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CREDO PEDAGÓGICO

vannyreggae1 de Abril de 2014

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Psicología Educativa - Prof. Félix Temporetti - Carrera de Psicopedagogía. UNSAM. Rosario

MI CREDO PEDAGÓGICO

TEORÍA DE LA EDUCACIÓN Y SOCIEDAD

JOHN DEWEY

CENTRO EDITOR DE AMÉRICA LATINA. BUENOS AIRES, 1977

Trad. LORENZO LUZURIAGA [1]

Índice

Artículo 1º Lo que es la educación

Artículo 2º Lo que es la escuela

Artículo 3º Las materias de enseñanza

Artículo 4º La naturaleza del método

Artículo 5º La escuela y el progreso social

Artículo 1º: Lo que es la educación

Creo que:

Toda educación procede por la participación del individuo en la conciencia social de

la raza. Este proceso comienza inconscientemente casi desde el nacimiento, y está

continuamente formando las capacidades del individuo, saturando su conciencia,

formando sus hábitos, educando sus ideas y despertando sus sentimientos y emociones.

Mediante esta educación inconsciente, el individuo llega gradualmente a participar en los

recursos intelectuales y morales que la humanidad ha logrado acumular. Aquél se

convierte así en un heredero del capital formado por la civilización. La educación más

formal y técnica del mundo no puede alejarse con seguridad de este proceso natural.

Únicamente puede organizarlo o diferenciarlo en alguna dirección particular.

La única educación verdadera se realiza estimulando la capacidad del niño por las

exigencias de las situaciones sociales en que se halla. Mediante estas exigencias es

estimulado a actuar como miembro de una unidad, a emerger de su estrechez originaria

de acción y de sentimiento y a considerarse él mismo desde el punto de vista del

bienestar del grupo a que pertenece. Mediante las reacciones de los demás a sus propias

actividades llega a conocer lo que éstas significan en términos sociales. El valor que ellas

tienen se refleja en él. Por ejemplo, mediante las reacciones a los balbuceos instintivos

del niño, éste llega a conocer lo que esos balbuceos significan; éstos se transforman en

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lenguaje articulado, y así el niño es introducido en la riqueza acumulada de ideas y

emociones que se hallan concentradas en el lenguaje.

Este proceso educativo tiene dos aspectos: uno psicológico y otro social, y ninguno

de ellos puede subordinarse al otro o descuidarse sin producir malas consecuencias. De

estos dos aspectos, el psicológico es el básico. Los instintos y capacidades del niño

proporcionan el material y constituyen el punto de partida para toda educación. Excepto

cuando los esfuerzos del educador se relacionan con alguna actividad que el niño realiza

por propia iniciativa, independiente del educador, la educación queda reducida a una

presión ejercida desde afuera. Ésta puede, ciertamente, dar algunos resultados externos,

pero no puede llamarse verdaderamente educativa. Sin un conocimiento de la estructura

psicológica y de las actividades del individuo, el proceso educativo será por tanto azaroso

y arbitrario. Si acierta a coincidir con la actividad del niño puede llegar a un resultado; si

no, se producirá una fricción, desintegración o detención de la naturaleza del niño.

El conocimiento de las condiciones sociales, del estado actual de la civilización, es

necesario para poder interpretar adecuadamente las capacidades del niño. El niño tiene

sus propios instintos y tendencias; pero no sabe lo que significan hasta que podamos

traducírselos en sus equivalentes sociales. Tenemos también que poderlos proyectar en

el futuro para comprender su resultado y su finalidad. En el ejemplo antes usado, la

capacidad para ver en los balbuceos del niño la promesa y la potencia de una futura

interrelación y conversación es lo que permite tratar debidamente ese instinto.

Los aspectos psicológico y social están relacionados orgánicamente, y la educación

no puede ser considerada como un compromiso entre ambos o como una superposición

del uno sobre el otro. Se nos dice que la definición psicológica de la educación es estéril y

formal; que nos da solamente la idea de un desarrollo de todas las capacidades mentales

sin proporcionarnos ideas del uso a que han de destinarse esas capacidades. Por otra

parte, se aduce que la definición social de la educación, considerándola como la

adaptación a la civilización, hace de ella un proceso forzado y externo, que tiene por

resultado la subordinación de la libertad del individuo a un estado social y político

preconcebido.

Cada una de estas objeciones es verdadera cuando se presenta cada uno de los

aspectos separados del otro. Para saber lo que realmente es una capacidad debemos

conocer cuál es su finalidad, uso o función, y esto no podemos saberlo sino en el caso de

concebir al individuo como ser activo en las relaciones sociales. Pero, por otra parte, la

única adecuación posible que podemos dar al niño, en las condiciones existentes, es la

que surja de ponerle en plena posesión de todas sus capacidades. Con el advenimiento

de la democracia y de las condiciones industriales modernas es imposible predecir de un

modo definitivo lo que será la civilización dentro de veinte años. Por tanto, es imposible

preparar al niño para una serie precisa de condiciones. Prepararle para la vida ulterior

significa prepararle de suerte que tenga el pleno y rápido uso de todas sus capacidades;

que sus ojos, oídos y manos puedan ser instrumentos prontos al mandato, que su juicio

pueda ser capaz de aprehender las condiciones en las que ha de trabajar, y que sus

fuerzas de ejecución sean preparadas para actuar económica y eficientemente. Es

imposible alcanzar esta especie de adecuación si no es teniendo constantemente en

cuenta las capacidades, gustos e intereses propios del individuo, es decir, si no se

traduce la educación continuamente en términos psicológicos.

En suma, creo que el individuo que ha de ser educado es un individuo social y que

la sociedad es una unión orgánica de individuos. Si eliminamos del niño el factor social

nos quedamos sólo con una abstracción; si eliminamos de la sociedad el factor individual

nos quedamos sólo con una masa inerte y muerta. La educación, por tanto, debe

comenzar con un conocimiento psicológico de las capacidades, intereses y hábitos del

niño. Ha de ser controlada en cada punto con referencia a las mismas consideraciones.

Esos poderes, intereses y hábitos han de ser constantemente interpretados: debemos

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saber lo que significan. Han de ser traducidos a sus equivalentes sociales, a lo que son

capaces en el sentido del servicio social.

Artículo 2º: Lo que es la escuela

Creo que:

La escuela es, primariamente, una institución social. Siendo la educación un

proceso social, la escuela es simplemente aquella forma de vida en comunidad en la que

se han concentrado todos los medios más eficaces para llevar al niño a participar en los

recursos heredados de la raza y a utilizar sus propias capacidades para fines sociales.

La educación es, pues, un proceso de vida y no una preparación para la vida

ulterior.

La escuela debe representar la vida presente, una vida tan real y vital para el niño

como la que vive en el hogar, en la vecindad o en el campo de juego.

La educación que no se realiza mediante formas de vida, formas que sean dignas de

ser vividas por sí mismas, es siempre un pobre sustituto de la realidad auténtica y tiende

a la parálisis y a la muerte.

La escuela, como institución, ha de simplificar la vida social existente; ha de

reducirla a una forma embrionaria. La vida actual es tan compleja que el niño no puede

ser puesto en contacto con ella sin experimentar o distracción; aquél es abrumado por la

multiplicidad de actividades que surgen, de tal suerte que pierde su propio poder de

reaccionar ordenadamente, o es tan estimulado por esas diversas actividades que sus

capacidades son puestas prematuramente en juego y llega así o a especializarse o a

desintegrarse indebidamente.

Como tal vida social simplificada, la vida escolar ha de surgir gradualmente de la

vida doméstica, y ha de asumir y continuar las actividades con las que el niño está ya

familiarizado en su hogar.

La escuela ha de ofrecer al niño estas actividades y reproducirlas de modo que el

niño aprenda gradualmente su sentido y sea capaz de desempeñar su papel con relación

a ellas.

Esto es una necesidad psicológica porque es el único medio de asegurar la

continuidad en el desarrollo del niño, el único medio de proporcionar un fondo de

pasadas experiencias a las nuevas ideas dadas en la escuela.

Ello es también una necesidad social porque el hogar es la forma de vida social en

la que el niño se ha criado y en relación con la cual ha recibido su educación moral. Es

asunto de la escuela profundizar y ampliar su sentido de los valores

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