COMPLEJO MINERO DE LA OROYA Y DE LA MINA COBRIZA DE PERU

COMPLEJO MINERO DE LA OROYA Y DE LA MINA COBRIZA DE PERU

INTRODUCCION

La Oroya es una ciudad de más de 33.000 habitantes, situada en la cordillera central de Perú, en el departamento de Junín en la provincia de Yauli (Fidh Complejo Metalurgico de la Oroya, 2013, p. 6)

La ciudad fue construida y creció alrededor de un complejo metalúrgico que se estableció en 1922, siendo explotado por una empresa estadounidense hasta 1974, año en el que fue nacionalizado. El complejo metalúrgico procesa los diversos minerales extraídos de las minas vecinas, para la obtención de productos puros cuyo valor comercial es mucho mayor. (Fidh Complejo Metalurgico de la Oroya, 2013, p. 6)

Sin embargo, la actividad minera acarrea un coste socio-ambiental muy elevado. El gobierno peruano gasta, oficialmente, hasta un 50% de la recaudación de impuestos mineros en indemnizaciones a las regiones por los daños resultantes de esta industria (Fidh Complejo Metalurgico de la Oroya, 2013, p. 5)

Dentro de los propietarios más recientes del complejo de La Oroya se incluyen Centromin, empresa estatal que explotó la fundición de 1974 a 1997, y Doe Run Company (en adelante, Doe Run Perú, o DRP), filial del estadounidense Grupo Renco. (Fidh Complejo Metalurgico de la Oroya, 2013, p. 6)

Origen del problema

En 1997, durante el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori, se privatizó el complejo metalúrgico La Oroya, de manera que fue adquirida por Ira Rennert, quien fundó Doe Run Perú y empezó a operar tanto en cobriza como en la Oroya. Sin embargo, luego del inicio de operación de la empresa y de acuerdo a un informe del Instituto de Defensa Legal (IDL), deja en evidencia una serie de inconvenientes de tipo ambiental y financiero, el constante aplazamiento e incumplimiento de distintas responsabilidades y compromisos como Empresa que se dedica al sector extractivo, contenidas en el programa de Adecuación y manejo de cumplimiento ambiental PAMA y a las negativas de bancos internacionales en la obtención de créditos hicieron que en el año 2009 se declarará la suspensión de operación de la empresa .

Ante este panorama desalentador surgen nuevos problemas, el social y el económico ya que a los pobladores de esa zona apoyan la vigencia de la empresa y protestan contra el estado para que no se liquide y puedan continuar con sus actividades aun sabiendo de los riesgos en la salud, estas personas por décadas se han dedicado solamente a esta actividad minera, son profesionales en este ámbito y el cierre de la producción acarrea el despido de aprox. 5000 trabajadores entre mineros y metalúrgicos generando un gran impacto en su ya precaria calidad de vida pero en esta ocasión en su costo de vida y en general en la economía del pueblo.

La situación actual

A pesar que ya se conoce algunas de las consecuencias en la salud ambiental de las operaciones metalúrgicas en la Oroya, poco se ha avanzado para remediar los efectos de la contaminación. No obstante que los residentes de la Oroya han tomado conciencia sobre los daños del envenenamiento por plomo, pocos se han organizado para hacer frente al problema. Esto se ha debido principalmente a que la empresa Doe Run es el principal empleador de La Oroya .

Por otro lado, resulta un problema político ya que el Estado peruano se encuentra ante una encrucijada:

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