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Enviado por   •  23 de Abril de 2015  •  2.684 Palabras (11 Páginas)  •  184 Visitas

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www.multimedios.org/docs/d000423/p000001.htm ( 20- 6 -06)

Tecnología, Utopía y Cultura

Germán Doig K. (1)

Lima, Mayo - Agosto 1997

Un tema central

El tema de la tecnología ha venido adquiriendo un lugar central en la reflexión de nuestros días. El cada vez mayor desarrollo en campos tan importantes como las comunicaciones, la medicina, la industria o la misma educación, ha llevado a un amplio debate sobre las ventajas y los posibles riesgos de una sociedad marcadamente tecnologizada. Es claro, por un lado, que la tecnología está trayendo enormes beneficios a la humanidad. Pero, por otro, no se puede negar que están surgiendo problemas nuevos ligados al desarrollo tecnológico. Han aparecido así los defensores de la tecnología --que algunos han llamado tecnófilos-- quienes han tomado posición contra los detractores de este desarrollo --calificados como tecnófobos-- (2) .

Lo cierto es que el desarrollo tecnológico es en muchos sentidos ambiguo. Tiene sus luces y sus sombras. Ello torna difícil hacerse una idea orgánica del asunto y hace bastante complicado un diagnóstico adecuado de la situación actual que muestra el crecimiento de sociedades cada vez más tecnologizadas. Conforme la tecnología ha ido adquiriendo mayor presencia e importancia en la vida de las personas el tema ha venido despertando mayor interés y preocupación. Los últimos lustros --sobre todo desde mediados de los años 60-- han visto multiplicarse los ensayos y los artículos sobre el tema. Tal es el volumen de material que ha aparecido que casi se podría hablar de un alud de libros y artículos.

Sea como fuere, la revolución tecnológica ha llegado. Y no parece ciertamente que exista la posibilidad de una vuelta atrás. Hoy en día, por lo demás, son muy pocos los que realmente creen en las fantasías iluministas de pensadores como Rousseau y su pretensión de un paraíso pre-tecnológico aquí en la tierra. Más bien la atención se dirige hacia un nuevo horizonte que alguno podría calificar como la utopía tecnológica, en un rescate del concepto que acuñó Tomás Moro, pero sobre todo retomando a Francis Bacon y su Nueva Atlántida. Lo cual tiene un cierto sabor a pensamiento ilustrado y a mito del progreso, sólo que ahora se trata de un progreso marcadamente tecnológico.

Pero ni el paraíso pre-tecnológico de Rousseau, ni la utopía tecnológica parecen maneras adecuadas de aproximarse al desarrollo tecnológico actual y a su impacto sobre el ser humano. Los dos enfoques pecan de un excesivo tecnocentrismo y al hacerlo extravían el rumbo. Todo ello evidencia la importancia de realizar una reflexión que aborde seriamente el fenómeno tecnológico y sus consecuencias en la humanidad. Hay que procurar plantear las preguntas correctas para encontrar algunas respuestas que ayuden a que este desarrollo sea realmente para provecho del ser humano y no se desnaturalice y se vuelva contra el hombre mismo. Tal sería el marco para que dicho desarrollo se despliegue de acuerdo al orden de la naturaleza y del ser humano según el designio divino, y forme así realmente parte de un desarrollo integral de la persona.

El siglo XIX y el temor fáustico

La reflexión sobre la técnica, que empezó a ganar terreno en el siglo XIX, tiene unas raíces muy hondas. El tema ha acompañado al ser humano desde antiguo. Ya Aristóteles hablaba en su Metafísica de que el género humano vive por el arte y el razonamiento (technei kai logismois) (3) . Este concepto de techne --que ha sido traducido por arte, ciencia y procedimiento a la vez-- constituye la base a partir de la cual se desarrollarán la técnica y la tecnología. Y aunque no corresponda exactamente a lo que hoy entendemos por técnica y por tecnología, muestra la preocupación del ser humano por inventar procedimientos e instrumentos, producir artefactos que le ayuden a mejorar su medio ambiente, transformando la naturaleza, protegiéndose de amenazas y organizando su vida. Es decir, en el concepto de techne ya se insinuaba lo que hoy conocemos como técnica y tecnología (4) . Siglos después también Santo Tomás de Aquino traerá a colación el tema de lo que llamó las artes mecánicas. Y así la técnica fue apareciendo integrada a otras reflexiones a lo largo de los siglos.

Será recién en el siglo XIX que el tema de la técnica propiamente --como se conocía mayormente a todo el fenómeno tecnológico-- empezará a ser objeto de una reflexión especial. Muchos pensadores han coincidido en esta evaluación. Oswald Spengler, autor del famoso ensayo La decadencia de Occidente, opinaba por ejemplo: «El problema de la técnica y de su relación con la cultura y la Historia no se plantea hasta el siglo XIX» (5) . Antes la técnica no constituía un asunto independiente y mucho menos un posible problema, y como tal no merecía una atención especial. Aparecía integrado a otras reflexiones como un componente más de la realidad.

El siglo XIX verá un cambio de esta situación. Poco a poco empezará a constituir un fenómeno singular, aislable del resto de factores de la realidad. Esta preocupación se hizo notar por ejemplo en la literatura. Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) ensaya una reflexión a comienzos del siglo XIX. En su obra Fausto, terminada de escribir poco antes de su muerte, expresa su preocupación por la técnica. Goethe pone de manifiesto un profundo temor, que ha sido calificado como fáustico en alusión a su obra. Diversos pensadores recogerán esta aprensión fáustica.

En la segunda mitad del siglo XIX aparecerá un género de literatura que será llamado de "anticipación", por su proyección hacia el futuro. Algunos de los escritores que se aventuraron por este género se adelantaron a su tiempo con "vaticinios" que han resultado muy cercanos a la realidad. Dos casos destacados fueron el francés Julio Verne (1828-1905) y el inglés H.G. Wells (1866-1946). Esto muestra, a través de la literatura, un creciente interés por el papel e impacto de la técnica.

La reflexión filosófica en el siglo XIX también empezará a dirigir su interés hacia la tecnología. Incluso se pensará en su momento en una rama de la filosofía orientada hacia la tecnología. En ese sentido, el filósofo alemán Ernst Kapp (1808-1896) acuñará el término filosofía de la técnica. Influenciado por el pensamiento de Hegel y Ritter, Kapp ofrece una serie de interesantes aproximaciones al fenómeno de la técnica que van desbrozando el camino de esta reflexión. Un hecho que al parecer tuvo alguna influencia en su pensamiento filosófico sobre la tecnología fue su obligada emigración a los Estados Unidos --a Texas,

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