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Un Grito Desesperado


Enviado por   •  27 de Junio de 2012  •  2.703 Palabras (11 Páginas)  •  717 Visitas

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SOBRE LA RELACIÓN DE LA PEDAGOGÍA CON LA PSICOLOGÍA

EL PROBLEMA

Nadie puede ya negar la importancia de las ciencias psicológicas para las ciencias de la

educación y para la actividad especifica que estas últimas comprenden y regulan. En la

compleja trama de la actividad educativa los factores psicológicos tienen un lugar tan

destacado, que hasta resulta difícil escapar a la tentación de hacer de la educación un

proceso puramente psíquico. Y es justamente esa fuerte presencia de lo psíquico,

incrementada por el gran desarrollo de su ciencia, lo que obliga a educadores y a

pedagogos a bucear más hondo en la cuestión desde el ángulo del análisis

epistemológico.

El objetivo de ese análisis no puede ser otro que el de determinar hasta que punto puede

exaltarse el valor de la psicología para la pedagogía y, sobre todo cual es la posición de

aquella frente a la pedagogía considerada como una esfera independiente de

investigaciones. No examinar el asunto seria como dejar librada a su propia suerte el

destino de las ciencias pedagógicas necesitadas cada vez más de una sólida

fundamentación. Encarándolo con decisión podrán derivarse criterios fundamentales

para la aplicación correcta de los conocimientos psicológicos a la teoría y la práctica

educacionales, y lograr una conciencia del problema que no siempre es clara, no solo en

los psicólogos que aportan su bagaje científico a la educación, sino también en los

mismos pedagogos.

EL PUNTO DE VISTA Y LOS SUPUESTOS

Lo primero es adoptar un punto de vista general y exponer los supuestos que puedan

apoyar formas adecuadas de encuentro para ambas disciplinas.

En esta nota nos movemos con un criterio pedagógico estricto. No manejamos el criterio

psicológico, legitimo en su esfera, dada que lo que interesa establecer es el valor de las

investigaciones psicológicas para la educación, y la manera de que el pedagogo les de

libre acceso a su circulo sin perder su control. Si nuestro enfoque fuese psicológico

bastaría con acatar las leyes específicas de la psicología desprendidas de su real y

efectiva relación con lo educativo.

El hecho de que el hombre como ser psíquico y espiritual; predominantemente como ser

psíquico y espiritual, sea el sujeto de la educación, reviste a los factores psicológicos de

una importancia a primera vista mayor que la que parecen tener otros factores, que, sin

embargo están también presentes en el proceso educacional. Esta circunstancia justifica Revista de Psicología - 1967 - Vol. 4 2

el especial tratamiento de la ubicación de la psicología frente a la pedagogía, y si bien lo

que aquí se diga puede extenderse a las restantes disciplinas auxiliares de la pedagógica

(biología, sociología, etc.) ello es solo válido en cuanto a la forma básica de unión y no

con respecto a los contenidos propios de cada disciplina. Aquí ya es necesario

particularizar y lo que se afirme para la relación pedagogía-psicología vale únicamente

para esa relación.

Tal el punto de vista general. En cuanto a los supuestos —que, por razones de síntesis,

no podemos llevar aquí más allá de una simple forma axiomática— se nos ocurre que

podrían ser los siguientes

a) La pedagogía es una disciplina autónoma con campo y enfoque propios, que se

ubica en el sector de las ciencias llamadas "espirituales", "culturales" o, para usar una

terminología menos comprometida, de las "ciencias humanas" no naturales.

b) La psicología es también una disciplina autónoma con un visible mayor

desarrollo que la ciencia pedagógica, especialmente en el terreno metodológico. Aunque

sus conexiones con el mundo biológico son más claras que en el caso de la pedagogía,

también la psicología es una ciencia humana por excelencia.

c) Las ciencias humanas se caracterizan hoy por sus permanentes entrecruzamientos,

por un servicio mutuo ("interciencia", "enfoques interdisciplinarios") , que de ningún modo

hace peligrar la autonomía de cada una de ellas, siendo el "criterio de los intereses" o el

de la dirección de la investigación el más adecuado para circunscribir los propósitos y los

dominios particulares.

Como puede observarse, estos supuestos, largamente trabajados por las ciencias

humanas de nuestro tiempo, no solo sirven 'para construir las bases de nuestro rápido

esbozo, sino también para la ya reclamada conciencia del problema que nos ocupa. Los

aceptamos como supuestos, precisamente porque no nos proponemos discutir la

autonomía de las ciencias psicológicas ni la de las ciencias pedagógicas. Lo que nos interesa es determinar la suerte de la pedagogía frente al avance de la psicología, cuál es el

puesto

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