Tecnologia en gestion de obras civiles y construccion
wildomar425 de Septiembre de 2014
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CURSO “CULTURA POLITICA”
90007 – CULTURA POLITICA
ACT. No 5 FORO DE TRABAJO COLABORATIVO I
JOHN WILDOMAR HERRERA BERNAL
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA “UNAD”
ESCUELA DE CIENCIAS, ADMINSITRATIVAS, CONTABLES, ECONOMICAS Y DE NEGOCIOS – ECASEN
TECNOLOGIA EN GESTION DE OBRAS CIVILES Y COSNTRUCCION
MEDELLIN
2014
INTRODUCCION
Asumir el reto contemplado en las ciudades colombianas y su relación con los procesos migratorios y de desplazamiento forzado, implica volver la mirada hacia los procesos de colonización urbana y las luchas por el reconocimiento del derecho a la ciudad, como elementos de la larga duración que han marcado y siguen marcando las dinámicas conflictivas de la urbanización en Colombia.
En efecto, nuestro particular “modelo de urbanización” tiene mucho que ver con el sentimiento de exclusión y con las heridas morales propinadas a inmensos sectores excluidos, tiene mucho que ver con la violencia y el conflicto urbano vivido y que se sigue padeciendo. Pero, aunque en el caso colombiano estos procesos migratorios han estado precedidos o se hacen en medio de hechos de violencia, ello no riñe, necesariamente, con nuestra forma particular de ser modernos. La construcción de nuestras llamadas ciudades modernas, ha estado precedida, ha tenido un origen fundador en violencias regionales de cuño bipartidista y hoy se sigue transformado por la vía de los efectos devastadores de la guerra irregular que se ha agudizado desde mediados de la década de los años ochenta.
CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA – ANTIOQUIA
En Colombia, el desplazamiento interno forzado de población es un eje de larga duración que se desplaza a los departamentos de forma acelerada y sin ningún tipo de control; se inscribe en una confrontación armada multipolar y diferencial en las regiones; las víctimas son diversas: no pertenecen a una etnia, a una religión, a una clase o a un grupo social específico.
La fragilidad del estado, unida a la virtualidad de los derechos y a la profunda debilidad de la democracia tiene efectos que producen cambios y reestructuraciones en las culturas locales y nacionales. Al mismo tiempo, se intensifican las situaciones de exclusión e intolerancia que padecen los nuevos desplazados expulsados a las ciudades, de los lugares de origen donde nacen y forman un entorno social digno de vivir; emergen, en consecuencia, luchas por reconocimiento del derecho a la nación y a la ciudad, inscritas en una plataforma múltiple que debiera ser responsabilidad de todo el país: estabilización socioeconómica, reconocimiento social, inclusión política y reparación moral.
Colombia es un país con un conflicto armado cuasi permanente de más de 50 años, con la presencia de grupos alzados en armas, de diferentes signos políticos y una creciente delincuencia organizada en cada uno de los barrios, los cuales giran en torno a la producción y el comercio ilícito de las drogas, complementados con la extorsión y los secuestros; son estos los problemas que hace parte de un conjunto de países marcados por el drama del desplazamiento forzado, y aunque la magnitud y la pervivencia del fenómeno en Colombia es de mayor alcance que el de muchos otros países en similares circunstancias, su situación no ha tenido el reconocimiento internacional amplio y suficiente. Al interior del país este tema ocupa lugares marginales, tanto en las agendas de los gobiernos nacionales y departamentales, que prefieren entablar mesas de dialogo con estos grupos al margen de la ley, que solo han ocasionado muerte y desolación a las familias campesinas, indígenas y de distinta etnia social que enriquece la cultura de este país. Hasta la fecha los esfuerzos que se hacen para tratar de erradicar el problema desde la raíz, no es suficiente y las grandes ciudades padecen el fenómeno del desplazamiento forzado, incrementado así más la inseguridad vivida a diario.
Lugares receptores de esta violencia
El conflicto armado ha obligado a miles de personas a desplazarse a las grandes ciudades de Colombia, ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla son grandes receptores de desplazamiento forzado, así como las capitales departamentales. La población desplazada afecta en muchos casos las cifras de las ciudades, aumentando los niveles de desempleo, pobreza y de localidades marginales.
La población en condición de desplazados llega a las ciudades y forman las clases más pobres de la misma, se convierten en vendedores ambulantes, creadores de cultura popular, organizadores comunitarios, portadores de cultura política, entre otros. Los lugares donde esta población conforma sus hogares son en sitios de ladera y en las zonas de la periferia de las ciudades, conocidos como los "asentamientos subnormales" (comunas). Ante la carencia de territorios urbanizables accesibles, esta población se ve obligada a invadir las zonas de periferias de las ciudades, que son ilegales, de alto riesgo y construidas en barrios informales.
Barrio Santo Domingo (Medellín). Los tugurios son construidos en terrenos no aptos para la construcción
(Medellín) Un grupo de jóvenes que habitan en los ranchos de cartón juegan dinero. ¿Qué más hacer cuando no se tiene educación ni trabajo?
Frente a esta situación, se puso en marcha la Política de Seguridad Democrática (PDSD) como línea rectora de todas las actividades concernientes a la seguridad y la defensa nacional: “Gracias a la ejecución de esta política, el país ha tenido cambios en dos aspectos fundamentales. Por una parte, se materializó la recuperación efectiva de entes territoriales, que por años estuvieron bajo la influencia de los grupos armados irregulares. Por otra, y como consecuencia de la creciente presencia institucional, se recuperó y afianzó la confianza de los ciudadanos y ciudadanas en la capacidad del Estado de garantizar su seguridad y el respeto a sus derechos humanos”.
Los cambios de esta política se evidenciaron principalmente en la reducción de homicidios, secuestros y en la desmovilización colectiva e individual tanto de grupos de autodefensas ilegales, así como de guerrilla, lo que a la postre dio lugar a una disminución paulatina en el número de personas expulsadas.
¿Cómo se manifiesta esta realidad?
El desplazamiento es un dato recurrente y cuasi permanente de la historia colombiana; hace parte de la memoria de las familias y de las poblaciones; está inscrito en los recuerdos de los habitantes urbanos, precedió la fundación de barrios en las grandes ciudades y de poblaciones grandes y pequeñas a lo largo y ancho de las fronteras internas. Podría decirse que se ha constituido en un eje vertebrador de la conformación territorial en el país.
Sin embargo, en la última década, el desplazamiento forzado ha tomado dimensiones de catástrofe humanitaria y se ha hecho visible no solo por sus magnitudes y sus repercusiones en el mundo urbano, sino porque se logró, gracias a los aportes de algunas O.N.G, situarlo como tema específico de preocupación política y deslindarlo de ese magma indiferenciado donde se mezclaban de manera confusa los diferentes eventos del conflicto como asesinatos, masacres, secuestros, tomas de poblaciones, violación sistemática de los derechos humanos, panorama en el cual, los desplazamientos de población eran percibidos como algo capilar, aluvial y como un resultado, no buscado de las operaciones militares de las fuerzas en disputa.
Las consideraciones anteriores apuntan a demostrar una particularidad del desplazamiento forzado en Colombia con relación al que acontece en otros países que sufren en la actualidad idéntico drama social:
No se trata de procesos intensivos, circunscritos a períodos de tiempo cortos y predominantemente masivos; por el contrario, el desplazamiento en Colombia es un fenómeno extensivo, diluido en el tiempo, recurrente y continuo; que combina éxodos aluviales -familiares e individuales-, silenciosos y no visibles, con desplazamientos en masa que ponen en marcha, al mismo tiempo, pueblos enteros y pequeñas colectividades locales; a su vez, en el desplazamiento forzado se anudan huidas temporales y retornos azarosos, con el abandono definitivo de los lugares de origen y residencia. Dadas las diferencias regionales y las dinámicas bélicas de la guerra en Colombia, los desplazamientos no son simultáneos en las regiones y se presentan des tiempos muy marcados; mientras en algunos territorios el fenómeno es agudo en otros parece no ocurrir nada y de un año a otro puede variar significativamente la geografía de los éxodos.
La predominancia de lo regional sobre lo nacional y las territorialidades bélicas que expresan dominios de los actores armados, está incidiendo de alguna manera en los itinerarios y los lugares de destino de los desplazados, cuyas pautas de huida y emigración se orientan en algunas oportunidades con los emplazamientos de aquellos grupos con los cuales tuvieron en el pasado relaciones de colaboración, lealtades y sociabilidades;
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