Trabajo Docente

LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI Y LA EDUCACIÓN

Tanto nos quejábamos como sociedad que “nuestro país no avanzaba, que porque los políticos se mal gastaban nuestros impuestos y sin ver resultados o que era un gasto innecesario gastar en la educación de nuestros hijos porque nunca terminan ejerciendo su profesión o porque los trabajos son muy mal pagados”.

Y hoy que finalmente, es hasta el siglo XXI que se surgen tantas innovaciones tanto en el ámbito empresarial, económico, en la educación y salud, entre otros, que no queremos aprovechar las nuevas oportunidades de vida que se nos presentan ¿por qué como sociedad no podremos ser más positivos? Porque no estamos impuestos a los retos y cambios o porque es más fácil echarle la culpa a otros de nuestros problemas.

En cambio, nuestros niños y jóvenes están ansiosos de aprender y vivir, son ellos los que no temen a las innovaciones, tecnología o hacer ciencia. Un simple ejemplo está pasando con la telefonía celular; un niño de primaria o hasta más pequeño solito agarra un teléfono y utiliza sus diferentes funciones o hasta te piden un de los celulares con más variedad de programas, ahora son ellos los que nos enseñan a utilizar la tecnología, siendo que algunos adultos aún se rehúsan “complicarse la vida con esos aparatos”.

Es por ellos que como educadores también tenemos que estar innovando nuestros saberes para estar siempre un paso más adelante que nuestros alumnos para poder satisfacer esas inquietudes de aprender e ir más allá de lo que ven sus ojos, tenemos que actuar y descubrir juntos un nuevo mundo mejor para todos.

Aunque también es cierto que con los aprovechamientos sociales de los beneficios de la ciencia y la tecnología, se pueden generar algunos riesgos e incertidumbres, lo cual implica para nosotros los docentes una distribución de responsabilidades dentro de un conjunto de agentes sociales, como lo es, inculcar los valores de convivencia: pluralidad, democracia y justicia social.

Como docentes, somos el ejemplo a seguir, aplicando y concientizando a uno mismo y a los demás sobre los valores ya mencionados, para que un futuro no nos convirtamos en una máquinas que estén siempre compitiendo para ver quién es mejor o cuál gana más dinero; ya que lo más importante es y deberá seguir siendo nuestra calidad de vida como seres humanos que necesitamos unos de otros para seguir adelante.

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