USAR EL DIÁLOGO PARA LIDIAR CON LOS CONFLICTOS
Maria Juliana Yunez CharrySíntesis17 de Octubre de 2016
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
MARÍA JULIANA YUNEZ CHARRY
DESARROLLO HUMANO
19 DE SEPTIEMBRE DE 2016
SÍNTESIS: “USAR EL DIÁLOGO PARA LIDIAR
CON LOS CONFLICTOS”
- ¿Qué es la verdad superior?
La verdad superior hace referencia al diálogo. Dialogar implica percibirse a sí mismo y a la persona con la que se está hablando en una conexión donde se tienen en cuenta las palabras, el lenguaje corporal, las emociones, el intelecto y el espíritu. Lo más importante para un diálogo efectivo es escuchar.
Para mantener un diálogo auténtico, es necesario que los participantes estén concentrados en el descubrimiento debido a que éste, consiste en una investigación compartida, un modo de pensar y reflexionar. Adicionalmente, es una actividad que se hace con otra persona y por lo tanto, el foco está en comprender a la otra persona, no solo en lograr que el otro te comprenda.
Dialogar implica que las personas piensan juntas y descubren cosas nuevas. Es la búsqueda de una verdad superior. En el verdadero diálogo se pretende mantener una conexión con las persona con la que se está hablando, y por consiguiente implica cuestionar y compartir dudas. El diálogo es la clave para la resolución de diferencias y conflictos.
“El diálogo es un importante medio para desarrollar una cultura de colaboración, mientras que el diálogo creativo también puede ser utilizado como medio para buscar nuevas ideas, y llevar, por último, a la innovación en cualquier campo.”[1]
- ¿Cuáles son los bloqueos del diálogo?
Los bloques del diálogo hacen referencia a las formas de frenar la discusión y así romper el proceso de vinculación inherente a la verdadera comunicación[2]. Muchas veces, no nos damos cuenta de la cantidad de bloques que se interponen en los diálogos, generando problemas importantes en la comunicación. Existen cuatro bloqueos primarios. Estos son:
- Pasividad: Ocurre cuando una persona muestra y utiliza un lenguaje retraído o un comportamiento no receptivo. En éste, el centro de su enfoque está en auto-inhibirse en vez de participar en la resolución del problema. Adicionalmente, también hay pasividad cuando el silencio es usado para evitar una respuesta.
- Descalificación: Éste sucede cuando una persona dice algo para desinflar, desmerecer, demeritar o faltar al respeto a otra persona, o a sí misma. El término “sí, pero…” generalmente es una descalificación de cualquier cosa que se haya dicho antes. Introducir descalificaciones en las conversaciones evita la oportunidad de obtener un diálogo útil.
- Redefinición: En éste, se cambia el foco de una transacción por medio de la manipulación para evitar algo que pueda resultar incómodo o emotivo. Puede ser una forma defensiva para mantener una mentalidad prejuiciosa sobre uno mismo, los otros o el mundo. En otras palabras, se considera que es forzar al otro a tu marco de referencia. El estímulo y la respuesta se están refiriendo a asuntos diferentes. Lo que falta en estos intercambios es el vínculo de pensamientos.
- Exceso de detalles: Se evidencia cuando quién habla da demasiados detalles y apabulla o aturde a los demás con tanta información que el punto importante se pierde o queda oculto. Tanto el orador como el oyente tienen la responsabilidad de ayudar al otro a conocer los puntos importantes de la transacción.
Adicionalmente, existen seis bloqueos secundarios, que generalmente acompañan a alguno de los cuatro bloqueos primarios. Estos son:
- Ser demasiado racional.
- Ser muy emotivo.
- Generalizar demasiado.
- La abstracción teórica.
- No ser directo.
- Falta de honestidad.
Los bloqueos al diálogo son significativos en dos niveles:
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