Tabla para el Orden de Pensamiento

Tabla para el Orden de Pensamiento (TOP)

1. Elegir un tema 
   
   Cuando se empieza a investigar, la tentación de quedarse con el primer tema que salta a la mente es muy grande. El problema es que, con frecuencia, estas primeras propuestas suelen ser demasiado amplias, lo cual puede traer consecuencias que van desde un considerable retraso en el tiempo de entrega de una investigación hasta la absoluta imposibilidad de culminar el trabajo. 
   
   Por ejemplo, si alguien propusiera el tema “Los animales”, la pregunta inmediata de un sinodal sería: ¿Qué aspecto estudiarás de los animales: su clasificación, su origen, su anatomía, su relación con el ser humano? El estudiante se vería en la necesidad de elegir un solo aspecto. Entonces, sería probable que el tema fuera demasiado extenso. ¿Cuántos años de investigación se requerirían para, por ejemplo, trabajar el tema de la evolución de los animales? ¡Ni siquiera Charles Darwin habló de la evolución de todos los animales, sino sólo de una muestra representativa de ellos! De este modo, la regla fundamental para elegir un tema es acotar lo más posible. Como dice Umberto Eco (1982), “cuanto más se restringe el campo, mejor se trabaja y se va más seguro” (p. 32). 
   
   Imagina que el estudiante de nuestro caso no quiere hablar de ningún aspecto biológico de los animales, sino de su relación con el ser humano. Ahora ha llegado al siguiente tema: “Los derechos de los animales”. Por supuesto, podría acotar aún más el tema, pues no son lo mismo los derechos animales en México que en un país asiático, pero a él le interesa otro aspecto de la cuestión.

1. Plantear un problema 
   
   Una vez ubicado el tema, es necesario problematizarlo. De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, problematizar significa “presentar algo como una cuestión”. En otras palabras, para problematizar es necesario hacer preguntas, poner en duda la creencia sobre una determinada cuestión para, posteriormente, buscar razones que la sustenten. En este caso, la pregunta sobre el tema formulado podría ser: “¿Tienen derechos los animales?” 
   
   No lo olvides: el problema siempre se plantea en forma de pregunta.

1. Plantear una hipótesis, tesis o conclusión 
   
   La hipótesis es la respuesta al problema planteado; será la tesis que defenderás y también ofrecerás como conclusión de tu argumento. La hipótesis se expresa a través de una afirmación, lo cual no implica que no puedan existir negaciones en ella, pues en tal caso, se estaría afirmando que no se establece la relación entre el sujeto y el predicado. Por ejemplo, si se afirma que “la clonación no es inmoral”, se afirma que no se da la relación entre el concepto de clonación y el concepto de inmoral. 
   
   Debes cuidar que tu conclusión (tesis o hipótesis): 
   
   • Sea una afirmación breve y contundente.
   • Esté escrita de forma clara, evitando un lenguaje ambiguo, inconsistente o demasiado abstracto.
   • Responda de manera directa al problema planteado.
   • Sea original y creíble. Se busca que sea verdadera para ti (el autor) y, al tratarse de tu punto de vista, no se parezca a otra: son tus ideas.
   • Sea pertinente, que venga al caso y no se desvíe del tema planteado.
   • Sea defendible, que tengas buenas razones para sostenerla.
   
   En el ejemplo trabajado, podría plantearse la siguiente hipótesis: “los animales tienen derechos”. Ahora cabría preguntarse ¿por qué se cree eso?

1. Ofrecer razones para apoyar la conclusión (justificar tus creencias)

En este punto, deberás escribir una lista de razones que consideres calificadas para fundamentar tu hipótesis. Estas razones deberán ser claras, verdaderas, pertinentes (o relevantes) y suficientes. Son las premisas.

De acuerdo al tema y problemas planteados, las siguientes razones podrían apoyar la tesis:

• Los animales son capaces de sentir placer y dolor.
• Algunos animales son tan inteligentes como los seres humanos.

1. Elaborar un argumento

Si hallaste varias razones que apoyen tu hipótesis, debes elegir las mejores (aquéllas que cumplan con los requisitos mencionados) y escribir el argumento con sus premisas (razones que apoyen la hipótesis) y su conclusión (hipótesis). No olvides presentar tus ideas con orden y coherencia. Es recomendable presentar de manera enumerada las premisas y después la conclusión, la cual –como sabes– no debe ir precedida por un número, sino por un indicador de conclusión como “por lo tanto”.

Aquí un ejemplo:

Todos aquellos seres que tengan un sistema nervioso central que los haga capaces de experimentar sensaciones de dolor y placer, tienen derechos. (Premisa 1)

Algunos animales (no humanos) tienen un sistema nervioso central que los hace capaces de experimentar sensaciones de dolor y placer. (Premisa 2)

Algunos animales (no humanos) tienen derechos. (Conclusión)

Esquematización para el guión de debate

Como sabes, al final de la asignatura participarás en un debate racional. Para que organices tu tiempo y logres un debate de calidad, es necesario que comiences su planeación. Para ello, construirás un esquema cuya base serán los cinco pasos recién estudiados, y que complementarás con los cinco restantes. El objetivo es orientarte en la construcción de un guión que funcione como apoyo para tu debate.

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