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Aspectos sociales.Cuando éramos niños Hassan y yo solíamos escalar el árbol ...


Enviado por   •  12 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  2.176 Palabras (9 Páginas)  •  201 Visitas

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                          TRADUCCION

CAPITULO 2

Cuando éramos niños Hassan y yo solíamos escalar el árbol que estaba en la entrada de la casa de mi papa y nos gustaba molestar a nuestros vecinos los molestábamos reflejando la luz del sol por su ventana con un espejo. Nos sentábamos uno al lado del otro en bancas altas que nuestros pies bailaban y nuestros bolsillos llenos de moras y nueces. Tomábamos turnos agarrando el espejo para molestar a los vecinos mientras comíamos moras, nos mirábamos uno a otro mientras reíamos; todavía puedo ver a Hassan arriba en el árbol, viendo a través de las hojas con el sol en su cara, cara que tenía como juguete chino de hardwood: su nariz chata y sus ojos cafés, ojos que tenía como hojas de bambú, ojos que miraban, con una luz dorada y verde todavía puedo ver sus orejas chiquitas que apuntaba a su barbilla, todo eso apuntaba a como si fuera un pensamiento después. Y su labio recogido solo salió y se fue, donde los creadores del muñeco chino dejaban sus instrumentos; o quizás simplemente creció cansado y descuidado.

A veces, arriba en esos árboles, yo hablaba con Hassan de tirar nueces con su resortera en el ojo del vecino German shephgrd. Hassan nunca quiso, pero si yo preguntaba, de verdad _de nuevo, y él no podía negarlo. Hassan nunca me negaba nada a mí. Y él era como un asesino con su resortera. El papa de Hassan, Ali, solía agarrarnos y enojarse, y se enojaba así de mal como cuando la gente como Ali se enoja. El solía mover su dedo y hacernos bajar del árbol. Él se llevaba el espejo y nos decía lo que su madre le había dicho a él, que el demonio mostraba espejos también, para distraer a los oradores musulmanes.” Y se reía mientras lo hacía,” y siempre le agregaba, un escoces a su hijo.

“si, padre,” Hassan murmuraba, mirando abajo a sus pies. Pero él nunca me dijo. Nunca dijo que el espejo, le gustaba tirar nueces al perro del vecino, era siempre mi idea.

Los arboles alineados y la avenida redbrick, nos guiaba a un par de puertas de acero. Ellos daban la vuelta y las abrían a la extensión de la avenida al estado de mi papa. La casa estaba asentada en el lado izquierdo por donde se encontraba el muro de ladrillos, el patio trasero al final.

Todo mundo coincidía que mi papa, Mi Baba, tenía la más hermosa casa en wazir akbar khan, muchos pensaba que era la casa más bonita en todo Kabul.  Porche y estaba rodeada de arbustos y rosas y el piso de la casa era de mármol, también el piso de los 4 baños. Cortinas doradas que Baba que había comprado en  Calcuta, pinto las paredes; con un color cristalizado y un ventilador que colgaba del techo.  Arriba en mi cuarto, el cuarto de Baba y sus estudios, también conocidos como el cuarto humeador, cual siempre olía a tabaco y a canela. Baba y sus amigos estaban sentados en sillas de piel negras después de que ali había servido la cena.

Ellos llenaban sus pipas—excepto Baba y que siempre se llamaba así mismo “engordando a la pipa”—luego discutían sus 3 temas favoritos  política, negocios , fútbol. A veces  yo le preguntaba a Baba si yo me podía sentar con ellos, pero Baba se paraba en la puerta. “sigue adelante, ahora” él decía. “estos tiempos de crecer. Por qué mejor no vamos a leer unos de tus libros ¿”entonces el cerraba la puerta, me hacía preguntar a mí mismo porque siempre era tiempos de crecer con él. Yo me sentaba cerca de la puerta, con mis rodillas en la barbilla. A veces me sentaba ahí por casi una hora, a veces dos, oyendo sus risas y platicas.

En la sala bajo las escaleras una curveada pared con gabinetes adentro varios cuadros de la familia :una vieja quebradiza foto de mi abuela y el rey nadir shah daquen en 1931, 2 años antes de la asociación con el rey ;ellos estaban parados sobre el muerto desafío, vestido en bocas altas, rifles sobre sus hombros . hay había una foto de mis padres de su noche de bodas , baba despampánate con su traje negro y mi mama sonriendo como una joven princesa de blanco aquí estaba baba y su mejor amigo de negocios , rahim khan , parado afuera de nuestra casa , uno junto al otro—yo un bebe en la fotografía y baba está cargándome , luciendo cansado y de malas . Yo en sus brazos , pero es rahim khan tomando mis dedos y jugando con ellos .

La pared curveada nos dejó en el comedor, en el centro de la cual estaba nuestra mesa maltratada que fácilmente podrían sentarse treinta invitados—y le daba a mi papa el sabor de tener las fiestas extravagantes, hacia fiestas casi toda la semana. En la otra orilla del comedor había una alta chimenea hecha de mármol, siempre dejaba por el brillo naranja del fuego en los tiempos de invierno.

Un extendido y resbalizo  vidrio de puerta se abría en una forma semi circular  de la terraza desde donde se podía ver todo mi patrio trasero y la hilera de árboles de cereza Baba y Ali habían plantado un pequeño jardín de vegetales: tomates, menta, pimientos, y una hilera de maíz que nunca realmente usaron Hassan y yo solíamos llamarlo “la pared del maíz viviente”.

En el sur del final del jardín, en las sombras del árbol de piñas en la casa de los  Servants un modesto t pequeño y acogedor lugar donde vivía Hassan con su padre.

Era ahí, en ese pequeño jacal, que Hassan nació en el invierno de 1964, solo un año después de que mi mama murió dando a luz a mí.

En los 18 años que eh vivido en esta casa, pise dentro del círculo de confianza de Hassan y ali muchas veces. Cuando el sol caía detrás de los cerros y ya habíamos terminado de jugar por el día, Hassan y yo partíamos siempre. Yo pase los arbustos de rosas a la mansión de baba, Hassan a su mugroso jacal donde había nacido, donde había vivido toda su vida. Yo recuerdo que era amplio, limpio y tenía un par de lámparas que rocinas. Habían dos colchones en lados opuestos del cuarto un caliente y suave cobertor herati con orillas deshaciéndose, una tercera herramienta y una mesa de madera en el rincón donde Hassan hacia sus dibujos. Las paredes se mantuvieron frías y sin alma, salvadas por un pensamiento de cuentas formándole palabras _ Allah-u-akbar_. Baba había comprado eso para ali una en una en las tiras de mashad.

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