Automotriz En México

En México se fabrican automóviles desde 1925, con la instalación de líneas de ensamble de la compañía Ford. Sin embargo en ese entonces la producción fue muy baja debido a la falta de inversión (tanto nacional como extranjera) y a la falta de infraestructura. Gracias a que el Estado decidió buscar la industrialización del país a través del modelo ISI, en 1962 se dio el primer Decreto Automotriz desde el Ejecutivo, dirigido al mercado interno, con el cual se buscaba impulsar esta actividad del sector de la industria pesada y la tecnología. Durante ISI, la principal característica fue la limitación que se le dio al capital extranjero (máximo 40%) y a las importaciones (los vehículos debían contener mínimo 60% de materiales nacionales). Estas medidas permitieron a la producción nacional crecer más del 100% en un lustro, pasando de una producción anual de 96,781 en 1965 a una de 250,000 en 1970; siendo la industria automotriz uno de los principales ramos del PIB. El PIB pasó de 2,281.77 a 3,078.26 en los mismos, mostrando un crecimiento constante de 6.24. A pesar de este crecimiento en producción y PIB, los costos de producción eran muy caros debido a que lo poco que se importaba para la producción resultaba más caro, y a la hora de exportar no se lograba subsanar esos gastos de importación, es decir, se terminaba con saldos negativos.

En 1972 se implanto un 2° Decreto Automotriz, con el cual se concretó que el 30% de la producción automotriz debía de exportarse, siendo uno de los primero pasos que daba México hacia IOE. En 1977 este nuevo enfoque toma más fuerza y se emite un 3° Decreto, con el cual se buscaba impulsar las exportaciones permitiendo una mayor participación de inversión extrajera; más adelante en 1983 se emitió el “Decreto para racionalización de la industria automotriz” que hizo aún más fuerte lo establecido por el 2° y 3° decreto. Cabe señalar que este decreto se dio con el fin de revertir los constantes déficits en la balanza de pagos, pues en esos momentos México hacía lo posible por hacer frente a los efectos de la crisis del petróleo, viéndose afectadas tanto la producción como la exportación de automóviles. Ante esta problemática, quedó claro que lo que necesitaba esta industria en México, era la modernización.

En 1989 el presidente Carlos Salinas de Gortari emitió el 4° Decreto Automotriz con lo que se buscó modernizar la industria a la vez que persistía la búsqueda cuidar la balanza comercial (por lo menos en el ramo); con este decreto se permitió la importación de automóviles, siempre y cuando la balanza comercial de la industria automotriz mostrara un comportamiento positivo. Después de esto, el suceso más significativo para la industria automotriz en México fue la negociación y firma del TLCAN; tras este el PIB manufacturero (del cual la industria automotriz es la principal variable) creció casi 9% en 1999 debido a la desregularización del sector que era promovido por las reglas de origen contenidas en el TLC (62.5 por ciento de contenido estadounidense), que inspiró proyectos de inversión de empresas no estadounidenses.

Con respecto a las reformas fiscales que se han tratado de implementar a partir de 2014, afectan a la industria automotriz ya que busca cobrar el impuesto al Valor Agregado en cuanto a materia prima y activo fijo, así como un aumento a la tasa efectiva del impuesto sobre la renta (ISR). El pago de dichos impuestos sobre el activo fijo impedirá que las empresas puedan aplazar el pago de impuestos lo cual aumentaría los costos en primera instancia. Sin embargo se habla de un mecanismo de certificación para las empresas pertenecientes a IMMEX, a las que se les otorgará un crédito fiscal al IVA en las importaciones; la empresa tendrá que pagar los aranceles de importación y cuando se liquide el IVA, se le deducirán los impuestos efectuados con respecto a las importaciones. A pesar

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