Ética por la vida.

Ética por la vida. Elogio de la voluntad de poder

Durante todo el desarrollo de la historia, el ser humano ha distorsionado en gran medida debido a los avances tecnológicos y a las innegables necesidades individuales lo que es el saber vivir. Y es claro que la ética es definida como una filosofía de vida, como esa habilidad para vivir con calidad y pleno sentido. Pero esta clara desviación de lo que es saber vivir con gracia, con imaginación y con verdadera pasión por la vida está siendo inevitablemente incitada por la intervención desmedida que el hombre en busca del cumplimiento de sus deseos e instintos le hace a la naturaleza. Y esto es que por la ola de la modernidad en busca del aprovechamiento o el máximo poder posible sobre unos recursos limitados que están siendo mal administrados debido a que estamos siendo llevados por una racionalidad científica que busca basados en el desarrollo intelectual y tecnológico transformar la naturaleza a nuestro favor, trayendo consigo consecuencias como desequilibrios ambientales y altos potenciales de riesgo de nuestra propia existencia. En el texto se invita a vivir en armonía con la naturaleza, de seguir su lógica compleja para así asegurar un lugar para todos y garantizar condiciones de supervivencia, de pensar más en los beneficios comunes que conllevan a beneficios individuales, de superar la ética que emana la ciencia debido a que esta está fundada en conocimientos absolutos libres olvidándose de los valores subjetivos que dan el verdadero sentido a la existencia.

La ética ambiental se muestra como una ética en la que el ser humano contrario a actuar controlado por sus más bajos instintos sobre el dominio de unos recursos compartidos, como un ser solidario y amante del planeta que cuida, protege y promueve recursos comunes que son indispensables para todos y cada uno de nosotros. Y es este un punto difícil de visualizar ya que para ello es necesario hacer a un lado el beneficio y los requerimientos individuales para empezar a pensar como un todo y no como un “yo” individual, haciendo uso de la gestión colectiva de los bienes de la humanidad. Y es necesaria la aclaración que la ética ambiental no se concentra en la supervivencia del ser vivo, sino a la recreación humana por si sola.

En conclusión la ética es un amor poético por la vida y lo existente, un amor por cada instante y cada cosa que nos rodea. Es hacer maravilloso lo simple y poner en cada vivencia más amor por la existencia que razón, es poder amar lo inesperado y el porvenir ya que este es precisamente la esencia de la vida, poder contemplar la experiencia de vivir en un tiempo efímero que aunque efímero toma tiempo para aprender a vivir los momentos e implementar ese saber que ni al alcance de las ciencias está: el saber vivir.

Conclusiones:

-La ética es un derecho a sentir y a vivir la vida no con razón sino con amor por la existencia misma.

-La ética ambiental invita al hombre a ser humano solidario por la naturaleza.

-La ética es una filosofía, es un arte que nos muestra lo que es saber vivir.

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