Urbanismo para la riqueza: Una realidad viable para México y para sus ciudades
mirebautistaDocumentos de Investigación5 de Febrero de 2016
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Urbanismo para la riqueza: Una realidad viable para México y para sus ciudades.
L.A.E.T. Mireya Bautista Casas[1]
Resumen— Este artículo sostiene que “lo urbano”, la condición que más profundamente distingue la vida moderna de aquella tradicional-rural, no es una condición espacial ni una delimitación demográfica o productiva, sino una conducta, una forma de vida. Esta forma de vida está determinada por las singulares características de la ciudad en tanto entidad material: específicamente su tamaño, densidad y heterogeneidad. En consecuencia, “lo urbano” es el efecto que el tamaño, la densidad y la heterogeneidad de la ciudad tienen sobre el carácter social de la vida colectiva, y que puede ser entendida en términos de contactos sociales impersonales, superficiales, transitorios y segmentados; debilitamiento de las relaciones primarias y su consecuente sustitución por aquellas de tipo secundarias; y la promoción de una perspectiva relativista –y por ende- una mayor tolerancia a la diferencia y libertad de acción.
Palabras clave— Ciudad, civilización, población, urbanismo, riqueza.
Abstract— This paper argues that "urban", the condition more deeply distinguishes modern-traditional rural life that is not a spatial condition or demographic or productive delimitation, but a behavior, a way of life. This way of life is determined by the unique characteristics of the city as material entity: Specifically its size, density and heterogeneity. Accordingly, "urban" is the effect the size, density and heterogeneity of the city have on the social nature of collective life, and can be understood in terms of impersonal, superficial, transitory and segmented social contacts; weakening of primary relationships and its subsequent replacement by those of secondary type; and promoting a relativistic perspective, and by straightening greater tolerance for differences and freedom of action.
Key Words— City, civilization, population, urbanization, wealth.
Introducción
Así como el comienzo de la civilización occidental se caracterizó por la instalación permanente de pueblos nómades en la cuenca del Mediterráneo, el comienzo de lo que es distintivamente moderno en nuestra civilización se caracteriza por el crecimiento de las grandes ciudades. El rasgo que distingue al modo de vida del hombre de la edad moderna es su concentración en agregados gigantescos que irradian las ideas y prácticas que llamamos civilización, y alrededor de los cuales se aglomeran centros menores.
Las influencias que la ciudad ejerce sobre la vida social del hombre son mayores de lo que indicaría la magnitud de la población urbana, pues la ciudad no es sólo la morada y el taller del hombre moderno, sino también el centro de iniciación y control de la vida económica, política y cultural que ha atraído a su órbita las más remotas partes del mundo y entrelazado en un cosmos diversas áreas, pueblos y actividades. Esta transformación de una sociedad rural en una predominantemente urbana, acaecida en áreas industrializadas tales como los Estados Unidos y el Japón en el lapso de una simple generación, fue virtualmente acompañada por cambios que han afectado profundamente todos los aspectos de la vida social.
En el pasado siglo XX, se generaron grandes aglomeraciones en la República Mexicana cuyo calificativo de ciudades dignas está en entredicho; mucho crecimiento con muy poco urbanismo. Los gobiernos federales, estatales y municipales se han ocupado de la vivienda, de los servicios y de algunos aspectos del control del crecimiento, con resultados meritorios, pero insuficientes. Por otra parte, las condiciones de tránsito, ambiente urbano, oportunidades de convivencia y otras, se vieron muchas veces deterioradas a pesar de los esfuerzos hechos al respecto. La iniciativa privada se acomodó a los requerimientos legales y financieros y se ocupó de producir y ofrecer una gran cantidad de lotes urbanizados y viviendas tipificadas al mercado inmobiliario. Los propietarios de la tierra, frecuentemente con participación de fraccionadores ilegales, dividieron las propiedades particulares y ejidales para ofrecerlos sin permisos ni licencias al mercado inmobiliario.
Materiales y métodos
La riqueza se obtiene mediante el aprovechamiento de dos cosas: los recursos y la capacidad y posibilidad de hacerlos producir. La ciudad existe en función de convivir para aprovechar los recursos en un ambiente que posibilite utilizar la capacidad de las personas para la creación de una riqueza diferente a la estricta producción de autosatisfacción. Del orden y de la calidad de barrio y de ciudad en donde se vive, se deriva la cantidad y calidad de la riqueza que se produce en ella. La calidad de ciudad es por lo tanto, una de las bases más importantes para la generación de riqueza. El buen urbanismo es entonces necesario para que la calidad de la ciudad sea la mejor posible y, con esta calidad, se obtenga la riqueza para todos. Con un buen urbanismo se pretenden lograr dos cosas principalmente: Estructurar lo poblado con la mejor calidad posible y orientar el crecimiento creando ciudad con orden y armonía.
Comenzamos en nuevo siglo con un crecimiento desordenado en que más del cincuenta por ciento del mismo tiene diferentes aspectos de ilegalidad. Si el 50% del crecimiento urbano se ha dado con un alto contenido de ilegalidad, aproximadamente un millón de mexicanos se incorporan cada año a un contexto que, por sí, limita su capacidad productiva. En los tres primeros años de este siglo se han incorporado, por tanto, del orden de un millón de personas económicamente activas a este contexto con falta de orden. Desde luego, esto no ha generado la riqueza necesaria posible ni para ellos ni para el país.
Sin embargo, está comprobado que los que han adquirido en forma ilegal, han pagado tanto, o más, que los que lo han hecho en forma legal. Es indudable que la oferta legal no les ha sido accesible por las características de ésta. Por otra parte, el crecimiento que se ha dado de acuerdo a la reglamentación tiene un contenido que no siempre favorece el orden de la ciudad.
El proceso de desorden urbano sigue incrementando el problema de insatisfacción del poblador, frenando, en lo concerniente, el enriquecimiento de cada familia, de cada barrio, de cada ciudad y del país entero. La satisfacción de cada individuo induce su productividad; ambas dependen de su contexto físico, psicológico y social.
Esto hace, que los grupos en donde se desarrollan cada uno de los individuos, tengan una vida más o menos satisfactoria y que sean grupos más o menos productivos. Como grupo podemos entender tanto la familia, los vecinos, los compañeros de trabajo o cualquier grupo donde se desarrollen actividades culturales, deportivas, educativas, políticas y sociales.
Los grupos a los que pertenece todo individuo pueden incluir unas cuantas personas, o bien decenas, centenares, millares y hasta millones de personas interactuando de alguna manera; este es uno de los principios del urbanismo moderno. Los resultados de las actividades humanas se pueden ver como conjuntos, considerando lo que busca cada individuo y todo grupo humano y que se menciona a continuación:
- Un primer conjunto de resultados tiene que ver con las actividades que obtienen la subsistencia y la realización; tanto del individuo como de la sociedad misma.
- Un segundo conjunto de resultados tiene que ver con la protección contra algunas manifestaciones de la naturaleza y con la protección contra algunas acciones de la sociedad misma.
- Un tercer conjunto de resultados tiene que ver directamente con la disposición del tiempo libre.
Cuando el contexto de un individuo obliga a éste a ocupar su atención, su tiempo y sus preocupaciones, en “defenderse” de la agresión de la sociedad, o del jefe, o del líder, entonces su satisfacción vital y por ende, su productividad, se disminuyen notablemente. El individuo, además, refleja sus actitudes en los que lo rodean y, si éstos están en situación similar, el ambiente social se deteriora y puede llegar a grados de pobreza social y de productividad ineficiente.
En algunas zonas en que la ocupación urbana del suelo parte de ventas ilegales, con alto grado de desorden; por lo general existe una persona o un grupo que “protege” a los pobladores, quienes mantienen un nivel de angustia que puede ser diferente para cada uno de ellos. Este nivel de angustia se genera por el riesgo presente y explícito de perder patrimonio y dignidad ante las exigencias de sus “protectores” o de autoridades involucradas que pueden ejercer fuerza legal en contra de los posesionarios; esto en algunos casos tiene un alto contenido dramático.
Resultados
La creación de barrios, colonias o nuevas ciudades con orden, que absorban en su totalidad el crecimiento de cada ciudad es posible. Estamos frente a un fenómeno claro de oferta y demanda. La demanda está bastante bien dimensionada. La oferta, se cubre en una parte con oferta legal de diferentes calidades urbanísticas y, en otra parte, con una oferta ilegal que viene a cubrir la deficiencia de la oferta legal. Ante este hecho, los gobiernos se han esforzado en facilitar soluciones de oferta legal. Para la vivienda se han generado recursos financieros acotados, se han hecho cientos de planes para el ordenamiento territorial y se ha buscado como incorporar tierra nueva a las ciudades. Ello ha evitado que el problema de desorden sea más grave.
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