Sistema Bancario Venezolano
carlke200125 de Febrero de 2013
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INTRODUCCION
Las organizaciones bancarias están sujetas durante los últimos años a profundos cambios en su entorno (política de fusiones, adquisiciones, Mercado Común, globalización) y en la propia organización interna (cambio de perfil de empleado, visión estratégica enfocada al negocio, compromiso corporativo) lo que origina la necesidad de una adaptación continua para adecuarse a la nueva realidad empresarial.
Las organizaciones bancarias se han visto obligadas a fortalecerse internamente ante el mercado externo, en algunos casos o viendo oportunidades de crecimiento, en otros. Durante la última década la política de fusiones y adquisiciones ha sido una constante, lo que ha originado, por un lado, la preponderancia de sólidos Grupos Bancarios que operan en mercados internacionales y con consolidada presencia en el mercado nacional y, por otro, la necesidad de las propias organizaciones a un cambio continuado, para adecuarse a la nueva realidad empresarial.
La banca en Venezuela es uno de los sectores más dinámicos y cambiantes de la economía. Cuanto con más de 50 instituciones bancarias, entre las cuales cerca de un 60% son bancos nacionales, 30% bancos extranjeros, y un 10% bancos del estado.
El nuevo empleado se incorpora con un mayor perfil comercial y una mayor empleabilidad, apoyada por una sólida preparación académica, lo que le permite dirigir su desarrollo profesional, pudiendo apostar por entidades que den valor a políticas de desarrollo del talento. En este sentido, un informe de Benchmarking sobre la Gestión del Talento en el sector Bancario realizado por Hay Group (2002) describe que el valor fundamental que aprecian los técnicos y comerciales que se incorporan a un banco es el desarrollo profesional, por encima de la seguridad en el puesto o el confort de su posición.
Paralelamente, se observan cambios en el perfil del cliente y los mercados. Estos últimos fueron, hasta la última década, una fuente de estabilidad provocada por una fuerte segmentación y una línea constante de necesidades. Actualmente, los mercados están experimentado una rápida evolución provocada, en parte, por la exigencia de una mayor
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calidad en el servicio y en los productos que demanda el cliente. Éste ha modificado su perfil, aumentando sus conocimientos financieros, con una mayor cultura de la inversión y el ahorro, una actitud más proactiva ante las ofertas y la posibilidad de disponer de una amplia gama de productos en diferentes entidades. Todo ello provoca que los productos financieros sean cada día más adaptados a las necesidades y requerimientos “ad hoc” en detrimento de productos globales y genéricos.
Por último la tecnología ha irrumpido con fuerza en las instituciones financieras con objeto de reducir los tiempos de espera, organizar los flujos de comunicación e información interna y provocar una utilización en todos los niveles de la organización.
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TEMA I
Análisis del Medio ambiente de la Organización Bancaria (sentido Amplio, sentido estricto)
Como define Cals y Garrido (1995),
”El sistema financiero se forma por un conjunto de instituciones, instrumentos y mercados que canalizan todo el ahorro desde unas unidades económicas que disponen de un exceso de fondos y desean prestarlos hacia aquellas que, careciendo de financiación suficiente, desean tomar dichos fondos a préstamo”.
Esta situación, posibilita la creación de dos circunstancias que se convierten en elementos cruciales para el buen funcionamiento de la economía: La transferencia de fondos entre agentes económicos y la transferencia de riesgo.
Para Mochón (1992) el sistema financiero “está constituido por el conjunto de instituciones que intermedian entre los demandantes y los oferentes de recursos financieros y comprende todos los flujos financieros entre los sujetos y los sectores económicos”.
De esta forma, surgen los mercados financieros que permiten a ahorradores e inversores realizar los intercambios directos de activos financieros. Estos mercados, sirven de escenario para la gestión de las transacciones económicas y son un indicador clave de la salud de la economía de un país, y por extensión, de la economía mundial. De igual forma, los mercados contribuyen a incentivar el uso de activos financieros ya que, existen unidades económicas dispuestas a desprenderse de dichos activos y agentes que desean adquirirlos (compradores).
Sin embargo, para que se produzcan estas transacciones es necesario que existan una serie de coincidencias ya que no siempre resulta posible encontrar ahorradores dispuestos a adquirir los activos emitidos, ya que el plazo del préstamo o el riesgo de dicho activo pueden no ser coincidentes entre las dos partes. De esta forma surgen los
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intermediarios financieros, cuya función es la de captar esos títulos emitidos por los demandantes de fondos y transformarlos en títulos emitidos por ellos mismos. Mediante esta compra de activos como inversiones, colocan dichos activos entre el público para captar fondos con los que financiar estas inversiones, posibilitando una transformación de plazos, y posibilitando una mayor posibilidad de entendimiento en tiempo y forma entre compradores y vendedores de activos financieros.
Los procesos de fusiones y adquisiciones a los que continuamente están sometidas las entidades financieras obedecen, a cambios denominados, de segundo nivel, caracterizados por su multidimensionalidad, discontinuidad y radicalidad que implican una modificación en la forma en que la Organización se relaciona con su entorno. (Mascareñas, 1993).
En este sentido, la diferencia entre fusiones y adquisición determina en gran medida el devenir de los bancos en este principio de siglo. La adquisición definida como la forma de controlar una empresa sin necesidad de mezclar los patrimonios de la vendedora y de la compradora, mientras que en las fusiones existe realmente una mezcla entre las dos empresas para crear una nueva Organización.
Las razones que las Empresas, entre ellas los bancos, realizan las fusiones y adquisiciones son las siguientes (Mascareñas, 1993):
1. Eliminación de Ineficiencias: Los dos procedimientos tienden a la eliminación de las ineficiencias por la necesidad de construir una sola organización, convirtiéndose estos mecanismos en herramientas para prevenir la decadencia de las empresas.
2. Ventajas fiscales no aprovechadas: Unas de las formas de trasladar tributariamente las pérdidas de una empresa hacia el futuro es adquirir una compañía rentable para utilizar ese cambio.
3. Las fusiones como empleo de fondos excedentes: Si tras unos determinados beneficios un banco desea dirigir sus fondos hacia oportunidades alejadas del reparto de dividendos entre sus accionistas o invertirlos de forma no rentable, puede utilizarlos en la compra de
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otra entidad.
4. Combinación de recursos complementarios: Otras de las razones de la compra de entidades financieras es la existencia de una línea de negocio, producto o ventaja que posee respecto a otra, de tal forma que tras la fusión o adquisición, la entidad comprada puede proporcionar un componente inexistente en la empresa compradora, a la vez que la primera encuentra el canal de distribución y producción de servicios para su comercialización a una mayor cantidad de clientes.
5. Diversificación: Esta razón carece sin embargo de un argumento económico, ya que la fusión no crea una riqueza adicional para los accionistas de una entidad, aunque sí existe la posibilidad de reducir la insolvencia y liquidación de la compañía reduciendo el riesgo.
6. Motivaciones de los directivos: Los grandes directivos desean dirigir grandes compañías, por lo que la recompensa intrínseca en la compra se relacionará con la extensión de control de diversas formas, que engloba un mayor número de empleados, mayor volumen de ventas, más expansión, mayor tamaño del presupuesto.
Otro de los aspectos cruciales para entender los nuevos cambios dentro del Entorno Bancario es la necesidad de poseer flexibilidad para poder adaptarse a los cambios externos. Para ello es fundamental realizar un análisis en profundidad de todos aquellos aspectos relacionados con los procesos, las operaciones, las actitudes profesionales ante los clientes, la cultura de la organización, el clima de las oficinas y cualquier aspecto que pueda generar una mayor adaptabilidad al medio. En este sentido se definen Fernández y Suárez (1998) haciendo referencia a los siguientes cambios:
1. Personal más cualificado y polivalente en todos los niveles. Como elemento integrador de las nuevas exigencias de los clientes. No es suficiente con dar servicio, hay que darlo de forma excelente y con una visión comercial.
2. Aumento de la descentralización facilitada por la formación y la distribución de información. Ese aumento de la cualificación del personal irá en consonancia con un incremento en las redes tecnológicas lo que facilitará a los empleados la autonomía para la
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realización de las operaciones desde la propia oficina.
3. Incentivos que atiendan la importancia del largo plazo del cliente, es decir conservarlo en el tiempo, por encima de una captación efímera.
4. Finalmente, una estabilidad de personal que favorezca la gestión del conocimiento respecto a los clientes y el denominado know-how, o forma de hacer las cosas.
La Cultura en la organización Bancaria.
La cultura de los bancos difiere
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