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Barrismo En Mexico

mariluz336 de Mayo de 2014

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HISTORIA DEL BARRISMO EN MÉXICO

Las barras en México tienen su origen de la copia de las sudamericanas, cansados de la forma de organización en porras, jóvenes buscaron otras formas de apoyar y tomaron la idea de crear grupos similares a los que ya existían en Centro y Sudamérica, tomando los mismos utensilios de las barras de esas zonas (Bombos, trompetas, tiras, trapos, etc.).

Los estadios mexicanos cambiaron las porras que se escuchaban ocasionalmente durante los encuentros, por cánticos durante los 90 minutos del encuentro.

El fenómeno de las barras en México tiene sus orígenes a finales de los años noventa, cuando la directiva del recién ascendido Pachuca decide traer al país a algunos miembros de barras de clubes argentinos como Racing Club de Avellaneda y Rosario Central, con el propósito de crear un grupo de apoyo para su equipo, y hacerlo de manera más original.

Hasta ese entonces, en México no sabíamos de barras, sino de porras. El ambiente en los estadios era más familiar, y los brotes de violencia eran mucho más esporádicos. Así es como se formó la barra Ultra Tuza, la primera barra como tal del fútbol mexicano. Otros equipos, al ver este nuevo tipo de folclor, decidieron también incorporar a algunos barristas sudamericanos dentro de su afición e ir creando sus propias barras. Surgen así la Rebel (Pumas), la Monumental (América), la Legión 1908 (Guadalajara), la 51 AKD (Atlas), la Perra Brava (Toluca), las Libres y Lokos (Tigres) y la Adicción (Monterrey).

La Barra Ultratuza fue La Primera Barra ultra de México, y nació debido al deseo de apoyar a los Tuzos, la directiva del club Pachuca trajo gente de América del sur para este propósito.

Posteriormente nace La Rebel el 18 de enero de 1998, del Club Universidad Nacional, una de las más numerosas, organizadas y peligrosas del país con una existencia de 15 años, creada por jóvenes aficionados de Pumas que pretendían cambiar la forma de alentar en la tribuna del Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria. Se ubican en la bandeja en la que se encuentra el pebetero (aposento donde se encuentra la antorcha olímpica), de ahí su obvia autodenominación: "La banda del pebetero".1 También es una de las más corruptas del país, debido a influencias y privilegios que poseen varios de sus líderes, lo cual derivó en un problema; la separación de un grupo de aficionados que crearon "La Unión Auriazul", aunque como bien lo han expresado algunos de sus voceros, prefieren no ser considerados una barrabrava por los derivados que éste término conlleva.

Un año después nace la Barra Rojiblanca de las Chivas del Guadalajara que posteriormente cambiaría su nombre a "Legión 1908". 2

También en el norte en ese mismo año comienzan a aparecer barrabravas, "La Adicción", de los Rayados de Monterrey el 24 de octubre de 1998 y los "Libres y Lokos" que apoyan a los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León el 31 de octubre del mismo año.

En 1999, nace "La Monumental", la barra creada por el presidente del Club América, Javier Pérez Teuffer por la necesidad de acercar el club a la gente, ya que los noventa no fueron nada productivos para el cuadro de Coapa y la gente se alejaba de la tribuna americanista, la barra tuvo éxito y pasó de nacer con 25 jóvenes a tener cerca de siete mil aficionados en el graderío.3

Ese mismo año comenzarían a nacer más barras para distintos equipos como el "Comando Rojiblanco" del Necaxa quienes siguen viajando cada ocho días a todos los estadios donde juega el Necaxa, ya sea de local o visitante, siendo una de las únicas barras que realiza viajes cada semana (sin contar las barras que tienen sucursales en otros lados del país) y que de alguna forma es considerada siempre visitante.

El 11 de diciembre del 2000 se forma La Sangre Azul, con autorización de la directiva, debido a la necesidad de hacer presencia contra la Ultratuza y de permitirle a los jóvenes y los aficionados más radicales se integrasen, al principio sólo como porra. Después de una pelea en el Clásico Hidalguense en Pachuca, la directiva rompe con la barra, permitiéndole asistir a los partidos, pero dejando de financiar el material como las banderas y los instrumentos.

En diciembre del 2012, La Rebel sufre una ruptura. La facción denominada "La Rebel Del Norte" (uno de los bloques más numerosos de la barra) se hace independiente, debido a intereses monetarios, desacuerdos y motivos que aún son un misterio incluso para los aficionados de Pumas, pues La Rebel mantiene gran mayoría de sus temas en total hermetismo. Esto deriva en la creación de una nueva organización de aficionados universitarios llamada Unión Auriazul ubicada en la zona de Cabecera Norte.

Cabe mencionar que varias barras también tienen diversas facciones en Estados Unidos, tal es el caso de La Rebel, La Monumental, Locura 81, Libres y Lokos, La Adicción, etc.

Actualmente las barras mexicanas han ido decayendo debido a las reformas de la Femexfut, ya que han prohibido el acceso de mantas o "trapos", banderas e instrumentos. Tanto esto como los enfrentamientos entre barras han hecho que el colorido en los estadios se apague, no sólo para las barras bravas sino para todos los aficionados.

El 22 de marzo del 2014, un grupo de aficionados pertenecientes a una de las barras bravas del Club Guadalajara prendieron bengalas durante el enfrentamiento que estaba sosteniendo su club contra el Club Atlas en el Estadio Jalisco, dicha situación provocó que varios barristas fueran detenidos y golpeados por policías. La barra reaccionó violentamente y se suscitó una fuerte reyerta que lesionó a 8 policías, 2 de ellos de gravedad y 30 civiles. Se detuvieron a 19 barristas, de los cuales 11 fueron liberados, pero 8 fueron acusados de delitos graves.

Acto seguido, el Estadio Jalisco fué clausurado por las autoridades, al Club Atlas, que jugaba de local en ese partido se le sancionó con un juego de veto y se le prohibió el acceso a los miembros de las barras bravas del Guadalajara a los estadios. El dueño del club, Jorge Vergara, ha hecho un llamado por disolver las barras en México por el riesgo que implica para los demás aficionados.

En un principio, resultaba novedoso ver a este tipo de grupos de apoyo, que no dejaban de alentar y cantar durante todo el partido, siguiendo a su equipo a todas partes. Este nuevo fenómeno trajo consecuencias en diversos aspectos del fútbol, pero particularmente ha afectado la seguridad y la violencia como consecuencia.

Culturalmente, las barras trajeron consigo toda una terminología. La propia palabra “barra” sustituyó a las tradicionales porras mexicanas. Un aficionado ahora es un “hincha”; un aficionado que no vive el fútbol con pasión es conocido como un “pecho frío”; cuando alguien alienta a su equipo todo el día se dice que tiene “aguante”. Términos sudamericanos que fueron adaptados rápidamente al léxico de la afición mexicana. Los cánticos en su mayoría son adaptaciones de cánticos de clubes sudamericanos, como el famoso “Vamos América” que proviene del Talleres de Córdoba argentino, o el “Cómo no te voy a querer”, creado por los aficionados del Colo Colo en Chile. Muchos de estos cánticos surgen también como alteraciones de las letras de canciones de grupos de rock del cono sur, como Los Auténticos Decadentes, los Fabulosos Cadillacs o los Pericos. Si bien, en general hay aspectos comunes latinoamericanos, los aficionados mexicanos no han aportado prácticamente términos, cánticos u otros gestos hacia la afición de Latinoamérica, aunque probablemente esto se deba a que el fenómeno es relativamente reciente en México. Pareciera que culturalmente, se ha dado una especie de “sudamericanización” -o “argentinización”, principalmente- en nuestro fútbol. Esto tal vez sea consecuencia de la tendencia hacia la globalización que existe, aunada al constante roce que se tiene con clubes sudamericanos con las participaciones mexicanas en torneos como la Copa Sudamericana y la Libertadores.

El aspecto que se ve afectado de manera más dramática y negativa es el de la seguridad y la violencia. Los estadios mexicanos de fútbol solían ser escenarios para la convivencia familiar y para un entretenimiento sano. La aparición de las barras ha tenido como consecuencia un incremento en la violencia tanto adentro del estadio, como en sus alrededores. A inicios del año pasado, la Federación Mexicana de Fútbol prohibió el acceso a barras visitantes en los partidos, medida que con el tiempo fue olvidada, y se le volvió a permitir el acceso a las barras visitantes, con un supuesto aumento en los cuerpos de seguridad. Los incidentes no han disminuido -en el partido mencionado anteriormente, el Cruz Azul – Pumas del 12 de abril de 2008, miembros de la Rebel agredieron con piedras el camión donde venían los jugadores y cuerpo técnico del Cruz Azul, rompiendo un cristal y lesionando al auxiliar técnico Benjamín Galindo-. En mi experiencia personal, pude observar como en un Cruz Azul – América del 2003, integrantes de la Monumental irrumpían en los palcos, despojando de sus pertenencias a los aficionados que se encontraban en ellos. Muchas barras se han convertido en un nido de delincuencia, donde el robo, el asalto a mano armada, la venta de drogas y las golpizas son prácticas comunes. La directiva del Club América fue acusada en su momento por albergar entre sus aficionados a miembros de la Mara Salvatrucha.

Sin embargo, no todas las barras tienden a la violencia. La Perra Brava, barra del equipo Toluca, se ha caracterizado por ser una de las más pacíficas del fútbol mexicano, esto debido

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