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Sueros Y Vacunas


Enviado por   •  19 de Octubre de 2013  •  1.264 Palabras (6 Páginas)  •  380 Visitas

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La lucha contra las enfermedades infecciosas puede ser más eficaz si se favorece la respuesta inmunitaria del organismo mediante la inmunoestimulación, que puede ser pasiva, mediante la aplicación de sueros o activa, mediante la aplicación de vacunas.

Sueros

Son preparados que contienen anticuerpos específicos contra una infección. Se obtienen a partir del suero sanguíneo de animales en los que se ha inducido la infección.

Resumidamente, la preparación de un suero consiste en:

- suministrar a un animal (generalmente el caballo o el cerdo), dosis muy altas de un determinado antígeno con objeto de provocar la formación de anticuerpos específicos que quedan localizados en el plasma sanguíneo del animal.

- periódicamente, se extrae sangre de dicho animal y se separa el suero que se purifica y esteriliza.

Los sueros se caracterizan porque:

- como contienen anticuerpos, producen efectos inmunitarios rápidos despues de su aplicación; por ello, son útiles para combatir infecciones graves de desarrollo rápido, como el tétanos.

- pueden y deben aplicarse una vez contraída la infección, por lo que son curativos (también preventivos, pero a corto plazo)

- su efecto es poco duradero, ya que desaparece en cuanto se han consumido los anticuerpos, por lo que deben administrarse varias veces hasta vencer la infección

Los sueros se emplean fundamentalmente contra las toxinas circulantes, principalmente la toxina tetánica, la toxina diftérica o los venenos de serpientes.

Vacunas

Son preparados que contienen un agente infeccioso que al inyectarlos en un individuo sano no desencadenan una infección, pero sí provocan una respuesta inmune primaria, como consecuencia de la cual quedan en la sangre células de memoria.

Cuando ese agente, con toda su virulencia, entra en un individuo vacunado, las células de memoria dan lugar a la respuesta inmune secundaria, más rápida e intensa que la primaria, como ya hemos visto. De este modo, el individuo puede resistir la infección.

Por tanto, las vacunas se usan como medida preventiva contra una infección: se suministran cuando se prevé que un individuo puede contraerla, siendo inútil su administración una vez contraída. A diferencia de los sueros, las vacunas suponen una inmunoestimulación activa, ya que es el organismo el que debe desarrollar por sí mismo la respuesta inmunitaria.

Según el origen y la naturaleza del agente infeccioso que se introduce con la vacuna, se distinguen:

- VACUNAS ATENUADAS: contienen microorganismos patógenos vivos, pero atenuados, es decir, con escasa virulencia. Estos microorganismos atenuados son cepas mutantes o se obtienen a partir de cepas normales que se cultivan en condiciones poco favorables (por ejemplo, con temperaturas superiores o inferiores a su T óptima), de modo que disminuye su capacidad para desencadenar una infección, aunque sus antígenos no se alteran; por ello, pueden inducir una respuesta inmune primaria. Las vacunas contra la poliomielitis, el sarampión, la tuberculosis y la rubéola son atenuadas.

- VACUNAS INACTIVADAS: están formadas por microorganismos muertos, por lo que no pueden reproducirse en el organismo, o bien pueden contener sólo fragmentos del microorganismo o sus toxinas inactivadas, pero conservando la capacidad para desencadenar una respuesta inmune primaria.

En este caso es preciso suministrar una dosis mayor para que la vacuna contenga los antígenos suficientes. Con frecuencia son necesarias dosis de recuerdo para estimular a los linfocitos de memoria. Las vacunas contra la rabia, las fiebres tifoideas, la tos ferina, el tétanos y la difteria pertenecen a este tipo.

- VACUNAS SINTÉTICAS: son vacunas que sólo tienen los antígenos de un microorganismo; son muy eficaces, ya que son fácilmente reconocibles por los linfocitos B. Se obtienen por dos procedimientos:

-- por síntesis del antígeno en el laboratorio, si se conoce su estructura química

-- mediante ingeniería genética se separan del microorganismo los genes que codifican para la formación del antígeno; mediante la técnica del ADN recombinante estos genes se transfieren a otras células, en las que al inducir su expresión, se formarán las moléculas del antígeno que se extraen y purifican. Un ejemplo de vacuna obtenida por este procedimiento es la vacuna contra la hepatitis B.

Más información:

Las dos propiedades principales que debe reunir una vacuna son la seguridad y la eficacia protectora, esta ultima, esta íntimamente relacionada con la inmunogenicidad.

Seguridad: las vacunas deben de ser seguras incluso en los individuos inmunocomprometidos. El grado de seguridad exigido a una vacuna esta en relación con la gravedad de la enfermedad que se evita con su administración y, de forma especial, con la percepción que la población tiene del impacto causado por la enfermedad en términos de morbilidad y mortalidad. La evaluación de la seguridad de las vacunaciones se efectúa junto con la de las eficacia, una vez registrada y comercializada la vacuna debe continuarse la evaluación de la seguridad mediante la vigilancia de los efectos adversos y las complicaciones vacunales en situaciones rutinarias de aplicación de un millón o mas de receptores como mínimo.

Inmunogenicidad: es la capacidad de un agente infeccioso de inducir inmunidad especifica; la eficacia de una vacuna esta en función de esta, de la respuesta inmunitaria especifica generada. Esta depende de la respuesta del linfocito que al activarse muestra dos características fundamentales: especificidad y memoria.

Para que una vacuna sea inmunógena y eficaz debe inducir el tipo adecuado de respuesta inmunitaria en el lugar adecuado y frente al antígeno adecuado: 1. la vacuna debe de inducir el tipo adecuado de resistencia inmunitaria. 2. debe inducir una respuesta inmunitaria en el lugar adecuado. 3. debe de inducir una respuesta inmunitaria frente al antigeno o los antígenos adecuados. 4. debe inducir inmunidad protectora de larga duración; la ideal es la que proporciona una inmunidad protectora absoluta en todos los individuos inmunizados durante toda la vida del huésped y con la administración de una sola dosis. 5. la duración de la inmunidad protectora conferida por una vacuna esta en relación con el tipo de enfermedad infecciosa, con el periodo de incubación de la enfermedad y con el tipo de vacuna.

Eficacia protectora: la evaluación de las vacunas siempre que sea posible ha de ser experimental y realizarse mediante ensayos clínicos aleatorizados, solo así se tendrá la seguridad de que todos factores que podrían haber influido en los resultados han sido controlados al distribuirse aleatoriamente entre el grupo de intervención y el grupo control. La evaluación de la enfermedad solo debería llevarse a cabo cuando la vacuna haya demostrado previamente que es eficaz en un ensayo clínico controlado.

Eficiencia: la evaluación de esta se efectúa comparando los beneficios de la salud de la intervención aplicada a la población objetivo en condiciones reales, es decir la efectividad, con los costes de los recursos utilizados para su implementación. El análisis coste-efectividad tiene por objeto ayudar en la elección entre varios programas o intervenciones que tienen el mismo objetivo, es decir, que pretender solucionar el mismo problema. El análisis coste-beneficio, por el contrario, se usa para evaluar el valor inherente o intrínseco de un programa vacunal, para comparar programas alternativos en competencia, sanitarios o no sanitarios. Los análisis coste-efectividad de los programas de vacunaciones dan razones muy variables, siendo muy influidos por el precio de la vacuna y la incidencia de la enfermedad en los distintos grupos de población. Este análisis es muy útil en la elección de las estrategias vacunales.

Estabilidad: los antígenos vacunales son proteínas o polisacáridos capsulares que, al igual que otros productos inmunobiológicos, pueden sufrir degradación física tras la exposición a Tª; para la conservación de la capacidad antigénica se recomienda conservar los preparados vacunales a Tª entre 0 – 8 ºC.

Otros factores ambientales que pueden mermar la capacidad antigénica de las vacunas son la congelación, la luz y el tiempo transcurrido desde su fabricación (las vacunas como todos los preparados inmunobiológicos, tienen fecha de caducidad). Las vacunas mas inestables son las vivas atenuadas y las menos inestables los toxoides; las vacunas inactivadas ocupan una posición intermedia.

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