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¿Un Mal Estudiante Puede Ser Un Buen Abogado?


Enviado por   •  10 de Marzo de 2014  •  1.882 Palabras (8 Páginas)  •  871 Visitas

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LA ESPERANZA DE SER MALOS CON EL DERECHO DE SER BUENOS

Un estudiante no es otra cosa que un capacitado en formación. El aprendizaje y la práctica nos brindará la capacidad para desempeñar una función sea cual sea sin importar el tipo de enseñanza que recibimos, he aquí donde el futuro como profesional depende de nuestra integridad como persona, de nuestra habilidad para dar lo mejor de sí.

Cuando nos referimos a un estudiante, inmediatamente pensamos en alguien que se dedica a aprender y memorizar lo que sus profesores señalan y por otro lado a quienes se someten a una casi desagradable jornada de estrés, esfuerzos y responsabilidades. Alguien se ha puesto a pensar ¿Qué pasaría si en el mundo actual no hubiera estudiantes? O por qué no ¿Qué sería del mundo si todos estudiáramos? Pero en esto no enfatizaremos, solo bastará entender que ser estudiantes es una responsabilidad y una esperanza, quizás grande, quizás chica.

Siempre y en cada actividad que realicemos nos enfrentaremos a la dificultad y es justo esta la que hace las cosas interesantes y a su vez agotadoras. Una meta solo se alcanza con esfuerzo, pero el esfuerzo por sí solo no ha de llevarnos al logro puesto que necesitamos de habilidades que nos permitan hacer de ese esfuerzo una solución adecuada a cada problema. Las actitudes y aptitudes hacen de un estudiante aprobado o reprobado en lo que hace.

Alguien se ha puesto a puesto a pensar ¿Qué clase de estudiante soy? ¿Qué clase de profesional seré? Basta con analizarse a sí mismo y para encontrar respuestas a esto, puesto que las notas que nuestros profesores nos dan solo una calificación de lo que demostramos alcanzar pero no es la realidad del asunto, ¡Ay quienes piensan que sí! No existe una escala perfecta para definir qué es bueno, ni que es malo pero un autoanálisis de nuestra manera de actuar sería suficiente para dar respuestas.

Un mal estudiante quizás no sea el que obtiene bajas calificaciones, podría ser un estudiante “más malo” quién tiene mejores calificaciones pero no de manera honesta, por ejemplo la famosa copialina de los estudiantes puede generarnos buenas notas pero no conocimiento. Cada centro de enseñanza tiene muchos estudiantes malos y sería decepcionante darnos cuenta que estos son la mayoría. Estudiantes malos por la cantidad y no por la calidad, estudiantes malos por la deshonestidad y por el único interés de obtener buenas notas y/o quedar bien, estudiantes malamente perezosos y mediocres que son especie de virus y hacen a otros de su grupo, estudiantes malos que sacan malas notas.

Un estudiante y cualquier persona es una especie de libro que a diario tiene nuevos escritos, algunos con tinta roja y otros con tinta azul, incluso con tinta negra y tinta blanca que van llenando y solo cuando nos auto leamos sabremos qué clase de libro somos. ¿Seré yo un mal estudiante? Si has hecho todo tu esfuerzo y empeño, si has sido honesto y te preocupas por aprender, dando lo mejor de sí o como dice un anónimo “Llevando la carta a García” entonces no habrá temor.

Si existen estudiantes malos, también existen buenos estudiantes algunos con buenas y otros con malas notas aunque suene descabellado la idea de ser buen estudiante y obtener malas notas, entonces un buen estudiante es aquella persona en formación que se empeña por hacer las cosas bien, por aprender y destacarse en la excelencia académica y personal, repito, excelencia personal, sí, es algo que muchos olvidan y que creen que no influye en esta categoría por decirlo así. Un buen estudiante es una persona ética aunque una persona ética no siempre sea un buen estudiante.

Se ha hablado de buenos y malos estudiantes y ahora se repetirá una vez más, un buen estudiante es una persona capaz de sobresalir académicamente de manera honesta gracias a sus capacidades, el interés propio y la dedicación para alcanzar y obtener resultados óptimos en su aprendizaje, aun cuando no esté el juez-profesor dando una nota que le identifique. Por ende un mal estudiante carece principalmente del interés de aprender.

Alguien me comentó un día por ahí una frase que recuerdo mucho y que de cierto modo me sirvió de motivación para ser estudiante de pregrado, dice así: “Hay que comer mierda cinco años para comer pastel toda la vida” y en realidad no sé si es decepcionante o alentadora, a muchos les bastaría con ganarse el “pastel” – Ser profesional- que según podemos imaginar será solución a nuestros problemas – mentira-.

Un profesional es un es un estudiante con un título que le acredita haber alcanzado logros de aprendizaje. Hay profesionales por doquier y volvemos a lo mismo, hay “buenos” y “malos” con trabajo y sin trabajo, buenos trabajadores y malos trabajadores, hay profesionales felices y profesionales frustrados. Hablaremos de profesionales de derecho, abogados.

No será divertido explicar qué es un buen profesional puesto que ya lo hicimos con el estudiante, entonces tomaremos el mismo concepto y lo aplicaremos al profesional aunque no sería igual aplicarla para un abogado, ni me atrevería aún a definir qué es un buen abogado, pero apuntaremos que existen por ahí abogados manejando taxi. Yo me preguntaría ¿Cómo carajos estudié cinco años para manejar taxi? Y si me vuelvo escuchar la frase de motivación diré, “comí mierda cinco años y todavía estoy comiendo”.

El fracaso, es un miedo que todos vivimos a diario y al cual estamos expuestos en todas las decisiones que tomamos y sin la intención de asustar a nadie, a la que están expuestos todos los estudiantes de cualquier profesión pero que es altamente inevitable. Ser un profesional exitoso depende de nosotros

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