Un Grito Desesperado
chamakito27 de Junio de 2012
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SOBRE LA RELACIÓN DE LA PEDAGOGÍA CON LA PSICOLOGÍA
EL PROBLEMA
Nadie puede ya negar la importancia de las ciencias psicológicas para las ciencias de la
educación y para la actividad especifica que estas últimas comprenden y regulan. En la
compleja trama de la actividad educativa los factores psicológicos tienen un lugar tan
destacado, que hasta resulta difícil escapar a la tentación de hacer de la educación un
proceso puramente psíquico. Y es justamente esa fuerte presencia de lo psíquico,
incrementada por el gran desarrollo de su ciencia, lo que obliga a educadores y a
pedagogos a bucear más hondo en la cuestión desde el ángulo del análisis
epistemológico.
El objetivo de ese análisis no puede ser otro que el de determinar hasta que punto puede
exaltarse el valor de la psicología para la pedagogía y, sobre todo cual es la posición de
aquella frente a la pedagogía considerada como una esfera independiente de
investigaciones. No examinar el asunto seria como dejar librada a su propia suerte el
destino de las ciencias pedagógicas necesitadas cada vez más de una sólida
fundamentación. Encarándolo con decisión podrán derivarse criterios fundamentales
para la aplicación correcta de los conocimientos psicológicos a la teoría y la práctica
educacionales, y lograr una conciencia del problema que no siempre es clara, no solo en
los psicólogos que aportan su bagaje científico a la educación, sino también en los
mismos pedagogos.
EL PUNTO DE VISTA Y LOS SUPUESTOS
Lo primero es adoptar un punto de vista general y exponer los supuestos que puedan
apoyar formas adecuadas de encuentro para ambas disciplinas.
En esta nota nos movemos con un criterio pedagógico estricto. No manejamos el criterio
psicológico, legitimo en su esfera, dada que lo que interesa establecer es el valor de las
investigaciones psicológicas para la educación, y la manera de que el pedagogo les de
libre acceso a su circulo sin perder su control. Si nuestro enfoque fuese psicológico
bastaría con acatar las leyes específicas de la psicología desprendidas de su real y
efectiva relación con lo educativo.
El hecho de que el hombre como ser psíquico y espiritual; predominantemente como ser
psíquico y espiritual, sea el sujeto de la educación, reviste a los factores psicológicos de
una importancia a primera vista mayor que la que parecen tener otros factores, que, sin
embargo están también presentes en el proceso educacional. Esta circunstancia justifica Revista de Psicología - 1967 - Vol. 4 2
el especial tratamiento de la ubicación de la psicología frente a la pedagogía, y si bien lo
que aquí se diga puede extenderse a las restantes disciplinas auxiliares de la pedagógica
(biología, sociología, etc.) ello es solo válido en cuanto a la forma básica de unión y no
con respecto a los contenidos propios de cada disciplina. Aquí ya es necesario
particularizar y lo que se afirme para la relación pedagogía-psicología vale únicamente
para esa relación.
Tal el punto de vista general. En cuanto a los supuestos —que, por razones de síntesis,
no podemos llevar aquí más allá de una simple forma axiomática— se nos ocurre que
podrían ser los siguientes
a) La pedagogía es una disciplina autónoma con campo y enfoque propios, que se
ubica en el sector de las ciencias llamadas "espirituales", "culturales" o, para usar una
terminología menos comprometida, de las "ciencias humanas" no naturales.
b) La psicología es también una disciplina autónoma con un visible mayor
desarrollo que la ciencia pedagógica, especialmente en el terreno metodológico. Aunque
sus conexiones con el mundo biológico son más claras que en el caso de la pedagogía,
también la psicología es una ciencia humana por excelencia.
c) Las ciencias humanas se caracterizan hoy por sus permanentes entrecruzamientos,
por un servicio mutuo ("interciencia", "enfoques interdisciplinarios") , que de ningún modo
hace peligrar la autonomía de cada una de ellas, siendo el "criterio de los intereses" o el
de la dirección de la investigación el más adecuado para circunscribir los propósitos y los
dominios particulares.
Como puede observarse, estos supuestos, largamente trabajados por las ciencias
humanas de nuestro tiempo, no solo sirven 'para construir las bases de nuestro rápido
esbozo, sino también para la ya reclamada conciencia del problema que nos ocupa. Los
aceptamos como supuestos, precisamente porque no nos proponemos discutir la
autonomía de las ciencias psicológicas ni la de las ciencias pedagógicas. Lo que nos interesa es determinar la suerte de la pedagogía frente al avance de la psicología, cuál es el
puesto que a ésta le corresponde y cuáles los principios para que el educador aplique los
resultados de las investigaciones psicológicas.
LA RELACION PEDAGOGIA-PSICOLOGIA
Esquematizando, puede decirse que existen tres actitudes fundamentales ante el tema de
las relaciones de la pedagogía con la psicología.
La primera parte de la tesis errónea que convierte a la pedagogía en psicología, es la
actitud del psicologismo pedagógico y educacional. Como psicologismo "pedagógico"
consiste en la cesión de todos los derechos de la pedagogía en beneficio de la
psicología, esto es, en la pérdida de la independencia de la ciencia educativa. Como Revista de Psicología - 1967 - Vol. 4 3
psicologismo "educacional" significa un enfoque parcializado y unilateral de la educación
que queda reducida a un exclusivo proceso de aprendizaje, a un mero movimiento de lo
subjetivo-individual.
La tendencia al psicologismo pedagógico y educacional se alimentó del desarrollo de la
pedagogía experimental y, particularmente, de uno de sus sectores de marcada tonalidad
empirista (Ernst Neumann y Wilhelm A. Lay, entre otros). En este movimiento, como muy
Bien ha dicho Juan Roura-Parella, en Educación y ciencia, el psicólogo domina al
pedagogo y lo somete a su exclusivo interés.
El error básico del psicologismo, que en nuestros días adopta formas muy diversas, se
produce en la superposición de círculos que deben ser tangenciales o, si se quiere, hasta
insertos el uno en el otro, perdiendo de vista la totalidad del fenómeno educacional, y, por
consiguiente, su simultánea naturaleza de realidad social y proceso cultural
supraindividual y objetivo. No obstante, el error debidamente analizado permite sacar
algunas conclusiones defendibles. Es así como la esfera pedagógica se presenta como
más amplia, al menos cuando se habla de la relación pedagogía-psicología desde el
punto de vista de la primera. Al penetrar en el mundo educacional, atraída y requerida por
éste, la esfera psicológica se convierte en parte de la ciencia educacional, pues es el
interés pedagógico quien determina el propósito y la necesidad de la investigación. Lo
contrario seria caer en el psicologismo, sin perjuicio por cierto de que el psicólogo pueda
asimilar elementos valiosos para su ciencia, o penetrar en el campo educativo con
exclusivas intenciones psicológicas.
Aquí se manifiesta claramente el tercero de los supuestos arriba enunciados, referido al
mutuo servicio de las ciencias. Con respecto a la de la educación, múltiples disciplinas
vienen en su ayuda para esclarecer su temática específica, pero es siempre la intención
pedagógica la que da sentido a los aportes llegados desde fuera. Hermann Nohl lo ha
expresado en su Teoría de la educación con un ejemplo muy convincente: "¿Qué es lo
que no participa en la escuela activa o del trabajo? Intereses sociales, económicos,
éticos, psicológicos y cívicos; todos estos factores particulares tienen que ser precisos,
pero, en última instancia, la escuela activa es una idea pedagógica y partiendo de la
pedagogía tiene que justificarse la síntesis peculiar de todos los factores de la escuela
activa". Es decir que la inserción de otros campos o elementos científicos en la compleja
realidad educacional no puede hacerse con sacrificio de todos los que caben en ella, y
mucho menos de la idea central y del enfoque que ha de ser eminentemente pedagógico.
El breve tramo recorrido nos facilita el acceso a las otras dos soluciones anunciadas
sobre la relación de la pedagogía con la psicología. De éstas la primera fue sólidamente
fundamentada ya a principios del siglo XIX por Herbart que hizo de la psicología una
ciencia auxiliar básica de la pedagogía. La otra es atribuible al instrumentalismo científico Revista de Psicología - 1967 - Vol. 4 4
y filosófico de John Dewey para el cual la psicología es propiamente una fuente de la
ciencia
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