“Un país que le exige más a un futbolista que a un político, está condenado a la mediocridad”

Un Patógeno Silencioso

 “Un país que le exige más a un futbolista que a un político, está condenado a la mediocridad”

José María Yazpik

     Se remonta al siglo XV, desde la época de la colonia española, cuando el régimen entronizó una jerarquía de castas; fundamentada en la pureza racial durante más de tres siglos. Es sinónimo de cáncer y enfermedad mental, donde una mala transcripción genética hace un proceso de metástasis, contaminando progresivamente los órganos que sostienen al país, hasta llegar a un punto donde nosotros mismos generamos un diagnóstico terminal. Se debe atacar desde las instituciones con una radioterapia inhibidora de la contratación y la pérdida inexplicable de los recursos. Colombia es una nación tan rica pero tan pobre, que sólo entiende dos idiomas, dinero y poder. Es por esto que se debe tomar  acción o se esparcirá a un punto incontrolable, en el que nada frenará la lluvia de favores por intereses en el sistema. Tiene nombre propio, y se llama corrupción.

     ¿Qué alternativas tiene Colombia para erradicar su cáncer interno? Para comenzar a debatir, tenemos que aterrizar la corrupción a un contexto colombiano. Daña el tejido social, debilitando la institucionalidad del país y desacreditando aún más el deficiente concepto de Estado. La corrupción se debe erradicar y se debe hacer de manera efectiva, no puede existir un cambio sin una transformación del sistema. La modificación se hace evocando a los actores directos del sarcoma; los sectores y la ciudadanía. A lo largo de los años, instituciones como la Contraloría General de la Nación, la Procuraduría y la Corte Suprema de Justicia se han caracterizado por ser las entidades más adulteradas de Colombia. De igual manera, empresas y multinacionales del sector privado también forman parte de las estadísticas, mayormente empresas del sector de minas y energía, constructoras y prestadoras del servicio de salud. Paralelamente, se ha sumado la coacción del pueblo, al transigir acciones delictivas y carecer de conciencia política.

     Dado lo anterior, para ilustrar sucesos que han ocurrido en la nación, podemos nombrar un claro ejemplo de corrupción en Colombia, el caso Odebretch. Multinacional brasileña del sector urbanístico, dedicada a la construcción de vías e industria, para el año 2016 fue investigada por casos de coimas y sobornos a funcionarios públicos en 12 países para obtener beneficios en obras públicas. Se pagaron millones de dólares en un período de 15 años, cometidos por ejecutivos de alto nivel de la compañía. ¿Cómo es posible que se pierdan 88.000 millones de pesos en Colombia, no se conozca el paradero de este dinero y tampoco esté el proyecto? Son absurdas las cantidades de dinero que se pierden en el país, que se podrían estar destinando para inversión social y educación. Debemos combatir este patógeno al modelo de Singapur, con mano dura.

     En este orden, las cárceles pasaron de 500.000 presos a tan solo 50 en seis meses, todos los criminales confesos y probados fueron fusilados. Toda figura pública corrupta fue fusilada; siempre y cuando existieran pruebas contundentes que lo ratificaran. Los empresarios ladrones fueron fusilados o huyeron rápidamente, de la misma manera que los drogadictos, tenían dos opciones; eran fusilados o forzados a hacer trabajo social. La quimioterapia, tratamiento que debe recibir el cuerpo social,  evitará mediante radiación disipar y airear el ente contaminado, pues no se ha tomado acción insofacta al diagnóstico. Se debe implementar entonces, un régimen estricto y radical, que no tolere la delincuencia ni las drogas. Se debe reorganizar el sistema judicial y penal para construir un proyecto de nación que desarrolle todo el potencial del pueblo. Es desde las instituciones que podemos reformar el tejido infectado, relevando funcionarios íntegros y comprometidos en generar prosperidad. El gobierno de Singapur fue directo y contundente, extirpó su enfermedad en 10 años y hoy en día es más seguro que Suiza, sumado a ser el más educado del mundo.

     Según se ha visto, vivimos en una sociedad que cuando juega la selección de fútbol le exigimos el cien por ciento a nuestros jugadores, esperamos que dejen la piel en la cancha y perder no es una opción. La Revista Semana afirma que se pierden 555 millones de pesos diarios en el sistema de transporte Transmilenio a causa de los “colados”, quienes denuncian la defectuosa administración de los recursos destinados a la mejora del sistema.  Estas situaciones que carecen de base argumentativa demuestran circunstancialmente la cultura tan pobre que tenemos en este país. ¿ Por qúe las calles están vacías cuando suceden episiodios de corrupción, cuando liberan a un delincuente que no tenía antecedentes, cuando un empresario lava 5 millones de dólares en activos y tiene casa por carcel dado que no representa un peligro para la sociedad? Al igual que cuando aumentan el salario de los congresistas y la sociedad se indigna , de igual manera, se debería indignar cuando reducen las condenas y persiste la impunidad. La rama judicial es la célula cero, en la que se inicia un proceso de calco perfecto de cada unidad, producto de una minoría salpicada. Una remoción infalible debe practicarse, o prontamente se habrá homogenizado en el conjunto absoluto. Una sociedad que se deja operar de manera cohecha y no tiene memoria; es complice de su misma destrucción.

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