Aquí ser prieto es un delito

Editorial.

Aquí ser prieto es un delito

“Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad” -Herbert George Wells-

Vivimos en una sociedad en donde el ser de un color más oscuro supone inmediatamente un rechazo innegable y despectivo. Cómo puede ser posible que viviendo en un país con una exótica diversidad de razas que carga tonalidades de piel distintas, exista ese odio y desprecio hacia los prietos. Me pregunto si a esta altura de juego nos hemos olvidado de donde surgen nuestras raíces, será que ya olvidamos que somos una cultura cargada de diversos tonos de piel, una cultura que nos ha pintado a todos de diferentes maneras; entonces por qué odiarnos, por qué odiarlos, si a fin de cuentas todos somos hermanos, unos que juntos son capaces de contar y escribir las mejores historias.

El texto titulado “El Prieto” muestra una de las realidades que acontecen en las sociedades de hoy el día, principalmente en nuestro país, donde por el simple hecho de poseer un color más oscuro de lo que se acostumbra, se es discriminado y mirado con un fuerte desprecio, algo muy común que sucede con nuestros vecinos haitianos. Este texto desde una perspectiva directa refleja en cada una de sus líneas, lo que sentimos algunos dominicanos por nuestros hermanos haitianos, a quienes por el simple hecho de contar con el color de piel más oscuro le tachamos como monstruo y seres incapaces de ofrecernos algún tipo de servicio sin mancharnos con su color tan prieto. De igual manera, deja entre ver como las olas de la discriminación racial en el hogar, pueden acabar con la salud mental y física de cualquier individuo, haciendo que este mismo sé (autodiscriminé) y odié por quién es y por las raíces que tiene, un hecho que es muy proyectado no solo en los haitianos, sino que también en algunos dominicanos y personas del exterior. Asimismo, nos deja entre ver como el racismo y la discriminación racial nos han llevado a crear millones de estereotipos que lo único que han hecho es aumentar la ola de insultos y comentarios altamente despectivos que le hacemos no exclusivamente a nuestros vecinos hermanos, sino a nuestra propia raza y nuestro propio ser, donde oficialmente compramos el pase para destruir nuestra autoestima y seguridad. ¡Qué horrible color tan prieto que ni la noche lo recibe! ¡Si es prieto es delincuente! ¡Los prietos siempre huelen mal! ¡En los prietos está la maldad! ¡Si te juntas con un prieto te mancharas! ¡El prieto es animal! Estos son únicamente algunos de los comentarios que suele recibir aquel que lleve el prieto como su color.

El texto directamente nos comparte la historia de un padre de familia que es sumamente racista, el cual tuvo la dicha de tener 5 hijos, dentro de los cuales 1 de ellos, nació con un color trigueño y a causa de eso recibió el desprecio inmediato de su padre, cosa que con el tiempo provocó que este cayera en el alcoholismo y se odiara así mismo por poseer tal color. Dentro de ese mismo escenario, el padre tuvo una hija, una niña rubia, la cual inmediatamente paso a ser la favorita, ya que tuvo la dicha de tener ese color brillante como la leche, textualmente el texto la describe como hermosa, inteligente y trabajadora, una flor en su más bello esplendor, pero al final de la historia todo da un fuerte giro cuando su hermosa flor, le sorprende con su novio, quien es un hombre prieto, con lentes y yipeta prietos, todo lo que el padre aborrece un prieto en su más bello esplendor. Podríamos decir que el texto nos nuestro un final donde explícitamente nos recuerda que nuestras malas acciones y tratos con los demás siempre nos llevaran a enfrentar los tragos más amargos de la vida, la puerta efectiva del karma.

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