We Belong

wow, fue realmente genial

- sí, es mejor que en los ensayos

-esperémoslos en la mesa- de nuevo salimos de la multitud con dificultad y nos pusimos a hablar en la mesa mientras escuchábamos las demás participaciones

- unnie, yo también quiero algo de beber- minzy parecía realmente triste

- está bien, buscare algo- me dirigí a la barra que estaba no muy lejos de nuestra mesa y pregunte si me podrían dar una piña colada sin alcohol, el joven que atendía asintió y lo preparo muy rápido, di un par de pasos y un chico me empujo haciendo que la bebida callera sobre mi

- lo siento, no fue mi intención, ¿quieres que te compre una nueva?- puse el vaso en una mesita cerca de ahí, el chico parecía algo mareado

-no, gracias así está bien- intente avanzar pero él me tomo por el brazo impidiéndome avanzar

-en serio, tu solo pídeme lo que quieras

- no, gracias- su agarre comenzó a lastimarme- suéltame me estas lastimando

-deja de hacerte la difícil- iba a golpearle pero alguien se puso frente a mí y lo empujo no muy fuerte

- suéltala-inmediatamente supe quién era, el me soltó y se fue aun que parecía muy molesto, seunghyun volteo para poder mirarme

- ¿estás bien?-me miro de arriba abajo- debes cambiarte la blusa-tomo mi mano y me llevo a la habitación en donde ellos se cambiaron-te quedara algo grande pero es mejor a que te quedes con eso-mis ojos se abrieron como platos cuando comenzó a quitarse la playera, su ancha espalda parecia tan acogedora, apenada me di la vuelta, él se percató de que seguía ahí

-…l-lo siento, olvide decirte que entraras ahí- señalo un cubículo

- e-está bien- me gire en la dirección en la que él había señalado, pero él se puso frente a mí, me miro a los ojos, y cuando me di cuenta él ya tenía mi blusa en sus manos, instintivamente me cubrí con los brazos ya que me había dejado en sujetador, sonrió y se acercó aún más, me envolvió entre sus brazos, el calor de su cuerpo desnudo hizo que mi piel se erizara

-eres hermosa-dijo en un murmullo y beso mi cuello, sentí un extraño escalofrío recorrer mi columna, deshizo el abrazo y me dio la espalda, pero de nuevo un extraño impulso me hizo detenerlo, me acerque y tratando de alcanzarlo me pare de puntitas, el al verme acerco su rostro y trapo mis labios; aquel que en el escenario parecía rudo y que en sus canciones decía palabras ásperas, era en realidad una amable y generosa persona.

Sus labios

...