Abuso Sexual “Una Enfermedad de la Sociedad”

Abuso Sexual “Una Enfermedad de la Sociedad”

Al hablar de abuso sexual, tenemos como principales protagonistas de esta espeluznante realidad a los niños. A lo largo de la historia los niños han sido olvidados, desacreditados, no tenidos en cuenta. El abuso sexual infantil es una de las formas más graves de violencia contra la infancia y conlleva efectos repudiables en la vida de los niños y las niñas que lo sufren. El abuso sexual infantil puede incluir contacto sexual, aunque también actividades atroces sin contacto directo como el exhibicionismo, la exposición de niños o niñas a material pornográfico, o la utilización o manipulación de niños o niñas para la producción de material visual de contenido sexual.

Durante muchos años nuestra sociedad ha estado dormida ante una problemática imperante que afecta de manera perjudicial a nuestra niñez y a nuestras familias en general. Sólo hasta hace un poco lapso se ha comenzado a hablar de este tema, gran parte de los casos que salen a la luz son de forma sistemática ya que, si una persona denuncia este acto imprescriptible las demás personas harán caso a esto que genera mucho dolor e incredulidad, pero la gran mayoría permanecen ocultos bajo el manto de silencio de las comunidades, las instituciones y las familias.

Naciones Unidas establece que los estados deben tener autonomía y tienen que adoptar las medidas necesarias para eliminar, notificar como delito y castigar de manera prolifera todas las formas de explotación y abuso sexual de niños, la utilización de niños y niñas en la pornografía y en la prostitución infantil, la trata de niños y niñas, la explotación de niños y niñas, incluyendo los supuestos en que esos actos se lleven a cabo a través de Internet.

Entre los factores verosímiles que favorecen al desarrollo de este abuso deleznable están: falta de concienciación del niño o la niña como sujetos de derechos, entredichos entre los afectados y sus padres, falsas creencias sobre la sexualidad infantil y de la sexualidad adulta, el consumo de alcohol y de sustancias psicoactivas son un presunto acto asociado al abuso sexual infantil, relaciones familiares en donde se prescribe el poder de manera abusiva y no equitativa, repudio a la información sobre el desarrollo de la sexualidad infantil, niños o niñas en situación de desprotección o presencia de otras formas de violencia como negligencia, maltrato físico, los niños o las niñas que presentan discapacidad son más vulnerables a ser víctimas de todas las formas de violencia, niños o niñas que no tienen vínculos patriarcales con sus cuidadores o con carencias afectivas, niños o niñas que no crecen en un entorno canónico de género, familias donde impera la violencia de género y donde los estereotipos machistas influyen notoriamente en sus vidas.

Las manifestaciones que pueden presentar un niño o una niña víctima de abuso sexual infantil son diversas y marañas. Es importante señalar que la ausencia o la presencia de algunas de estas manifestaciones o síntomas no comprueban por sí mismas la existencia o no de un abuso sexual hacia un niño o una niña. Conocer las consecuencias y evocaciones originadas por el abuso sexual infantil, es muy importante para que los profesionales tengan elementos para su detección y para una intervención adecuada ante los transgresores.

La escuela y el colegio que concebimos como lugares de protección, entidad y de tipo reverencial para niños y jóvenes ahora son vistos como lugares que suponen un riesgo. Ahora los jóvenes y los niños no solamente deben cuidarse de los desconocidos en la calle y el transporte público, hay terribles abusos, violaciones, perpetradores, energúmenos en el entorno, en el colegio a cargo de ciertos profesores, pero también de otros jóvenes, en las iglesias a cargo de sacerdotes u otro tipo de autoridad exculpante de sus actos de falsa castidad.

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