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Sinuhé El Egipcio


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2013  •  1.809 Palabras (8 Páginas)  •  284 Visitas

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En sus orígenes, la literatura y la medicina han formado un eslabón indisoluble. El hombre hace más de cinco mil años es igual en esencia, sin embargo, sus pensamientos han evolucionado acordes al entorno del momento histórico.

Desde la creación hemos tratado de explicar en vano innumerables interrogantes, entre ellas dos fundamentales: ¿de dónde vengo?, ¿hacia dónde voy? A pesar del avance científico, hasta el momento no ha sido posible darles respuesta. Hoy sólo tenemos una certeza: "la muerte", y en contra de ella algunos practicamos la medicina.

Tanto los escritores como los médicos somos seres humanos, vulnerables y en algún momento de nuestra existencia hemos tenido contacto con la enfermedad, el dolor físico y la muerte.

La necesidad de comunicación con nuestros semejantes sobre las dudas, los sufrimientos y las experiencias, personales o ajenas, a partir del proceso patológico puede ser el origen de la inquietud literaria y dar como resultado un texto narrativo que conjunta al enfermo, al médico y a la medicina como partes medulares del conflicto humano, de la continua lucha entre la vida, la enfermedad y la muerte.

En Sinuhé, el egipcio el autor nos traslada al mundo antiguo y sitúa a Sinuhé muy cerca del faraón Akenatón del que se cuenta que intentó una reforma monoteísta que fracasó. Waltari se sirve del viaje para mostrarnos los aspectos cotidianos de aquella época en tierras mediterráneas; la diversidad de costumbres entre egipcios, babilonios, hititas, cretenses… Con minuciosidad nos describe modas, comidas, ritos… La mirada del autor, es la mirada antropológica del reportero de guerra trasladada a la antigüedad para poner distancia y tras ese parapeto poder expresar, a través de los protagonistas, su filosofía y su pesimista visión del mundo. Con sutil ironía y un agnosticismo respetuoso hace una crítica exhaustiva sobre la corrupción del clero y del poder trasladable a cualquier tiempo. Y lo hace sin pontificar ni excluirse; para Sinuhé, Mika Waltari tiene una mirada filial y compasiva que sin embargo no le exime de sus faltas. El protagonista alcanza el máximo prestigio como médico real y también como médico de pobres, y en sus manos se dirime la vida y la muerte que no distingue cunas ni alcurnias. En su propia piel sentirá el contacto del oro y también el del harapo, su alma experimentará la luz del amor y la negrura de la venganza más abyecta, le veremos elevarse hasta los lúcidos cielos de la ciencia y descender a los peores infiernos etílicos, y a su lado siempre su fiel escudero Kaptab, su esclavo, personaje pragmático que Waltari escoge como la voz del pueblo. Kaptab es quien sabe moverse en ambos mundos, quien vive una vida prestada, -la que le depara su amo-, el que allana el terreno a la “aristocracia” representada por el médico que aún sin dinero sigue siendo venerado por su poder de dar vida y quitarla; Kaptab es el “siervo” que se ocupa de resolver todos los asuntos prácticos y vitales que el amo obvia.

La novela histórica ha sido un género literario que también ha dado cabida a estas inquietudes fundamentales de la existencia. Escrita en 1945 por el finlandés Mika Waltari (1908-1979) y traducida a múltiples idiomas, entre ellos el español, esta novela probablemente sea desconocida por las jóvenes generaciones de médicos por haber dejado de ser un best-seller hace tiempo.

La novela se divide en XV libros o capítulos narrados por el personaje principal: Sinuhé, médico de profesión. En la ficción el autor entrelaza temas míticos, políticos y médicos desde el plano histórico de la antigua cultura egipcia.

A lo largo del texto existe una sobrada reiteración por el sol ardiente, el calor del desierto y las remembranzas del Nilo -probables añoranzas de quien ha padecido el inclemente frío de Finlandia. Mika Waltari, apasionado por el estudio de la cultura egipcia, se documentó exhaustivamente a lo largo de 10 años antes de escribir la obra.

La ubicación temporal del drama es la época de la construcción de las grandes pirámides símbolos de aquella gran civilización-, tiempo de crisis por el cisma religioso ocasionado por la iniciativa faraónica de instaurar una religión con un único dios: Atón. Enmarcadas en este caos político y religioso se narran intrigas, revueltas, destrucción y muerte.

El espacio narrativo no se limita a la cultura egipcia; engloba a otras civilizaciones contemporáneas de esplendor en la edad antigua: la cretense, la babilónica, la mesopotámica, la asiria, entre otras, y con un toque humano lleva la intensidad ficticia a espectos históricos de la medicina.

El libro I, "La cesta de cañas", introduce al lector al mundo mágico de la antigüedad. En este capítulo, Sinuhé externa en tono elegiaco los principales conflictos del hombre: consigo mismo en su búsqueda de identidad, y con el Creador, en la búsqueda de su origen. Narra cómo es encontrado por su madre adoptiva en una canastilla de juncos que flotaba Nilo abajo, tal Moisés bíblico, y rinde homenaje con afecto, nostalgia, admiración y gratitud al padre que lo acogió -un excelente médico de la gente menesterosa-. De igual forma, describe cómo surge su pasión por las letras, al encontrar en ellas una actividad que le permitirá trascender en la comunicación consigo mismo.

... Yo Sinuhé, hijo de Semmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar las alabanzas de los dioses... porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo...

De "La casa de la vida" (libro II) hasta "Horemheb" (libro XV),

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