Agua y seguridad nacional

Agua y seguridad nacional.

De los 1.4 mil millones de km3 del agua de la Tierra solo el 2.5% es dulce, de los cuales tan solo el 10% es para consumo humano, por lo tanto, el acceso al agua es un tema de índole político, social e incluso en los últimos años económico, aunque el problema no radica en la disminución de las reservas de agua sino en que su localización y calidad.

Hay crecientes índices de contaminación del agua y como resultado del calentamiento global, está registrándose una reubicación espacial de las precipitaciones y con ello de la localización de las reservas.

No es casual que se hable de la guerra por el agua, tanto a nivel local, nacional, regional como internacional. pues el agua es un recurso crítico para la subsistencia de las personas y de las naciones.

En febrero del 2004 se filtró al periódico The Guardian un informe del consejero del Pentágono, Andrew Marshall en el que advertía sobre la falta de agua potable en el corto plazo y ante lo cual Estados Unidos debía prepararse para estar en condiciones de apropiarse del líquido, "allí donde estuviese y cuando "fuese necesario".

Las implicaciones que podría acarrear la crisis de agua en la que parece adentrarse Estados Unidos y la zona norte de México podría descarrilar las relaciones comerciales diplomáticas, dañar el TLCAN Y provocar confrontaciones entre los gobiernos locales y los residentes de la zona fronteriza.

El programa de largo plazo denominado National Assessment of Water Availability and Use para determinar la disponibilidad de agua superficial y subterránea y la dimensión de las necesidades de la misma, ha dicho que en algunos estados como Texas el agua podría agotarse, así como comenzar a escasear en algunas otras ciudades para el 2020, debido a la sobreexplotación del líquido.

Ante dicho panorama de crisis, Estados Unidos agudizó las disputas con México sobre el agua binacional, que datan ya desde la anexión de Texas en 1845 y el Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848, cuando Estados Unidos se apropió del 63% de la región hídrica binacional.

Múltiples han sido los conflictos entre ambos países, tanto por los montos a compartir como por la calidad del agua.

Según Schwarts y Randall, para 2010 se intensificarán nuevamente las tensiones por el agua en Estados Unidos con Canadá y México. Un escenario en el que Estados Unidos necesita una alianza de seguridad en la región, para garantizar, el acceso, gestión y usufructo del líquido mexicano y canadiense; por la vía de una alianza “Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte”.

Una "alianza" que tiene como trasfondo posicionamientos como los vertidos en el marco de la reunión "Task Force on the Future of North America" de 2004 que advertía: "... ningún asunto-ni el agua canadiense, ni el petróleo mexicano, ni las leyes antidumping estadounidenses, está fuera de la mesa de negociación, por el contrario, las cuestiones controvertidas o inextricables simplemente requerirán más tiempo para que maduren políticamente"

El proyecto para el Futuro Norteamericano para 2025 está a cargo del Center for Strategic and Interna tional Studies (Washington, D.C., Estados Unidos) en colaboración con el Centro de Investigación y Docencia Económicas (México) y The Conference Board of Canada.

El panorama transgrede las soberanías nacionales al supeditarlas a una supuesta "soberanía regional" a cargo de Estados Unidos, se suma la creciente privatización de servicios públicos del agua en el mundo, un asunto que se consolida mediante concesiones parciales o totales a favor, sobre todo, de multinacionales como la estadounidense Bechtel las francesas Suezy Vivendi, la inglesa Thames Water, entre otras.

Es un proceso que ha sido sólo posible a partir de que los gobiernos están relativamente abandonando el control de las fuentes nacionales de agua al participar en tratados, arreglos comerciales, o al firmar préstamos condicionados con organismos como el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y desde los cuales endosan la "transferencia de la gestión de los recursos hídricos hacia la iniciativa privada. 

Uno de los programas más fuertes del BM en México es el denominado Finfra, para la modernización del sector hidrico", que refiere como uno de sus aspectos fundamentales atraer inversión privada. Asimismo, está el paquete de préstamos del BM bajo el rubro de Integrated Irrigation Modernization Project, que ha resultado en el beneficio de actores privados y, aún más, extranjeros, lo que debe verse como la apropiación y desnacionalización de un recurso estratégico para el país y su gente.

A pesar de ser un recurso vital, las modificaciones a la Ley de Aguas Nacionales de 2004, siguieron las pautas de organismos como el amo la Organización Mundial de Comercio, se centraron en asumir el agua como una mercancía bajo el principio de "el agua paga el agua", un razonamiento según el cual, dado que el agua "proporciona servicios ambientales", éstos deben ahora reconocerse, cuantificarse y pagarse.

...