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TercermundistaUNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE TULA-TEPEJI


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2017  •  Documentos de Investigación  •  2.131 Palabras (9 Páginas)  •  240 Visitas

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE TULA-TEPEJI

TSU-Contabilidad.

Leticia Guadalupe Guzmán Godínez

Formación Sociocultural.

“Indicadores que hacen a un país sustentable”

PRESENTA:

Luis Mario Delgado Pérez.

25/Octubre

Contenido

INTRODUCCIÓN.        3

SUSTENTABILIDAD.        4

INDICADOR AMBIENTAL.        5

INDICADOR SOCIAL.        6

INDICADOR ECONÓMICO.        7

INDICADOR CULTURAL.        8

INDICADOR POLÍTICO.        9

21 PAÍSES MÁS SUSTENTABLES.        10

GLOSARIO.        12

Bibliografía        13

(Diaz Cautiño, 2010)


INTRODUCCIÓN.  

En este trabajo hablaremos de todos los indicadores que hacen a un país sustentable al igual mencionaremos los países que actualmente.

Trataremos de dejar lo más claro posible todos los conceptos que este tema abarca, para que sea entendido completamente este.


SUSTENTABILIDAD.

Se dice que el desarrollo es sustentable, si mantiene la capacidad de los recursos para generarse y respeta la integridad de los ecosistemas[1] de los cuales dependen. La sustentabilidad implica la permanencia de un estado deseable.

El desarrollo sustentable es un proceso de mejoramiento sostenido y equitativo para una calidad de vida, fundado en la conservación y protección del medio ambiente, minimizando costos sociales y económicos de manera de no comprometer las expectativas de las generaciones futuras.

Entonces, sustentabilidad es un término ligado a la acción del hombre en relación a su entorno. Dentro de la disciplina ecológica se refiere a los sistemas biológicos que pueden conservar la diversidad y productividad a lo largo del tiempo.

La sustentabilidad promueve una alianza con la naturaleza[2] y la cultura fundando una nueva economía, reorientando los potenciales de la ciencia y la tecnología[3] y construyendo una nueva cultura.

Para definir cabalmente la sustentabilidad es necesario considerar todos sus indicadores de manera articulada, dado que en caso contrario, se cae en reduccionismos inconducentes.

  • La sustentabilidad ecológica o ambiental que exige que el desarrollo sea compatible con el mantenimiento de los procesos ecológicos, la diversidad biológica y la base de los recursos naturales.
  • La sustentabilidad social que requiere que el desarrollo aspire a fortalecer la identidad de las comunidades y a lograr el equilibrio demográfico y la erradicación de la pobreza.
  • La sustentabilidad económica que demanda un desarrollo económicamente eficiente y equitativo dentro y entre las generaciones presentes y futuras.
  • La sustentabilidad geográfica que requiere valorar el indicador territorial de los distintos ambientes. Se trata de una nueva perspectiva o dimensión ya que a pesar de que existe consenso, en los foros internacionales, sobre la importancia y dimensiones de este concepto; la realidad es que su aplicación en distintas escalas geográficas, especialmente en las escalas nacional, regional y local es todavía muy incipiente.

INDICADOR AMBIENTAL.

El indicador ecológico de la sustentabilidad promueve la protección de los recursos naturales necesarios para la seguridad alimentaria y energética y, al mismo tiempo, comprende el requerimiento de la expansión de la producción para satisfacer a las poblaciones en crecimiento demográfico. Se intenta así superar la dicotomía medio ambiente-desarrollo, aspecto nada sencillo a juzgar por los impactos ambientales de los modelos económicos neoliberales vigentes en el mundo contemporáneo.

El indicador ecológico de la sustentabilidad está condicionado por la provisión de recursos naturales y de servicios ambientales de un espacio geográfico. Es posible advertir que si bien la abundancia de recursos naturales no garantiza el carácter endógeno del desarrollo sustentable, como lo demuestra la circunstancia de tantos países subdesarrollados que poseen una importante dotación de recursos hídricos, minerales o energéticos; no hay duda que constituye el potencial básico del desarrollo territorial.

Es fundamental incorporar el indicador ecológico en la toma de decisiones políticas y, asimismo, es necesario examinar las consecuencias ambientales de la apropiación de los recursos naturales que cada sociedad promueve en las distintas etapas.

INDICADOR SOCIAL.

En relación con la sustentabilidad social, debemos tener en cuenta que ella implica promover un nuevo estilo de desarrollo que favorezca el acceso y uso de los recursos naturales y la preservación de la biodiversidad y que sea “socialmente sustentable en la reducción de la pobreza y de las desigualdades sociales y promueva la justicia y la equidad; que sea culturalmente sustentable en la conservación del sistema de valores, prácticas y símbolos de identidad que, pese a su evolución y reactualización permanente, determinan la integración nacional a través de los tiempos; y que sea políticamente sustentable al profundizar la democracia y garantizar el acceso y la participación de todos en la toma de decisiones públicas. Este nuevo estilo de desarrollo tiene como norte una nueva ética del desarrollo, una ética en la cual los objetivos económicos del progreso estén subordinados a las leyes de funcionamiento de los sistemas naturales y a los criterios de respeto a la dignidad humana y de mejoría de la calidad de vida de las personas.

Pero no sólo la sustentabilidad deberá promover cambios cualitativos[4] en el bienestar de las sociedades y afianzar el equilibrio ambiental planetario, sino que deberá considerar la dimensión social en su más profundo sentido.

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INDICADOR ECONÓMICO.

El debate economía y medio ambiente es uno de los que ha suscitado las polémicas más arduas en términos de su relación con la sustentabilidad. Se ha señalado con razón que aún la ciencia económica no tiene una respuesta convincente a la crítica ecológica. La economía falla al valorar la riqueza global de las naciones, sus recursos naturales y especialmente los precios de las materias primas. Por ejemplo, si nos referimos al precio de los recursos energéticos agotables, es evidente que su valoración siempre es menor que la real en términos de su preservación para las futuras generaciones. También es posible cuestionarse si el precio que las industrias tienen que pagar por insertar residuos no reciclados al ambiente tampoco sea el racional. Entonces, cuáles serán los precios adecuados. Aquí se incorpora usualmente la noción de externalidades como los aspectos ambientales que no tienen valoración cuantitativa en la contabilidad o en el proceso de producción. De allí la importancia de valorizar los recursos al menos por su costo de reposición y construir con ellos por ejemplo, cuentas del patrimonio natural para saber qué y cuánto tenemos, cómo lo podríamos usar en diferentes alternativas y cuánto nos queda en cada caso.

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