Cultura Y Modernidad
MiguelJerez13 de Enero de 2015
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Modernización económica y ruralidad en Chile; una mirada constructivista a las transformaciones culturales del proceso racionalizador del Agro.
Miguel Jerez
Sociólogo
Abstract
El articulo problematiza la configuración y permanente re -configuración de “lo rural” en el proyecto moderno y particularmente en la conformación del Estado Chileno, a partir de una mirada que articula a nivel conceptual las transformaciones histórico-políticas de la sociedad Chilena, con las transformaciones en las construcciones simbólicas -significados- que constituyen la ruralidad en tanto entramado de prácticas sociales e instituciones. Las categorías de análisis que dan cuerpo al análisis y coherencia argumentativa al mismo son los conceptos mediante los cuales el pensamiento social contemporáneo ha descrito el proyecto modernizador de las sociedades occidentales como; secularización, racionalidad instrumental, individuación, construcción social del Estado, Identidad y Modernización económico-productiva.
Palabras clave:
Ruralidad, modernización, secularización, objetivación del tiempo y el espacio, relaciones sociales, sustratos de significado, estructuración de prácticas sociales.
Genealogía conceptual.
La ruralidad como concepto en el análisis de las ciencias sociales no ha tenido una importancia sustantiva para explicar el orden social moderno, más bien ha sido tratada como “categoría residual” para hacer la distinción esencial entre un orden social moderno y otro pre-moderno. Lo rural para la tradición sociológica aparece ligado a modos pre-modernos de producción relaciones sociales establecidas en base a la tradición.
Partiendo de la base que la necesidad de explicación del nuevo orden de las sociedades en occidente y en el mundo como consecuencia de los procesos desencadenados por la revolución francesa y conformación de la idea de Estado-nación moderno, como en el orden económico (revolución industrial y re-configuración de relaciones sociales de producción
Lo Rural en un contexto global
profundización adecuada si no se hace alusión al “marco global” en el cual estas nuevas formas de significar y vivir la vida social, de los actores inmersos en él tiene lugar. Abordaje teórico sin duda complejo, debido a la multidimensionalidad del fenómeno y por ende de las múltiples aristas desde las cuales se puede hacer una lectura del mismo. Es por esto que el presente apartado se aboca ha describir mayormente, (en función del problema de investigación), la “dimensión cultural” del actual escenario mundial y el papel que en la conformación y reproducción de éste juegan los medios de comunicación de masas.
Lo que a continuación se expone, tiene la pretensión de abordar el tema de la “globalización” en relación con el mundo de la significación y las prácticas simbólicas cotidianas; es decir, la cultura. Sin obviar las relaciones y condicionamientos que ésta última tiene referidas a las dimensiones, económicas, sociales, y políticas del actual ordenamiento social mundial. Por tanto resulta insoslayable referirnos a las relaciones y condicionamientos de las transformaciones culturales del último tiempo con el surgimiento y consolidación de una “economía global” y las nuevas características que presenta la política en tanto instancia mediadora de los intereses individuales con los colectivos.
a. La dimensión económica
Habría que partir señalando que las premisas fundamentales, para entender la idea del surgimiento de una economía global están dadas en esta investigación por las aportaciones de Manuel Castells, el cual plantea que gracias a la base material acumulada, producto del desarrollo industrial de los últimos dos siglos, en el último cuarto del siglo XX, el mundo ha vivido la conformación de una “nueva economía”, cuya lógica de funcionamiento ha ido interconectando paulatinamente las economías locales hasta hacerlas funcionar a escala global. Para Castells, la globalización de los mercados financieros es la espina dorsal de la nueva economía. A la cual este autor denomina; informacional, global y conectada en red; “es informacional porque la productividad y competitividad de las unidades o agentes de esta economía (ya sean empresas, regiones o naciones) dependen de su capacidad para generar, procesar y aplicar con eficacia la información basada en el conocimiento. Es global por que la producción, el consumo y la circulación, así como sus componentes (capital, mano de obra, materias primas, gestión, información, tecnología, mercados), están organizados a escala global, bien de forma directa, bien mediante una red de vínculos entre los agentes económicos. Esta conectada en red porque, en las nuevas condiciones históricas, la productividad se genera y la competencia se desarrolla en una red global de interacción entre redes empresariales” . Es esta interconexión entre los distintos agentes económicos a nivel mundial, la que posibilita nuevas descripciones de las implicancias de la economía en el ordenamiento social. La lectura que hace Castells de la estructura de la economía global, es hecha desde una perspectiva más bien descriptiva que hace alusión principalmente al fenómeno creciente de la apertura comercial y la determinación de los factores externos para la formulación de las políticas económicas nacionales y, principalmente, la mundialización del mercado de capitales; en especial, el capital financiero que excede en proporciones estratosféricas el intercambio de mercancías y de capital productivo. Para este autor la estructura económica preponderante en el actual contexto, es global por que, es una economía con la capacidad de funcionar de forma unitaria en tiempo real o en un tiempo establecido a escala planetaria . Las características que en la actualidad tiene el funcionamiento de la economía sería impensable, sin la base de la nueva infraestructura proporcionada por las tecnologías de la información y la comunicación y con la ayuda decisiva de las políticas de desregulación y liberalización aplicadas por los gobiernos y las instituciones económicas internacionales como el FMI, el Banco Mundial, la OMC, etc. Es a partir de lo anterior, que bajo la óptica teórica que aquí exponemos, existe una economía global, en tanto las economías del mundo entero dependen de su núcleo globalizado, el cual esta compuesto por los mercados financieros, el comercio internacional, la producción transnacional y hasta cierto punto la ciencia y la tecnología, además del trabajo especializado. En vista de que lo que caracteriza al panorama económico mundial es la interdependencia de los mercados bursátiles y las monedas, lo cual condiciona la interrelación entre las políticas monetarias y el tipo de interés de las economías locales.
b. La dimensión política.
La dimensión política del actual contexto histórico, en la presente investigación es abordada desde dos aspectos fundamentales, que de cierta forma orientan la explicación de la preponderancia del mercado y consecuentemente del consumo como “epicentro de la vida social”, como son: el redimensionamiento de los Estados nacionales y la redefinición de la política, como instancia mediadora de los intereses individuales y los intereses colectivos.
En principio, el concepto de Estado- Nación, alude a la cristalización política mediante la cual la “sociedad moderna” cobra forma institucional, en la mayor parte de los países del mundo desde el siglo XVIII en adelante. Por otra parte esta definición le concedía a éste, el status de “ente regulador de la vida social”, en tanto se lo conceptualizaba como una forma particular de dominación política con explícito referente territorial. El concepto de Estado nación entendido de esta manera es una formula teórica que no permite una observación real de la complejidad de las coordinaciones sociales que el mismo desarrollo histórico de la modernidad ha desencadenado.
Alain Touraine plantea que la sociedad contemporánea debe ser entendida, a partir del análisis de la progresiva disociación de economía y cultura, para éste la sociología, ya no puede definir lo social a partir de las categorías sobre las cuales edificó conceptualmente “el orden social moderno”.
El modelo clásico de la modernidad se formó por la interacción de tres elementos: la racionalización, el individualismo moral y la sociedad, concebida como un Estado de derecho, un conjunto de instituciones que funcionan según los principios de un derecho universalista e individualista.
La misma idea de nación ha dejado de designar a la colectividad de ciudadanos libres para referirse a la búsqueda de una identidad colectiva e histórica. La sociedad de producción empezó a transformarse en sociedad de consumo. Para este autor ya no podemos creer en el triunfo final de un Estado de derecho capaz de regir la vida social; “vemos deshacerse ante nuestros ojos los conjuntos a la vez políticos y territoriales, sociales y culturales, que llamábamos sociedades (…) se desintegra la imagen de una sociedad construida y manejada por un proyecto político” .
Por tanto, bajo la óptica teórica de Touraine, las instituciones políticas perdieron su capacidad de regulación e integración. Es por esto que ya no se puede entender a la sociedad, como ha sido entendida por la cultura política moderna, es decir la “imagen institucional” de ésta debe ser abandonada. Ya que los flujos globalizadores están privando cada vez más a la sociedad de su “papel de creadora de normas”.
Es a partir de lo anterior que puede entenderse
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