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Situación global en la agricultura

milagrosmendozaTutorial31 de Mayo de 2012

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. LA SITUACION MUNDIAL DE LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACION EN 1949/50 Y PERSPECTIVAS PARA 1950/51

Se preparó el siguiente informe como expresión del parecer del Consejo sobre la situación mundial de la alimentación, que fué discutida tanto en el Décimo como en el Décimoprimer Períodos de Sesiones.

Introducción

En los primero meses del año agrícola de 1949/50 se registró un acontecimiento de la mayor importancia para la alimentación y la agricultura mundiales: la modificación del tipo de cambio de la libra esterlina y de otras muchas monedas, que ejerció un efecto casi inmediato sobre el volumen y la dirección del comercio mundial. En la última parte del año hubo otros dos acontecimientos de importancia aún mayores: el comienzo del Programa Ampliado de Asistencia Técnica y la ruptura de las hostilidades en Corea.

En vista de que este último acontecimiento tuvo lugar casi al terminar el año agrícola de 1949/50, parece evidente la necesidad de dividir este informe en dos partes: un estudio del estado mundial de la agricultura y la alimentación durante el año de 1949/50, es decir, de la “situación antes de Corea” y otro estudio de las perspectivas para el año de 1950/51, es decir, de la “situación después de Corea”.

Para la preparación de este informe, el Consejo ha contado con la inestimable ayuda que le proporcionó el informe del Director General que se titula Perspectivas Mundiales y Estado de la Agricultura y la Alimentación, 1950. Por haberse cambiado la fecha de la Conferencia, el Director General tropezó con muchas dificultades en la redacción del documento antes mencionado, ya que al iniciarla aún no se habían recibido casi ninguno de los informes que, con arreglo al Artículo XI de la Constitución, deben presentar los países miembros (Véase en la página 20, Informes exigidos en el Artículo XI de la Constitución). El Consejo es del parecer que debe rendírsele cordial tributo tanto al Director General como a sus colaboradores por la preparación de su informe, tomando en cuenta las dificultades con que tropezaron para la obtención del material necesario.

Son ya muchas las veces en que el Director General se ha visto obligado a preparar sus informes sin suficiente material que le sirva de base. Siguen siendo muchos los gobiernos miembros que no presentan el informe que deberían remitir en cumplimiento de las obligaciones que les señala el Artículo XI de la Constitución, o que presentan informes muy imperfectos, por lo que el Consejo desea recordarles una vez más la necesidad de que cumplan con ese deber.

No obstante, el Consejo no está del todo convencido de que, aun en el caso de que todos los gobiernos miembros cumplieren con sus obligaciones, el informe del Director General sea completamente satisfactorio en su forma actual, e--

-- Insta al Director General a que en los años venideros comunique a las naciones miembros toda la información más importante que le proporcionen los diferentes miembros sobre los aspectos sociales de la agricultura, tanto si son favorables, como las mejorías en la vida rural, reforma agraria y seguridad social en el campo (incluyendo la sanidad rural), como si son desfavorables, como por ejemplo los obstáculos con que se tropiece para el mejoramiento rural y el desequilibrio entre el número de brazos disponibles para la agricultura y las oportunidades para encontrar empleo en la misma.

El Consejo espera también que en los números de esta serie que se publiquen en el futuro se incluya de nuevo el índice de producción de alimentos, omitido en el de este año, cosa que ha dificultado al Consejo la comparación de las cifras de producción de alimentos en 1949/50 con las de años pasados. Comprende el Consejo, sin embargo, que la ausencia de ese índice se debe a la circunstancia de estarse revisando el método empleado en su preparación.

El Consejo sugiere asimismo que se inste al Director General a que estudie la posibilidad de hacer mayor uso de las oficinas regionales como “ojos y oídos” de la Organización, haciéndolas que remitan a las oficinas centrales material apropiado para incluirlo en el informe sobre la situación mundial.

La Situación en 1949/50

Al pasar revista al año de 1949/50, resalta como conclusión más evidente la de que tanto desde el punto de vista de los productores como de los consumidores, el año ha sido bastante bueno. En lo que a los productores se refiere, si bien se redujo algo la producción de algunos alimentos, como por ejemplo la de deteminados cereales, en términos generales se mantuvo o incluso aumentó la del conjunto de los productos vegetales; esta circunstancia y el efecto residual de la buena cosecha de 1948 hizo que fuera posible ensanchar la industria ganadera y que el nivel general de los precios de los productos agropecuarios fuera satisfactorio en la mayoría de los países. No obstante, en algunos países empezó a ser causa de preocupación el desequilibrio entre los precios agrícolas y los salarios y el precio de los productos manufacturados. El año se caracterizó también por el hecho de que gracias a los adelantos logrados en la rehabilitación mundial, por primera vez desde la declaración de la segunda guerra mundial hubo abundancia de fertilizantes y de maquinaria agrícola, en el sentido de que los productores agrícolas pudieron comprar todos los fertilizantes y toda la maquinaria que se mostraron dispuestos a pagar.

Las palabras “se mostraron dispuestos a pagar” han de ser interpretadas no sólo en función de la disponibilidad de dinero, sino también en función de la disponibilidad de determinadas monedas, y en particular de dólares. Aunque en algunos países no hubo escasez de dinero, sí la hubo de dólares para comprar toda la maquinaria necesaria. El problema del “déficit de dólares” ha seguido revistiendo gravedad, a pesar de la mejoría que se dejó sentir al modificarse los tipos de cambio en septiembre de 1949. Otra de las dificultades con que tropezaron los productores agrícolas en unos cuantos países fué que el precio unitario de algunos de esos fertilizantes y máquinas agrícolas resultó tan elevado que no parecía remunerador comprarlos.

En lo que a los consumidores se refiere, las estadísticas compiladas por el Secretariado muestran claramente que en aproximadamente la mitad de los países del mundo sobre los que se dispone de cifras, el contenido energético y proteínico que se les calcula a las provisiones medias nacionales de alimentos por persona y por día, fué mayor en 1949/50 que en 1948/49, y que en casi todos los demás países fué aproximadamente igual en ambos años. El único país del que comunican reducciones de importancia es Turquía, el cual por causa de las malas cosechas pudo disponer de un 5 a un 6 por ciento menos de calorías, total de proteínas y de proteínas animales. Las cifras no son completas; no se dispone de ningunas sobre China, Europa oriental, ni sobre ninguna de las regiones de Africa situadas al sur del Sahara, con la exepción de la Unión Sudafricana; no obstante, salvo esas omisiones la información es casi completa.

Al decir que la situación alimentaria fué mejor en casi todas partes en 1949/50 que en 1948/49, no se quiere decir que fuera satisfactoria en todos los sitios. El significado de esa afirmación es que durante el año los pueblos del mundo recibieron aproximadamente tantos alimentos como habían venido recibiendo en años recientes y, por término medio, algo más que el año inmediatamente anterior y, en casi todas partes más que en ningún otro año desde 1940. De todos modos persiste el hecho de que las provisiones de alimentos no se encontraban uniformemente distribuí das por todo el mundo.

Por ejemplo, el cuadro del consumo diario de calorías por persona, que tal vez sea lo que más directamente indica la disponibilidad de alimentos, muestra grandes diferencias de unos países a otros, encontrándose Irlanda, Nueva Zelandia e Islandia en un extremo de la escala y la India en el opuesto, con el primer grupo de países consumiendo casi el doble de calorías diarias por persona que el segundo. La diferencia entre los dos no es tan importante como a primera vista parece, por el hecho de que las necesidades calóricas varían con el clima y con otros factores, pero de todos modos es muy seria. El caso no es tampoco que los pueblos que menos tienen que comer vayan reduciéndose o extinguiéndose mientras que los que más tienen para comer vayan multiplicándose con rapidez. La realidad es más bien lo contrario, ya que en su conjunto son las masas de población que de menos alimentos diarios por persona pueden disponer las que parecen desarrollarse con mayor celeridad.

Sin embargo, sigue dándose el caso de que unos pueblos comen mucho menos que otros, y desde luego mucho menos de lo que en realidad necesitan para que sus vidas se desarrollen sana y felizmente. La razón es muy clara: la renta efectiva por persona de esos pueblos es baja, y por consiguiente tienen ellos menos posibilidades de las que son de desear para producir o comprar sus alimentos. Bien sea que estén consagrados a la producción de alimentos, a la de materias primas para la industria o a la de artículos manufacturados (y estos últimos representan una parte insignificante de la producción total de los países insuficientemente desarrollados), la producción anual de cada trabajador es muy escasa si se compara con la de los países más adelantados. Las causas de que la producción sea tan escasa son en parte debidas a las desfavorables condiciones físicas (clima, etc.), que no se pueden alterar, o por lo menos no en un corto plazo de tiempo, y en parte a otros factores que sí se pueden alterar, de los cuales los más importantes son la falta

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