Subdesarrollo En Mexico
alancito2426 de Noviembre de 2012
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Introducción
Transcurridos los pocos meses de este año y del nuevo sexenio zedillista, la sociedad enfrenta graves problemas de orden económico, que en lo fundamental afectan a la gran mayoría de la población: los trabajadores, quienes no tienen otra forma de producir, más que su fuerza de trabajo; lo único que pueden vender en el "mercado" y por la que reciben un salario. A su vez, este ingreso les permite acudir al mercado a comprar los bienes y servicios básicos para la producción y reproducción de su fuerza de trabajo. Sin embargo, a partir de los últimos diez días de diciembre de 1994 los signos negativos de la economía se agudizan, afectando de manera importante y creciente el ingreso de los trabajadores, porque las condiciones de trabajo están sujetas a la decisión de los dueños del capital y sus administradores. Esto es: primero, la devaluación generó un proceso inflacionario, mismo que había sido controlado el sexenio que terminó el 1o de diciembre, determinando que automáticamente el nivel salarial cayera en la misma proporción que subían los precios. Segundo, se produjo un acelerado proceso de cierre de empresas paraestatales y el adelgazamiento del gasto público iniciado desde 1982, lo que propició un desempleo creciente. Y por otro lado, la reducción de la actividad de las empresas privadas, ya sea por cierre definitivo o porque se reduce el gasto de operación, bien por introducción de innovación tecnológica, o bien porque se ha reducido la demanda.
Esta situación tiene efectos sociales:
- La caída del salario real se agudiza, por la incapacidad de los organismos que representan a los asalariados para luchar por mejoras salariales.
- El creciente desempleo presiona aun más a la baja al salario, pues los que conservan su empleo, prefieren tener un ingreso, a pesar de que sea bajo a no tenerlo.
- Los desempleados buscan obtener un ingreso mediante actividades de las llamadas "informales", que por su elevada inestabilidad e inseguridad generan un ingreso tan bajo o tal vez menor que el que obtendrían de manera fija en el empleo, además de enfrentar la resistencia de parte de la población que realiza actividades de pequeña empresa pero formales, y la creciente competencia que genera el mismo desempleo.
A pesar de que México ha ingresado hace un año al club de la "OCDE" (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), la economía mexicana es una economía subdesarrollada, cuya característica fundamental es que carece de tecnología propia; esto es: en México pueden armarse e incluso fabricarse una amplia gama de bienes manufacturados o de origen industrial, como vehículos automotores, computadoras y otros aparatos electrónicos, etc., pero la tecnología con que se producen es de origen extranjero, adquirida en los países desarrollados, lo que provoca dependencia tecnológica y coloca al país en posición desventajosa. México no desarrolla la tecnología por varias razones, una de ellas es que no hay un estímulo a la investigación científico-tecnológica, porque es más fácil comprar la tecnología que arriesgar el "escaso" capital en investigación; y cuando ésta se da, es de manera limitada, a nivel escolar y con poca vinculación a las actividades productivas. Otra razón es el control monopólico que ejercen a nivel mundial los grandes capitales de los países desarrollados, que tienden a bloquear cualquier desarrollo tecnológico fuera de su área hegemónica.
Bajo estas condiciones, el ingreso de México al Acuerdo General de Aranceles y Comercio, GATT (por sus siglas en inglés), y la integración del Tratado de Libre Comercio, TLC, dio lugar a la apertura de la economía mexicana al mercado mundial, lo que trajo como consecuencia que el capital nacional se enfrentara con desventaja a la producción que masivamente llega desde fuera con calidad supuestamente superior, pero sobre todo con precio comparativamente bajo, desplazando a la producción nacional del propio mercado interno, lo que generó tendencias al paro parcial o al cierre definitivo de empresas.
En suma, las perspectivas de los trabajadores no son favorables, mientras persistan las condiciones impuestas por la política neoliberal. A continuación detallo esta situación.
I. Crecimiento de la economía
Los indicadores de la economía mexicana nos muestran un proceso de desaceleración para los tres últimos periodos sexenales; durante el periodo lópezportillista (1977-1982) el Producto Interno Bruto PIB creció en promedio anual 3.4%, durante el periodo de 1983 a 1988, del presidente Miguel de la Madrid H., puede decirse que no hubo crecimiento, el promedio anual del PIB apenas fue de 0.1%, y en el último periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari el promedio de crecimiento fue de 2.9%.1
En otros periodos el crecimiento de la economía fue mayor, la tasa de crecimiento promedio anual entre 1940 y 1950 fue de 6.0%; entre 1950 y 1960 el promedio registrado llegó a 6.1 % y en el periodo 1960-1970 el PIB creció en promedio 7.0%; todavía en el sexenio presidencial de LEA el nivel de crecimiento fue relativamente alto, el crecimiento en cada año fue como sigue: 1971 4.2%,1972 8.5%, 1973 8.4%, 1974 6.1%, 1975 5.6% y 1976 4.2%,2 es decir que la economía empezó a contraerse a partir de 1977, pero sobre todo durante el periodo de 1982 a 1986. En el periodo de CSG no se logró recuperar el crecimiento anterior de la economía.
II. Caída del salario
Estos niveles de crecimiento inmediatamente nos indican la existencia de efectos negativos en el conjunto de la economía, pero más en el bienestar social, puesto que el PIB es una medida de la producción interna y si ésta tiende a caer, quiere decir que la producción de los bienes para satisfacer las necesidades de la población es insuficiente.
Con el crecimiento de la economía durante el periodo de 1940 hasta 1976, antes mencionado, la remuneración de los trabajadores RT (la RT es un componente del PIB), tendió a crecer, ya que en 1946 ésta representaba el 21.5% del PIB; lentamente fue creciendo esta proporción, hasta alcanzar en 1976, el 40% del PIB, 3 pero inmediatamente esta relación RT/PIB fue decreciendo hasta llegar en los últimos años del sexenio anterior, a los siguientes porcentajes: 1988 26.2%, 1989 25.7, 1990 25.0% y 1991 25.8%.4
Estos datos nos indican que el ingreso de los trabajadores no sólo se ha reducido con respecto al PIB (al reducir su ritmo de crecimiento, incluso al ser negativo en algunos años como en 1982,1983 y 1986, cuando el PIB registró -0.63%, -4.20% y -3.75%, respectivamente) sino que la suma de los salarios con respecto a este indicador global; se reduce aún más que proporcionalmente.
Otro factor que afecta negativamente el nivel de los salarios es la inflación, porque el precio de la fuerza de trabajo se incrementa de manera más lenta que los demás precios; por lo tanto, el nivel salarial cae en términos reales, pues sencillamente el monto salarial de un año a otro alcanza menos.
Efectivamente, la inflación logró ser controlada en el sexenio anterior, lo cual tendió a reducir el efecto negativo sobre los salarios. "Durante 1994, el crecimiento del índice nacional de precios al consumidor (INPC) - es decir, el que resulta de comparar el nivel de diciembre de 1994 con el de diciembre de 1993 - fue de 7.1 por ciento, el nivel más bajo en el país en 22 años".5
En diciembre de 1993 el registro inflacionario del INPC con respecto a diciembre de 1992 fue de 8 por ciento y en el mismo periodo de diciembre 1991-diciembre 1992, la inflación (INPC) sólo fue de 11.9%, es decir según las cifras del Banco de México la inflación se logró reducir a niveles menores que los alcanzados en los últimos veinte años. 6
Pero en 1995 tan sólo hasta abril la inflación ya alcanza el 29.39 por ciento, lo cual ha generado un enorme encarecimiento del nivel de vida de los trabajadores. 7
III. Estructura sectorial del PIB.
Podemos observar a partir del cuadro I que el sector más favorecido del PIB es el de Servicios; absorbe alrededor del 60%, y en general, es un sector que en estricto sentido no produce valor o riqueza, es útil porque posibilita la realización del valor que se produce en los otros dos sectores.
Mención aparte merece la actividad de Transporte, almacenamiento y comunicaciones, pues ésta sí agrega valor, ya que pone en contacto a los centros productores con las concentraciones de población consumidora; sin embargo, dentro de este sector, es el conjunto de actividades que menor participación tiene en el PIB, tan sólo el 6.5 promedio; en cambio la actividad con una mayor participación es la de Comercio, restaurantes y hoteles, apropiándose de más del 26% del PIB, seguido por Servicios comunales sociales y personales, que registró un promedio del PIB aproximado de 18%.
La rama Financieros, seguros e inmuebles, destaca porque tiende a crecer en su participación porcentual dentro del PIB. Sigue el sector Industrial que obtiene entre el 26.8% y el 29.6%, en promedio (por los 15 años del periodo 28.6% del PIB) donde la actividad que genera una mayor participación en el PIB es la Industria manufacturera, con un promedio aproximado del 21%; otra actividad es Construcción, con un registro de participación promedio en el PIB de 5.5% con tendencia a la baja.
La participación de la actividad de electricidad, gas y agua se mantuvo baja, a pesar de que en los últimos años logró cierta recuperación; su registro en promedio
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