Colombia El País Que Soñamos

COLOMBIA HACIA EL PAÌS QUE SOÑAMOS… SERÀ UNA UTOPIA?

I. Introducción

Los colombianos nos vanagloriamos de vivir en un estado social y democrático de derecho, precepto constitucional del Estado ideal, pero que a la postre infortunadamente es letra muerta, nos conformamos con poco, pues a diario se nos violan los derechos fundamentales; la violencia y el terror nos asecha, los corruptos mandan la parada, al filtrar las instituciones y poner los gobernantes, estamos en medio de un fuego cruzado, la falta de decisión, de valor y de enfrentar la realidad en la que estamos viviendo, es preocupante, nuestra existencia se agrava, se hunde en el pasado, se imponen los antivalores, estamos presos, nos regimos y nos sometemos al yugo de los políticos que quieren apoderarse de nuestros conocimientos, nos habituamos a la resignación, nos explotan y nos exploran, las injusticias que cometen los gobernantes y su equipo estatal con el pueblo, se aprecia desde su elección como incautos, nos dejamos comprar la conciencia.

Es triste observar como una gran mayoría de habitantes en pleno siglo XXI, se encuentran en la incertidumbre de tener una buena calidad de vida: sin oportunidades de empleo, salud, sin recursos básicos para subsistir, sin estudio que de verdad fundamente con criterio propio al habitante colombiano, parecería que a los gobernantes les interesara que permaneciéramos así, es como una actitud de conveniencia, como en el mito de la caverna, donde el estado es el que guía a los hombres, presuntamente o al parecer libres, pero en nuestra sociedad podríamos preguntarnos ¿de qué manera? o ¿con qué objetivo? mientras que una sociedad abandonada, refleja a los hombres o seres humanos que viven encadenados y atrapados en una cueva, Ej.

-Los campesinos de nuestro país, se encuentran en situación de encadenamiento, puesto que los precios de sus productos, se ven afectados por sus intermediarios, grandes comerciantes y especuladores, los cuales tienen el monopolio de la distribución de los mismos, convirtiéndolos a ellos en su única salida.

-También están encadenados los pequeños microempresarios, los cuales luchan por mantener en pié sus negocios y tratar de generar empleo como un compromiso social, pero los altos impuestos y los compromisos con los bancos no dejan evolucionar al progreso que esperan.

- Asimismo, la gente del común, que estamos atados por los grandes índices del desempleo, debido a la falta de oportunidades.

-Pero al igual estamos atados al egoísmo y la envidia, ya que por la insana competencia, la ambición y la cultura del facilismo de algunas personas inescrupulosas, no les importa pasar por encima de los demás, lamentablemente hacen lo que sea necesario y no tienen ninguna clase de respeto, para conseguir lo que desean, a cualquier costo, en una actitud maquiavélica.

La organización de la sociedad, radica en el compromiso de sus habitantes y en la aplicación de valores y principios como los indica Kant, pensar por si mismos, pensar en el lugar del otro y ser consecuentes

Pensar por si mismos, el derecho que tiene cada integrante a dar su propia opinión de manera racional, con respeto y con ética.

Pensar en el lugar del otro, es el reconocimiento que se le da al razonamiento de los demás, es una manifestación de inclusión social, puesto que el punto de vista de cada individuo que integra nuestra sociedad, tiene cabida en cualquier decisión democrática.

Ser consecuente, darle coherencia a la solución de la problemática que queremos erradicar, la cual implica de la unión y el fortalecimiento grupal, para la construcción de una democracia enfocada en el cambio de cada una de las falencias que nos afectan y que estamos acostumbrados a soportar, en la cual también surjan unos dirigentes que estén siempre al servicio de la comunidad, guiándonos, los cuales estén en la permanente búsqueda del bien común y de esta manera iniciar con la transformación de nuestra sociedad.

I. EL DEBER SER DE COLOMBIA

Por ello, es la hora de despertar, de valernos por nosotros mismos, de empezar a construir el país que soñamos, como la Ilustración lo comenta, “Ten el valor de servirte de tu propia razón” nos ubica en el hombre del segundo mundo, de las ideas de lo inteligible, de la sabiduría, ósea hombre liberado, cuando nuestra razón o intelecto, es limitado a la obediencia, sin tener en cuenta nuestros criterios, o propia razón, se podría decir que estamos encadenados, o prisioneros a la razón de otros.

Estas son una de las tantas causas, por las cuales Colombia es un país inestable, pese a la pujanza, espíritu de trabajo y optimismo propios de nuestra idiosincrasia, que es una virtud de ultranza, baluarte para la construcción del país que queremos tener para las futuras generaciones, con la idea de recobrar nuestra identidad, pues no nos queda más que seguir luchando, por una sociedad justa equitativa y más humana, donde los colombianos no perdamos las esperanzas, sabemos que la paz y un futuro más favorable, no será producto de ningún triunfo o derrota militar, si no de pluralismos que marquen la diferencia, que salgamos de esa caverna, que seamos autónomos, decisivos, perseverantes, con una gran participación democrática, y tenemos que propender que la Constitución Política, no sea letra muerta y se aplique en toda su dimensión, procurando que el estado a través de sus gobernantes promueva una buena calidad de vida para sus asociados, que signifique educación a partir de la población menos favorecida, vivienda digna, servicios de salud adecuados, que no vulneren la vida e integridad física.

En Colombia el deber ser es que se respete la Constitución

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