Ciencia política II

Alumna: Emma Díez Oricheta

Asignatura: Ciencia política II

PRÁCTICA TEMA 3

Hoy en día, el liberalismo corre un riesgo, y es que el mundo se ha convertido en un lugar donde prevalece el miedo y los grandes oligopolios comerciales. La libertad, la tolerancia y lo más importante, la razón, están siendo desplazadas de nuestras vidas amenazando la continuidad del liberalismo.

Los orígenes del liberalismo nos muestran su fuerza, fue capaz de vencer las dudas que había ante la modernidad, y estar a la altura de los valores que se alcanzaron en la época y que llegan a nuestros días como la democracia o la división de poderes. Pero en la actualidad hay una serie de factores que lo están debilitando como régimen mundial: el sentimiento de miedo e incertidumbre debilitan nuestra visión racional. Todo esto hace que no creamos en él, pero si queremos seguir con un mundo democrático y libre debemos reformularlo o lo perderemos todo. Debemos eliminar los dogmas que inundan nuestras vidas, y reforzar el liberalismo como la única manera de tener un pensamiento racional crítico y de acuerdo con nuestra realidad, o si no la democracia se verá también amenazada por su extinción.

El nuevo liberalismo debe conseguir eliminar la idea de las grandes corporaciones y la tecnología de poder absoluto sobre la sociedad, debemos recuperar la libertad y la capacidad de decidir sobre nosotros mismos, y a su vez exigir un futuro distinto al que se daría por todo lo anterior, el cual estaría tintado de subordinación del individuo frente a las multitudes digitales. La sociedad debe renovar el liberalismo, o si no perderá su capacidad de crítica y ser racional,  que convertirá a nuestro mundo en un dogma absoluto con individuos carentes de libertad, dominados por la tecnología siendo propiedad de la misma.

Vista esta pequeña introducción, voy a enfocar ahora mi reflexión en el poder de la tecnología; y es que la revolución francesa e industrial donde nacen la estructura de derechos, la ciudadanía, y el pacto capital-trabajo introdujeron un modo de vida, y la revolución digital está desmoronando este estilo destruyendo las estructuras analógicas.

Cuando en las plataformas virtuales separamos la consciencia de nuestro cuerpo y de este modo la empatía, la crueldad y el egoísmo se apodera de nosotros. Desde la falta de empatía, el ser humano se vuelve capaz de hundir a otro, pues deja de pensar racionalmente y se cree con la libertad de absolutamente todo. El nuevo liberalismo debe devolvernos el pensamiento crítico y racional y separarnos del control de las empresas tecnológicas o el mundo dejará de ser democrático. Está acabando con todos los mecanismos que han llevado a una sociedad democrática.

La responsabilidad está en aquellos que pensaban que internet era un modelo de libertad, pues todo lo contrario, se ha convertido en una red de tráfico de datos. Se ha jugado con la ingenuidad del ser humano a corto plazo, pues lo veíamos como un mundo donde todo era posible y gratis. Se ha normalizado el que podamos ser libres solo con nosotros mismos a través de la tecnología, lo que supone la propia pérdida de la libertad. Hoy en día, la seguridad es un negocio y las grandes corporaciones tecnológicas se están haciendo con el poder de la misma a partir de la recopilación de nuestros datos. Es decir, a la vez que nos quitan nuestra libertad, se muestran como los únicos capaces de garantizárnosla.

Se está dando un modelo donde se neutraliza la democracia, cosa que no debe pasar si no que queremos que desaparezca todo lo conseguido hasta el momento como es el Estado moderno.

Europa es la única que puede repensar el liberalismo, la única en desarrollar una batalla económica y política que nos impida llegar a un civerleviatán como nombra Lasalle, pues EEUU está tintado del pensamiento de Trump, donde le ven a ojos del resto del mundo como un personaje inadecuado pero en realidad es lo que buscaban.

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