Similitud Y Diferencia Entre Liderazgo Empresarial Y Liderazgo Militar

SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE EL LIDERAZGO MILITAR Y EL LIDERAZGO EMPRESARIAL

1. INTRODUCCIÓN.

Se dice que West Point es la mejor fábrica de líderes del mundo. Líderes de la talla de Eisenhower, MacArthur, Bradley, Clark y Patton, entre otros, demostraron en la Segunda Guerra Mundial como superar el reto de conducir la empresa más compleja de todas y en las condiciones más extremas de presión: la Guerra. Supieron tomar las mejores decisiones posibles de manera rápida, con poca información y alta incertidumbre, aun cuando éstas afectaban miles de vidas.

Y es que se dice que “si Harvard es el West Point del capitalismo, en lo que se refiere a formación de líderes, West Point es el Harvard del Liderazgo” (Carreño Fernández, 2010). West Point en su modelo de formación integral complementa un estilo espartano por su dureza y austeridad, sembrando la disciplina, obediencia y sacrificio; con un estilo ateniense que además de enseñar lo técnico de la profesión en lo pertinente a los ámbitos específicos de la milicia incluyendo las ciencias y tecnologías aplicables, forma valores morales y desarrolla habilidades humanas. Curiosamente, al estilo de los programas de estudios de cualquier escuela de negocios del mundo, dentro del pensum académico de West Point encontramos un conjunto de materias relacionadas con el desarrollo de habilidades gerenciales: Introducción a la Gerencia, Marketing, Relaciones Internacionales, Finanzas, Gerencia de Recursos Humanos, Gerencia Estratégica, etc . La especialización en estudios de gerencia en West Point tiene como propósito ayudar a liderar con eficiencia y efectividad una organización. El General Edward C. Meyer decía: “El Liderazgo y la Gerencia no son ni sinónimos ni conceptos intercambiables. Está claro que un buen gerente civil debe liderar, y un buen líder militar debe gerenciar. Ambas cualidades son esenciales para el éxito.”

Este trabajo no pretende explorar exhaustivamente los múltiples conceptos del liderazgo ni sus diferentes estilos a partir de los cuales establecer sus diferencias y similitudes en los ámbitos militares y empresariales. De hecho, el propósito de este trabajo es aplicar un método exploratorio y descriptivo para reflexionar ante la siguiente hipótesis: No hay diferencias en el ámbito militar y empresarial en cuanto a los conceptos, principios y estilos de liderazgo, siendo su aplicación similar; lo que distingue el liderazgo militar de cualquier otro, es un tema de intensidad de las acciones y consecuencias de resultados, puesto que en su aplicación podrían estar en juego vidas humanas.

2. ANÁLISIS.

Hasta hace poco más de una década se decía que nunca un constructo había sido estudiado tanto y sin embargo sepamos tan poco de él. Sin embargo, actualmente se considera que dentro de la investigación del comportamiento humano y organizacional la ciencia ha aprendido mucho respecto a lo que constituye el liderazgo, de donde proviene, como puede ser medido, que contribuye a que sea ético o no ético, porque la gente adopta una u otra teoría, y como los diferentes contextos alteran su interpretación (Avolio, Sosik, Jung, & Berson, 2003). Para Cogliser y Brigham, aun cuando el liderazgo en el ámbito teórico ha alcanzado su “madurez”, ha enfrentado conflictos con respecto a su definición, adecuación teórica, medición, confusión en los niveles de análisis, especificación de modelos, legitimidad y evidencia empírica debidamente probada (Cogliser & Brigham, 2004).

Pero pasar del “estado de arte” al “estado de práctica” en este campo es extremadamente difícil. No es posible que haya situaciones, objetivos y seguidores que se repitan. Cada líder como ser humano, es único e irrepetible, así como lo son sus seguidores.

Para establecer similitudes y diferencias entre el liderazgo militar y el liderazgo empresarial, es necesario establecer dos definiciones como “generalmente aceptadas” en cada caso. Para el Ejército de los Estados Unidos de Norteamérica, el liderazgo es: “el proceso de influir sobre las personas al brindar propósito, dirección y motivación, mientras se dirigen las acciones que logran la misión y mejoran la organización (U.S. Army, 2000)”. Por otro lado, Robbins define al liderazgo como: “la capacidad de influir en un grupo para que se logren las metas (Robbins, 1993)”.

Para ejercer liderazgo en cualquiera de los dos ámbitos, civil o militar, se requiere de motivación, autoridad, trabajo en equipo, inteligencia emocional, enfoque sistémico, capacidad de toma de decisiones, intuición, facilidad de comunicación, etc. Las diferentes teorías, enfoques o estilos, en lo conceptual son aplicables de igual manera para cualquiera de los dos ámbitos. Tanto en el mundo empresarial, como en Fuerzas Armadas, podemos distinguir estilos de liderazgo transformacionales, visionarios, transaccionales, carismáticos y autoritarios. Los conceptos, elementos, herramientas y habilidades en esencia son equivalentes, pero las consecuencias de su aplicación no. En Fuerzas Armadas el liderazgo surge como una necesidad, en el mundo civil es un “deseable”. No nos podemos contentar con “la posibilidad de que surja un líder”, “ojalá que recursos humanos lo contrate”; en Fuerzas Armadas tenemos que formar líderes.

Para entender mejor este aspecto de que las diferencias están en las consecuencias, Fernandez-Aceytuno utiliza una metáfora muy ilustrativa: “lo que diferencia el liderazgo militar del liderazgo en otras organizaciones es lo mismo que diferencia a un torero y un futbolista. El futbolista un día falla un penalti y al día siguiente la vida sigue igual. El torero pone mucho más en juego (Fernandez-Aceytuno, 2009).”

Otro aspecto que diferencia al liderazgo militar del liderazgo empresarial, es la intensidad de las acciones. Un universitario recién graduado, normalmente dispone de un periodo de tiempo, más o menos largo, para adaptarse al mundo profesional y adquirir la experiencia que le permita asumir poco a poco responsabilidades cada vez mayores. Un Oficial apenas recibe sus primeros despachos una vez graduado, probablemente se encuentre liderando hombres y gestionando recursos en una unidad de frontera. De él dependerán vidas humanas, y sus acciones u omisiones tendrán implicaciones de mucha más incidencia.

Lamentablemente el racionalismo y el materialismo latentes como consecuencia de la consolidación del capitalismo en gran parte de la humanidad, han originado que el ser humano dé más valor a lo tangible que a lo intangible, sembrándose la falsa idea de que el éxito está en “el tener” y “el parecer” por encima de “el ser”. El egocentrismo, el hedonismo, la excesiva ambición y la necesidad de resultados a corto plazo propios de una sociedad de consumo han generado una crisis de valores que han dado paso al surgimiento de las burbujas inmobiliarias, la contaminación de activos tóxicos del sistema financiero mundial, la especulación financiera, los grandes fraudes contables, empleo precario, galopantes tasas de desempleo y desahucios, como marca de identidad de la crisis económica mundial actual.

Y es que en tiempos de crisis es cuando más la humanidad demanda líderes. La sociedad capitalista privilegió lo tangible muy por encima de lo intangible, y vivimos también una crisis de liderazgo marcada por ausencia de valores, falta de integridad y pérdida de la confianza.

Tanto en el ámbito militar como en el empresarial, es urgente que recuperemos la capacidad de formar líderes. Líderes que sean capaces de ejercer su autoridad, tomar decisiones en entornos de alta incertidumbre, adaptarse a los constantes cambios, puedan delegar y sobre todo, sean ejemplo para sus seguidores. En torno a estas cinco ideas se distinguirán las similitudes y diferencias posibles en cuanto a las consecuencias e intensidad de las acciones, puesto que como habíamos mencionado antes, el liderazgo es uno solo.

La primera idea tiene que ver con el Liderazgo Ejemplar. Para explicarla mejor usaremos el relato de Jenofonte en su libro Anábasis. Tras la muerte de Darío y nombrado Artajerjes como su sucesor, su hermano Ciro, forma un Ejército de mercenarios mayoritariamente griegos para recuperar el trono. Luego de marchar varios meses con más de 10,000 hombres, Ciro muere en la Batalla de Cunaxa junto a sus principales Generales y Capitanes. Atrapados en una grave situación, rodeados por un enemigo considerablemente superior, en medio de ríos y montañas difíciles de atravesar, y, sin guías que los conduzcan a casa, los griegos nombran a Jenofonte su líder para enfrentar la situación de crisis. Jenofonte supo transformar la situación de desesperanza completa a una situación de valentía y arrojo. Si bien es cierto fue muy hábil en utilizar las tres principales herramientas que tiene un líder: una comunicación franca y transparente, el ejercicio apropiado de la autoridad, y la motivación. Dio sentido al hecho que únicamente la vida sería un objetivo superior al oro ofrecido por Ciro, motivo por el cual habían marchado juntos hasta tan lejos. Pero la herramienta más poderosa que Jenofonte utilizó para emprender la marcha de retorno a casa fue el “ejemplo”. Jenofonte se exigió así mismo así como también a sus Generales y Capitanes recientemente nombrados, a quienes arengó de la siguiente manera: “…sabed que nunca tendremos mejor momento que ahora para declarar quiénes somos los que aquí nos reunimos; porque todos los soldados tienen puestos sus ojos en vosotros, y si nos ven desmayar, todos serán ruines y cobardes; pero si nos mostramos con determinación frente a los enemigos, animaremos a los demás y que no os quepa duda que nos seguirán y procurarán imitarnos (Jenofonte,

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