Coexistencia Colombia-Venezuela

Universidad de la guajira
Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas
Programa de Negocios Internacionales
Procesos Administrativos   
Erundina Illidge
Docente
Oscar Ramírez
Estudiante

Coexistencia Venezuela-Colombia

A lo largo de la historia, siempre se han vivido difíciles crisis políticas entre los gobiernos de Colombia y Venezuela, que han sido superados diplomáticamente.
La actualidad no es ajena al pasado y hoy por hoy se vive una de las crisis más ruidosas desde que murió Hugo Chávez.

Para nadie es un secreto el comercio ilegal (contrabando) que se maneja entre los dos estados y la comercialización de gran cantidad de productos venezolanos que entran ya sea por la frontera guajira o cucuteña. Y es ilógico decir que estos negocios lejos de la legalidad no afectan el mercado venezolano, ya que beneficia a unos pocos y pone en peligro el estómago de muchos, además genera una pérdida de $US 1.400 millones anuales, en la gasolina subsidiada que se logra sacar por las 192 trochas ilegales hacia Colombia. Aunque Colombia no sea el único que se beneficia de las diferencias abismales de las monedas latinas y la venezolana. Resulta que a Brasil ingresan anualmente una escandalosa cantidad de combustible proveniente de Venezuela, tal vez más de lo que se lleva hacia Colombia, de igual manera totalmente ilegal.

La presencia de grupos armados al margen de la ley tampoco es un tema desconocido para los colombianos y venezolanos. Y que gran parte del contrabando sostiene económicamente la actividad ilícita de estos grupos, es una afirmación muy cercana a la realidad. Pero no se podría a entrar declaraciones apresuradas, ni tomar decisiones rompiendo protocolos legales continentales e internacionales como lo hizo el actual presidente del vecino país.

El alza constante del dólar y la desvalorización del petróleo fueron factores determinantes que golpearon contundentemente la economía venezolana y a su paso generaron incertidumbre sobre el futuro del país y llevaron a la presidencia bolivariana, a tomar decisiones prontas y radicales para contrarrestar el déficit legal directo.

“Venezuela es víctima del capitalismo salvaje del paramilitarismo colombiano, hemos sido agredidos durante años por las mafias de Colombia. Han sido capturados varios paramilitares que operaban en Venezuela y que gracias a la Operación Libertad se desmanteló una base paramilitar en el barrio La Invasión. “Allí encontramos explosivos, uniformes paramilitares, contrabando, explotación sexual de niñas…y capturamos unos paramilitares en el corazón del país, en El Tigre”. “La Invasión es una base paramilitar espejo a una que conseguimos en Cúcuta, otra en Barlovento, Azóategui, y ya sabemos quién es el líder. No nos podemos hacer los locos y mirar para un lado”.
Esas fueron las palabras del mandatario venezolano y sus argumentos para ordenar un cierre fronterizo.

Con esas palabras fue fácil predecir la crisis humanitaria y económica que ve preveía a futuro y pasó a ser el presente y la cruda realidad de 3.010 personas entre hombres mujeres y niños colombianos deportados de Venezuela.

Y después de un mes, los presidentes se reunieron para darle una solución diplomática al problema. De la mano de la UNASUR y la CELAC, junto con el presidente Rafael Correa y Tabaré Vásquez como facilitadores del proceso.
Entre los compromisos que se firmaron en ecuador, está el retorno inmediato de los respectivos embajadores a Caracas y a Bogotá, la realización de una investigación de la situación de la frontera, la reunión realizada ayer miércoles con los equipos de ministros para tratar los temas sensibles de la frontera, la progresiva normalización de los pasos fronterizos, la coexistencia de los modelos -económicos, políticos y sociales- de cada país, hacer un llamado al espíritu de hermandad y continuar trabajando de la mano de Uruguay y Ecuador.

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