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Valoracion Social Y Caracteristicas Del Trabajo


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2013  •  2.245 Palabras (9 Páginas)  •  938 Visitas

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VALORACION SOCIAL Y CARACTERISTICA DEL TRABAJO

ANTECEDENTES

En cada cultura y a lo largo del tiempo se han tenido concepciones diferentes respecto al trabajo. Entre los griegos, por ejemplo, era una maldición, opinión compartida por los romanos y los hebreos. Los primeros cristianos lo consideraron como castigo divino debido al pecado original del hombre; sin embargo, también le atribuían ciertas cualidades positivas, ya que proporcionaba un medio de ayudar al pobre y al necesitado. Con el tiempo se empezó a considerar un factor importante para la salud física y mental, ya que de no tener el hombre era víctima de la ociosidad y de otras formas de maldad.

En 1500, Lutero consideró que todos los que pudieran trabajar deberían hacerlo, ya que el trabajo era la base universal de la sociedad y la mejor forma de servir a Dios.

Para Calvino (primera mitad del siglo XVI), el trabajo era una obligación religiosa y la austeridad una virtud, por lo cual los hombres debían trabajar mas no disfrutar del fruto de su esfuerzo.

En el siglo XIX se dio más importancia a las recompensas materiales del trabajo y se entendió como un medio de progreso individual que permite al hombre oportunidades de mejoramiento.

Con el devenir de la producción en masa, resultado de la revolución industrial, se produjo una división compleja del trabajo y una fragmentación del proceso. El modo de producción artesanal fue desplazado y el trabajador fue visto como un apéndice pasivo de una máquina.

El valor intrínseco del trabajo artesanal se perdió, dando lugar a una serie de estrategias como la medición de tiempos y movimientos, control de producción, que hicieron pensar que el trabajo había perdido su calidad humana, ya que el único objetivo parecía estar centrado en el incremento de la productividad y la eficiencia al máximo posible.

Taylor y Giblbreths introducen la administración científica que además de los objetivos anteriores buscan el bienestar del trabajador. Para Taylor, el bienestar del trabajador se encontraba unido al bienestar de la empresa, las técnicas que la hicieran eficiente y exitosa también lo harían con el trabajador, de forma que entre ambos no habría conflictos.

El Taylorismo consideraba que los principales factores que podían afectar la eficiencia del trabajador eran la fatiga, las condiciones ambientales deficientes o los métodos incorrectos para realizar el trabajo, los cuales se podrían corregir con el establecimiento de estrategias que no entendían como fuente de problema los factores que emanaban del ambiente social.

No es sino hasta 1930 que se empieza a considerar importante el estudio de las relaciones humanas como factor determinante en las situaciones de trabajo. Se empezaron a analizar los patrones de interacción social que ocurrían en él y su efecto sobre la ejecución que se lograba desempeñar.

Entre éstos se encuentra la satisfacción en el puesto, la importancia que tienen para el trabajador los factores sociales más que los meramente económicos; es decir, se empezó a tener una concepción social del hombre en el trabajo. En este sentido, cada cultura asigna en épocas determinadas un valor específico al trabajo que se realiza. Para esta valoración se han considerado diferentes aspectos como las dificultades que han de vencerse para triunfar, el bienestar que procura a otros y el estatus social de los que lo realizan.

En otras palabras, la posición social que ocupan las diferentes ocupaciones laborales en la sociedad tiene que ver con la remuneración que gozan como actividades productivas, la condición social que se asigna a sus miembros y las cualidades psicológicas que se le atribuyen.

La percepción social reproduce la estructura piramidal de las grandes empresas industriales o más exactamente del sistema industrial moderno. En este sentido, coloca en primer lugar a los dirigentes de negocios, en segundo lugar a los cuadros técnicos, en tercero a oficinistas y obreros, y por último a los peones. Por encima de los dirigentes de la industria se sitúan los miembros de las profesiones liberales y a los altos funcionarios. Las funciones públicas como juez de la suprema corte, gobernadores, etc., se sitúan más arriba.

Los jefes de empresas medias son clasificados después de los directivos de las grandes compañías y del estado; es decir, luego de numerosos asalariados, Los pequeños comerciantes son colocados más o menos a la altura de los empleados o por debajo, cuando se trata de artesanos. Los agricultores se encuentran situados un poco por arriba de los pequeños comerciantes.

Por lo que se refiere a empleos manuales, la ganancia, la estabilidad del empleo, la calificación y la dificultad influyen para su valoración social. Sin embargo, los empleos de servicios se consideran más bajos que los oficios propiamente manuales más pesados.

A lo largo de la historia se ha valorado más el trabajo no manual que el manual, aludiendo a las consideraciones antes planteadas, en particular se consideraba que entre la posición social que se ocupa y el trabajo que se ejerce debe haber una relación estrecha, incluso se llegó a pensar que para “un trabajo de clase se requería hombres con clase”.

En el caso de las profesiones, un factor que se considera importante para explicar la posición que se asigna a una ocupación tiene que ver con la naturaleza del trabajo. Se dice que son actividades de gran valor social indispensable para la colectividad, que exigen grandes conocimientos y se da mayor valor a las que fortalecen de forma directa la economía de un país.

En segundo plano se encuentran las profesiones consideradas de servicio, entre las más valoradas se hallan las que inciden sobre la calidad de vida de la población, como el médico o el maestro, profesiones que a lo largo de la historia han ocupado un lugar de alto reconocimiento social.

En la actualidad, la valoración del trabajo no ha cambiado sustancialmente; se tiende a relacionar un estatus social con el desempeño de un trabajo particular, aunque también existe la posibilidad de que esta asignación sea anacrónica y sin fundamento.

Hoy en día, las carreras técnicas no tienen la misma demanda que las carreras profesionales, lo cual refleja la respectiva valoración social. Se da más valor a la posesión de un título universitario que uno técnico, aun cuando la demanda de técnicos por el sector productivo sea más alta que la de profesionales.

BERUMEN, GOMAR, GÓMEZ. (2005) Ética del ejercicio profesional. México: CECSA.

Todos los seres humanos tienen distintas necesidades que tienen que ser satisfechas,

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