Símbolo de la mujer
carolina2509Tesis6 de Mayo de 2014
3.270 Palabras (14 Páginas)303 Visitas
ara otros usos de este término, véase Mujer (desambiguación).
Symbol venus.svg
Símbolo de la mujer
El paradigma diseñado por Carl Sagan
Mujer (del latín mulier, -eris) o fémina, es la persona del sexo femenino. Mujer también remite a distinciones de género de carácter cultural y social que se le atribuyen así como a las diferencias sexuales y biológicas de la hembra en la especie humana frente al macho. Mujer hace referencia a lo femenino y en el aspecto reivindicativo a la igualdad de derechos defendida por el feminismo.1 2 El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebra el día 8 de marzo.3
Índice [ocultar]
1 Reproducción, esfuerzo reproductivo y demografía
2 Evolución histórica, cultura, antropología e historia cultural
3 Feminismo
4 Sufragio femenino
5 Los derechos legales de las mujeres en la historia
5.1 Los inicios infructuosos de los derechos de la mujer - Revolución francesa de 1789
5.2 Ley mosaica (judaísmo)
5.3 La mujer y la ley
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Reproducción, esfuerzo reproductivo y demografía[editar]
Transición demográfica y Segunda transición demográfica: la población mundial ha crecido lentamente a lo largo de la historia, pero este crecimiento se ha acelerado en los últimos 200 años. En las sociedades más desarrolladas se ha producido además una revolución reproductiva: alta supervivencia debida a bajas tasas de mortalidad (por mejoras en la alimentación y sanitarias) y bajas tasas de natalidad (por la generalización de los métodos anticonceptivos). Cuando éste último fenómeno se produce y la eficiencia reproductiva es un hecho, la mujer se ve liberada de buena parte del esfuerzo reproductivo que tradicionalmente había desempeñado haciendo posible su incorporación plena a la sociedad.
Véanse también: Revolución reproductiva, Segunda transición demográfica, Transición demográfica, Reproducción humana y Maternidad.
La mujer ha realizado y realiza el esfuerzo o trabajo reproductivo que permite la supervivencia de individuos y sociedades.4 A lo largo de la historia y hasta fechas recientes, con el objeto de garantizar la supervivencia social y en un contexto de altísima mortalidad (tanto en tasa bruta de mortalidad como en mortalidad infantil), ha sido necesario mantener una muy alta natalidad (tanto en la tasa bruta de natalidad como en la tasa de fecundidad) para garantizar un reemplazo suficiente de las poblaciones.5
La mejora en la alimentación, la generalización de la higiene, la sanidad y la difusión de medicamentos han sido decisivos para el fuerte crecimiento de la población mundial que ha pasado de los casi 1.000 millones en el año 1800 a más de 6.000 millones en el año 2000 y a 7.000 millones a finales de 2011.6 7 La necesidad de una alta reproducción ha dejado de ser uno de los tradicionales problemas de las sociedades -y por supuesto del mundo en su conjunto- para incluso convertirse, para algunos autores de corte neomalthusiano, como Paul R. Ehrlich, en un nuevo problema, la superpoblación.
La reducción de la tasa bruta de mortalidad es característica de la denominada transición demográfica así como una fuerte reducción de las tasa de natalidad es característica de la segunda transición demográfica junto con cambios sociológicos que afectan básicamente al papel tradicional de la mujer.8 9
Los avances y difusión de los métodos anticonceptivos junto con la reducción de la presión social sobre la mujer para mantener la población -al alcanzarse una alta supervivencia de las poblaciones- permiten que se produzca lo que algunos autores como John MacInnes y Julio Pérez Díaz denominan revolución reproductiva. El esfuerzo reproductivo se reduce, la supervivencia de los individuos -la baja mortalidad- permite entonces reducir sustancialmente el número de hijos. En las sociedades modernas se da una alta eficiencia reproductiva que libera a la mujer de buena parte del trabajo que desarrollaba tradicionalmente y la permite incorporarse al mercado de trabajo10 modificándose sustancialmente las relaciones sociales antes establecidas y advirtiéndose cambios sustanciales: declive del trabajo reproductivo (fundamentalmente en la mujer), derrumbamiento del patriarcado, privatización de la sexualidad y reducción del control social sobre la sexualidad; desaparición de la punibilidad de las relaciones sexuales no reproductivas; alto control sobre la procreación con el uso de métodos anticonceptivos y apoyo intergeneracional muy amplio a hijos y nietos, reforzamiento de los lazos familiares profundos; aumento de los años vividos o madurez de masas; centralidad de la familia y reforzamiento de los lazos e importancia de la misma.11 12
Evolución histórica, cultura, antropología e historia cultural[editar]
Véanse también: Antropología, Antropología del parentesco e Historia cultural.
Una mujer de Bangladés tejiendo. El trabajo textil ha sido históricamente considerado como una ocupación femenina en algunas culturas.
Aunque existe gran diversidad, dependiendo del tipo de sociedad -matriarcado, patriarcado, cazadores recolectores, agrícola, etc- y de la filiación, puede decirse que desde la prehistoria, las mujeres, como los varones, han asumido un papel cultural particular normalmente diferenciado. En sociedades de caza y recolección, las mujeres casi siempre eran las que recogían los productos vegetales, mientras que los varones suministraban la carne mediante la caza. A causa de su conocimiento profundo de la flora, la mayor parte de los antropólogos creen que fueron las mujeres quienes condujeron las sociedades antiguas hacia el Neolítico y se convirtieron en las primeras agricultoras.
En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, una trabajadora labra piezas en un torno revólver para aviones en la fábrica de Consolidated Aircraft Corporation en Fort Worth, Texas, Estados Unidos. La incorporación de la mujer a trabajos tradicionalmente masculinos durante la Primera y Segunda Guerra Mundial ante la ausencia de varones que estaban en el frente fue un paso decisivo para la incorporación plena de la mujer al mercado de trabajo.
En la Edad Media, los autores masculinos, pertenecientes a una estirpe, religiosos, tratadistas laicos y sobre todo, predicadores, hablaron de las condiciones y conductas que les exigen a las niñas, a las jóvenes y a las mayores. La conducta femenina fue pautada para cada momento y situación de la vida. Casi siempre la edad corresponde a un estado civil y a una función de acuerdo a ella. Tal es así que la mujer se representaba en la imagen de la novia, la prometida, la casada, la viuda, es decir, siempre ligada inexorablemente a un varón que debía responsabilizarse de ella y su conducta. El papel más importante atribuido a la mujer era el de esposa y madre.13
En la historia reciente, las funciones de las mujeres han cambiado enormemente. La burguesía trajo consigo una nueva concepción de la familia donde la mujer desempeñaba un papel restringido al hogar. Hasta entonces la mujer había participado, aunque de modo distinto al hombre, en tareas de aprovisionamiento y trabajo para la supervivencia familiar fuera del domicilio u hogar. Las funciones sociales tradicionales de las mujeres de la clase media consistían en las tareas domésticas, acentuando el cuidado de niños, y no solían acceder a un puesto de trabajo remunerado. Para las mujeres más pobres, sobre todo entre las clases obreras, esta situación era a veces un objetivo, ya que la necesidad económica las ha obligado durante mucho tiempo a buscar un empleo fuera de casa, aunque las ocupaciones en que se empleaban tradicionalmente las mujeres de clase obrera eran inferiores en prestigio y salario que aquellas que llevaban a cabo los varones. Eventualmente, el liberar a las mujeres de la necesidad de un trabajo remunerado se convirtió en una señal de riqueza y prestigio familiar, mientras que la presencia de mujeres trabajadoras en una casa denotaba a una familia de clase inferior.14
Feminismo[editar]
Artículo principal: Feminismo
El movimiento feminista ha perseguido el reconocimiento de la igualdad de oportunidades y la igualdad de derechos para las mujeres. Las dificultades para obtener este reconocimiento se han debido a factores históricos, en combinación con las costumbres y las tradiciones sociales. Actualmente, debido a los cambios económicos, el apoyo del poder económico y las reivindicaciones del movimiento feminista y otros movimientos de derechos humanos, las mujeres tienen acceso a carreras profesionales y trabajos similares a los de los hombres en la mayor parte de las sociedades. En muchas sociedades modernas las mujeres tienen plena igualdad jurídica tanto en el ámbito laboral como en el familiar, pudiendo ser cabezas de familia, detentar cargos altos tanto en política como en grandes empresas. Así que se podría decir que las condiciones de las mujeres han mejorado.
Algunas corrientes feministas cambian constantemente el significado de la palabra mujer, entendiéndose que la categoría mujer esta estrechamente vinculada a la expresión de genitalidad, por lo que frecuentemente se presupone que mujer es aquella cuya expresión gonádica es igual a XX. Esta articulación discursiva se soporta sobre fundamentos biológicos y esencialistas. La naturalización del concepto impide su cuestionamiento, dogmatizándolo. Sin embargo, desde diferentes corrientes feministas, esto ha sido criticado.
...