primer caso y en el segundo la persona extorsionada o un tercero apreciado por aquél. Los secuestradores no distinguen sexo, ni edad, simplemente se llevan a quien consideran que su rescate representa una fuerte cantidad de dinero. Si es niño, anciano, mujer, hombre, eso no importa, lo que importa es obtener un cuantioso rescate.

Dentro del mismo orden de ideas, el Secuestro y la Extorsión son una de las modalidades de delitos más representativas de la complejidad que muestra el mundo delictivo, no sólo por la cantidad de delitos que intervienen en el mismo, el hecho que cierta parte de la delincuencia común se ha volcado a ellos, sus nexos en ciertos casos con el narcotráfico, que evidencian la falta de cierto control territorial por parte del Estado, sino fundamentalmente porque la víctima en realidad es la indirecta: la familia y el entorno inmediato del cautivo, lo que multiplica en gran medida la percepción de inseguridad.

En los países Latinoamericanos, la República de Colombia ocupa el primer lugar y es considerado como el reino del secuestro. Guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y delincuentes comunes sumados retienen unas 1.400 personas, aunque las cifras reales pueden ser cuatro veces mayores. En los últimos seis años hubo más de 18.000 secuestros, alrededor de 3.000 por año, y 600 víctimas murieron en cautiverio.

Un estudio reveló que los secuestros se quintuplicaron en Argentina son más de 100 los delincuentes dedicados a raptar personas para luego cobrar un rescate por dejarlas en libertad. Los secuestros aumentaron en 565 por ciento en los últimos dos años, de acuerdo con cifras que publicó el diario El Clarín. En 2001, se denunciaron 46 secuestros, mientras que el año pasado el número ascendió a 306 casos, según cálculos del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. En los casos denunciados del año pasado, los secuestradores recaudaron en total tres millones 320 mil pesos argentinos (un millón 145 mil dólares).

En Venezuela el Secuestro se ha convertido en un problema de seguridad pública, por su magnitud y relevancia, que ha venido adquiriendo desde hace varios años, dada la percepción de inseguridad e impunidad que embarga a la gran mayoría de los venezolanos y extranjeros que residen en nuestro país.

El Secuestro ha ido invadiendo cada vez más al país dirigiéndose incluso hacia las grandes ciudades, ya que inicialmente los plagios se realizaban muy cerca de las haciendas, luego se comenzaron a efectuar en los lugares

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