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Anotaciones generales sobre el bienestar


Enviado por   •  26 de Marzo de 2015  •  Ensayos  •  2.385 Palabras (10 Páginas)  •  196 Visitas

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Debemos llamar de nuevo la atención en el sentido de admitir la persistencia de este tipo de sustrato conceptual profundamente religioso para comportarse ante la enfermedad, presente aún en nuestra cultura y sobretodo entre la población de los estratos más pobres. Persiste y se afianza entre ellos el concepto de fragilidad y vulnerabilidad de los humanos, supeditando y empequeñeciendo al hombre en forma total ante la divinidad.

Para muchos de ellos su salud y su destino siguen estando en las manos de alguna divinidad y por eso son renuentes a asumir comportamientos conscientes hacia la prevención de riesgos y a la utilización racional de los servicios médicos institucionales. Dentro de esta condición puede inscribirse a los estratos socioeconómicos más pobres y aún a ciertos grupos de fanáticos religiosos.

También conocemos múltiples ejemplos de comportamientos basados en esta forma de concepto y que observamos a diario, tanto en el ámbito de las conductas individuales en sus prácticas religiosas, como en los templos y santuarios dedicados a la invocación de favores curativos que otorga la divinidad a través de santos o personificaciones especiales.

En nuestro país existen muchos lugares tradicionalmente dedicados a esta función como los santuarios de Monserrate, Las Lajas, Buga, Bojacá, etc.; también los hay consagrados por situaciones de curación milagrosa en los que el intermediario no es ni un santo ni un sacerdote, sino una persona que ha "recibido la gracia" como la niña de Piendamó o el "lego" sanador de algún lugar especial cualquiera.

Muchas personas vivas o muertas han jugado ese papel de sanadores milagrosos, pero casi siempre rodeados de un halo de misticismo y religiosidad, como en el caso del médico venezolano José Gregorio Hernández y otros personajes latinoamericanos y europeos. Aunque los rituales y ceremonias que rodean las prácticas curativas en este contexto son muy diferentes en cada caso, siempre subyace una profunda fe y confianza entre los pacientes y un ambiente de misterio y espiritualidad entre los protagonistas.

No sobra señalar que, dado el espacio tan sutil que separa la magia de la religión, es posible encontrar manifestaciones y comportamientos ante la enfermedad y la curación en donde se producen mezclas muy complicadas de conceptos y prácticas, bastante arraigados también en ciertos grupos culturales y en estratos deprimidos de la población, cuyo acceso a los servicios asistenciales oficialmente aceptados, es muy bajo o no produce cambios importantes en los conceptos predominantes de salud y enfermedad dentro de su cosmovisión.

En muchas de nuestras comunidades rurales e indígenas se practican actualmente ritos y ceremonias de sanación que combinan la tradición profundamente americana, indígena, con elementos de tipo religioso de origen eurasiático o africano. También es común observar la presencia de actos religiosos y ritos litúrgicos en hospitales y clínicas con propósitos de apoyo terapéutico, ya sea como "pago de promesas", para recibir a cambio la curación o para que los médicos, intermediarios, sean "iluminados" en su ejercicio. Se procuran refuerzos espirituales.

1.3 El concepto médico de la salud

Finalmente, dentro de estos antecedentes, o más bien esbozos de la evolución del concepto de salud que, como hemos visto, es realmente de la enfermedad o la alteración organo-psíquica perceptible por el ser humano, nos interesa destacar aquí otro período caracterizado por la enorme influencia que ha ejercido sobre los individuos el sistema médico oficial de cada sociedad.

Denominamos como sistema médico oficial aquel conjunto de conceptos, conocimientos y prácticas curativas, y los personajes que las ejecutan profesionalizadamente, cuyo quehacer ha sido institucionalmente aceptado por la sociedad donde se desempeña, y legitimado por la anuencia del Estado y sus diversos regímenes de gobierno, en cada nación históricamente constituida.

Es preciso tener en cuenta que durante el predominio de las formas de conceptualizar la salud anteriormente expuestas, también se fue conformando un sistema médico, mágico o religioso, que poco a poco fue ganando su espacio de poder dentro de la sociedad a partir de la aceptación, por parte de ésta, de la existencia de esa especialidad de trabajo y de sus resultados, sobre todo de los evidentemente favorables y positivos.

La persistencia actual de diversos sistemas médicos muy antiguos en ciertos grupos culturales, puede explicarse a partir del éxito que sus miembros internalizan de los resultados positivos de dichos sistemas, cuando hay curaciones concretas percibidas por el enfermo y divulgadas dentro del grupo social al que pertenece, acordes con la forma predominante de conceptualizar e interpretar el fenómeno dentro de su cultura. Curaciones evidentes que pueden ser mágicas, místicas o sobrenaturales ante los ojos de la gente, según sean sus creencias.

Tal como señalamos líneas atrás, desde la antigüedad los médicos y sacerdotes de diversas culturas tuvieron oportunidad, por razón de su práctica, de observar y manipular cadáveres con lo que pudieron asociar ciertos estados de enfermedad a la presencia de alteraciones orgánicas, parásitos, malformaciones anatómicas, tumores etc. Esta situación les permitió ir desarrollando nuevas ideas y más profundas sobre su manera de interpretar el fenómeno de la enfermedad, así no se apartaran del todo del concepto básico en el que apoyaban su trabajo y con él su imagen social; mediante estos mecanismos incontrolables empezaba así a separarse conceptualmente el médico de su paciente.

De todas maneras, en forma empírica los médicos aprendieron a curar y prevenir ciertos procesos patológicos, cada vez con mayor eficiencia, generando y acumulando conocimientos curativos a partir de la experiencia y profesionalización de su quehacer y también por la convalidación que les otorgó la necesidad de los otros, máxime cuando alcanzaron buenos resultados.

Gracias a los éxitos curativos que sin duda lograron en muchos casos, aumentó su aceptación entre la colectividad y la demanda de sus servicios los fue acercando, especialmente a los más ilustres y connotados, al espacio político del poder, -atendieron a reyes y gobernantes- con lo cual se fueron legitimando poco a poco las características y contenidos de su quehacer ante la sociedad civil. Paulatinamente los sanadores y médicos ganaban ascendiente entre la sociedad.

Dicha legitimación permitió también el florecimiento de escuelas y academias médicas dirigidas por personajes ilustres, en donde fue posible cultivar ese

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