Capitulo 2 "la educación ayer, hoy y mañana"

Parcial domiciliario.

Profesorado de educación especial con orientación intelectual.

Instituto 813.

Pedagogía.

1. Se entiende por educar a la transmisión de conocimientos. Todos fuimos educados, consciente o inconscientemente, dentro o fuera de la escuela, a todos nos enseñaron algo, y constantemente estamos aprendiendo, desde el día en que nacemos, hasta el día en el que morimos.

Hay diferentes formas de educar, como cuando nuestros padres nos enseñan de bebes a caminar, o por ejemplo cuando las maestras y los maestros nos enseñan en la escuela a multiplicar y a dividir, o los valores que aprendemos dentro de un club.

Somos educados y al mismo tiempo educamos, hay un intercambio de saberes, se podría decir que cotidianamente.

La educación es necesaria para la subsistencia de la sociedad, sin ella nos sería prácticamente imposible llevar a cabo nuestra vida como lo hacemos normalmente, tendríamos que empezar desde cero, tratando de entender los conceptos más básicos, y arreglarnos para sostener nuestras necesidades más comunes, como dicen las autoras, “Sin educación, cada individuo, cada familia o cada grupo social tendría que reconstruir por sí solo el patrimonio de toda la humanidad: volver a descubrir el fuego, inventar signos para la escritura, reconstruir la fórmula para elaborar el papel, reconquistar los saberes para edificar una casa o para curar ciertas enfermedades. Hacer esto, en lo que dura una sola vida, es materialmente imposible.”(2007. P2)

Somos seres que compartimos creencias, costumbres, y formamos parte de diferentes culturas, sin el conocimiento de nuestros antepasados no estaríamos en el lugar que nos encontramos hoy en día.

1. Las autoras hablan de que la educación está entre la producción y la reproducción porque como nombraba antes, estamos continuamente reproduciendo nuestros saberes, transmitiéndolos a otros individuos receptores de estos, y al mismo tiempo se producen nuevos conocimientos.

Cuando la práctica educacional conserva un orden se favorece la reproducción, pero reproducir todo es algo imposible, ya que la sociedad y las condiciones de vida van cambiando día a día, por lo que vamos necesitando nuevas destrezas de adaptación. “(…) vivir en diversos climas, en variadas regiones geográficas, en desiguales ambientes sociales e históricos. Para ello, las personas se adaptan y actúan de distintas maneras, generan conductas específicas para cada caso. En segundo lugar, la comunicación social es, en esencia, inestable. Los mensajes que se envían de una generación a otra, de miembros de un grupo social a otro, de un individuo a otro están sometidos a la distorsión y a la interferencia comunicativa.”(2007:5)

Por ejemplo, en mi caso, mi abuelo me enseña como cultivar, en que momentos hacerlo, y cuáles son las mejores semillas, entre otras cosas, transmitiéndome así sus conocimientos. Yo por otro lado, lo ayudo con el manejo de las tecnologías que él no entiende, por lo que se puede ver un intercambio de saberes entre generaciones.

Los cambios o agregados de nuevas leyes, la aparición de nuevas tecnologías, la necesidad de coexistir y ayudarnos entre nosotros y al medio ambiente, hacen que aparezcan nuevas ciencias o movimientos como por ejemplo la agroecología, lo cual hace que necesitemos crear nuevos conocimientos constantemente.

Sin embargo, las autoras dicen que para la supervivencia del ser humano se necesitan tres tipos de reproducción. La reproducción biológica es una de ellas, necesitamos reproducirnos para que la sociedad no desaparezca. Otra es la reproducción económica, en la cual debemos cubrir nuestras necesidades básicas, y por último la reproducción del orden social o cultural, que depende de la distribución de los conocimientos adquiridos. Y así podemos dar cuenta de la importancia de la educación.

1. “Cuando hablamos de socialización en general, nos referimos a la internalización de las creencias, representaciones, formas de comprender y actuar en el mundo. Por ello, no realizan este proceso todas las personas del mismo modo. Aun cuando vivamos en una misma sociedad y participemos de una cultura común, las particularidades del grupo familiar, el lugar donde nos desarrollamos, la clase social y el entorno social cercano definen grupos con significados que varían.” (Gvirtz, S. Grinberg, S. Abregú, V. 2007:19)

La socialización primaria comienza en la niñez, está muy ligada a lo emocional y afectivo, los aprendizajes generados en esta etapa son muy difíciles de revertir en un individuo. Como por ejemplo las costumbres que nos inculcan desde niños, además de creencias y valores.

Esta empieza gracias a la interacción con la familia, que son las personas más cercanas que nos rodean. A partir de ahí, el individuo adquiere el lenguaje, comienza a participar en la realidad, y a comprender a los demás.

En cambio la socialización secundaria es aquella que obtenemos en las instituciones o en cualquier lugar público con variedad de personas, así sean las escuelas, los clubes deportivos, las plazas, barrios, etc. En esta etapa se consiguen los comportamientos y conocimientos para actuar en diversas situaciones y en lugares determinados, se trata del rol que adquirimos y el lugar que ocupamos en la sociedad. Por ejemplo para pertenecer y encajar en un determinado grupo de personas necesitamos tener ciertas características de comportamiento y pensamiento, o al seguir una moda necesitamos cumplir algunas normas que se imponen.

Los individuos obtienen un conocimiento especializado, por lo que se genera la división del trabajo, lo que requiere ciertas características especificas para cumplir un determinado papel. En muchas ocasiones los dos tipos de socializaciones chocan por las pautas obtenidas en la socialización primaria, se genera un problema difícil de resolver. Es así un hombre que en el trabajo le piden realizar una tarea que va en contra de su moral impuesta desde pequeño. Este hombre se va a encontrar en un conflicto en el cual va a tener que decidir entre dos opciones, romper con su moral y seguir, o hacer caso a sus valores impuestos.

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