DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA, CRECIMIENTO ECONÓMICO Y CAMBIO ESTRUCTURAL: VÍNCULOS TEÓRICOS
3kirikili .Resumen1 de Octubre de 2019
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Introducción
Desde el trabajo de Kuznets (1955), existe una abundante literatura que analiza la relación entre el crecimiento económico (EG) y la distribución del ingreso (ID) desde diferentes ángulos. Un primer grupo de estudios se concentra en los efectos lineales y no lineales de ID en EG, dando resultados opuestos dependiendo de la muestra y las técnicas econométricas utilizadas. Un segundo grupo trata de los efectos de EG sobre ID, produciendo también resultados mixtos. Específicamente, como señaló Frazer (2006), parece que ha habido una variedad de formas de crecer, al menos cuando se trata de cambios en la desigualdad. Un tercer grupo se concentra en la causalidad, la co-integración y la interdependencia entre EG e ID, en la que la direccionalidad varía de un país a otro. Un cuarto grupo se ocupa de los argumentos y modelos teóricos que explican esa interdependencia.
De acuerdo con esta literatura, y con sujeción a las limitaciones de la medición de la desigualdad, existe la presunción de que esta medida suele variar el coeficiente de Gini a través del proceso de desarrollo y no hay tendencias universales.
El gráfico 1 apoya esta presunción para cuatro países (dos desarrollados y dos de América Latina) con una tasa media anual similar de crecimiento del PIB real per cápita en el período 1980-2011 de alrededor del 1,3%. Así, la curva ID de Argentina apoya la hipótesis de Kuznets. Mientras que los Estados Unidos han tenido una tendencia creciente de desigualdad, Brasil ha tenido una tendencia decreciente, y el coeficiente de Gini de Francia se ha mantenido prácticamente constante durante todo el período.
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Por otra parte, como sugieren Syrquin (1988) y muchos otros, el proceso de desarrollo económico implica la transformación o el cambio estructural (SC) de una sociedad basada en la acumulación y la composición sectorial. Si bien el aumento sostenido de la tasa de acumulación es necesario para el crecimiento y la transformación a largo plazo, esto no es suficiente para el desarrollo económico. Es necesario internalizar el segundo componente para que tenga lugar el desarrollo. El uso más común del cambio estructural en el desarrollo y en la historia económica se refiere a la importancia de los sectores de la economía en términos de producción y uso de factores y en la reasignación de recursos entre sectores. Las proporciones de la producción sectorial, la relación entre los bienes finales de consumo (por ejemplo, alimentos) y los bienes (intermedios) de los productores; la diversificación de productos y exportaciones y la reasignación de mano de obra son los indicadores estándar del cambio estructural. [1]A pesar de la importancia de la transformación económica en el proceso de desarrollo económico, la bibliografía empírica sobre los efectos del cambio estructural en la ID, que utiliza esos indicadores, no es tan abundante como la anterior. Sin embargo, pruebas recientes señalan que el cambio estructural ha tenido efectos positivos y negativos en diferentes medidas de la ID, dependiendo del tipo de cambio estructural, el nivel del PIB per cápita y la región geográfica.
En este sentido, el presente documento resume la bibliografía teórica sobre la relación entre la distribución del ingreso, el crecimiento económico y el cambio estructural, centrándose principalmente en los vínculos de los dos últimos sobre la distribución del ingreso. A partir de entonces, presenta evidencia de esas relaciones para una muestra de doce países latinoamericanos (ALC) en el período 1980-2011. La reasignación de la mano de obra sectorial y la participación en la producción agrícola, la tasa de crecimiento del PIB real per cápita y el coeficiente de Gini, respectivamente, son las principales medidas utilizadas en el análisis estadístico para SC, EG e ID.
2. DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA, CRECIMIENTO ECONÓMICO Y CAMBIO ESTRUCTURAL: VÍNCULOS TEÓRICOS
La cuestión de hasta qué punto la reasignación de recursos y el crecimiento repercuten en la distribución de los ingresos ha sido objeto de un análisis teórico desde los economistas clásicos del desarrollo. Para ellos, un proceso de desarrollo tiene lugar cuando los agentes de la economía emprenden innovaciones, cambios tecnológicos y/o institucionales. Las fuentes de estos cambios para los economistas clásicos fueron impulsadas por la demanda (Taylor, 1988). Las economías subdesarrolladas se caracterizaron por sectores duales, donde el mecanismo de mercado asignaba recursos dentro del sector moderno altamente productivo y los salarios reales se determinaban “exógenamente” por la productividad media en el sector tradicional y comunal de baja productividad.
A medida que la demanda de los productos del sector moderno se expande[2] y la mano de obra pasa de los sectores tradicionales a los modernos, La distribución de los ingresos mejoraría en la medida en que el salario real en el sector moderno fuera superior al tradicional y aumentaran los ingresos totales. La mejora del ID sería aún mayor cuando el sector moderno absorbe toda la fuerza de trabajo y/o cuando el sector tradicional se convirtió en un sector capitalista con salarios determinados por las fuerzas del mercado. López (2007) calificó este resultado como un cambio estructural benigno.
La formalización de la conexión entre ID, EG y SC ha sido progresiva. Taylor and Arida (1988), Aghion, et al (1999) y Galor (2009) resumen los modelos de la relación entre crecimiento y distribución del ingreso. Herrendorf, Rogerson y Valentinyi (2014) presentan el estudio de la literatura de "nuevos cambios estructurales" sobre la relación entre crecimiento económico y cambio estructural.
Los modelos formales sobre la relación entre ID y SC, sin embargo, todavía están en sus primeros etapas. Este conjunto de tres modelos sugiere que las diferencias en los parámetros de comportamiento entre los sectores, los efectos de los precios, la riqueza y la distribución de la tierra, los recursos naturales (y sus respectivos efectos ambientales) y/o la existencia de "producción doméstica" [3]o "fallos del mercado" (que producen múltiples equilibrios a largo plazo o estados estables), la relación entre ID, EG y SC puede no ser lineal o única. Formalmente, en estos modelos, los "cambios exógenos" que desencadenan la dinámica de una economía de un equilibrio a otro son las políticas tecnológicas, institucionales y económicas.
2.1 Del cambio estructural a la distribución del ingreso
Aparte del mecanismo clásico "benigno" impulsado por la demanda, por el cual el SC afecta a la distribución del ingreso, la lectura considera una variedad de vínculos entre ellos. En primer lugar, los efectos neutros del SC sobre el ID surgen de la vasta literatura de modelos de crecimiento (equilibrado y desequilibrado) y de cambio estructural, reconciliando los hechos de Kaldor (1961) de un modelo de crecimiento sectorial con modelos de cambio estructural de crecimiento con dos o más sectores. En estos modelos, la mano de obra y las acciones de capital son constantes en el equilibrio a largo plazo en presencia de reasignación de recursos debido al hecho de que los factores se asumen homogéneneos en todos los sectores y perfectamente móviles entre ellos.
En segundo lugar, Barbier (2013), Botta (2010), López (2007), y Antocia, Russua y Ticci (2009) postulan efectos perversos del cambio estructural en la ID. Por un lado, Barbier (2013) afirma que: mientras exista una reserva rural residual de mano de obra, el desplazamiento de los trabajadores de la economía rural al sector moderno no necesariamente mejorará si no aumentan los salarios reales en el sector moderno. En tal caso, ID empeoraría en el período de transición. Botta (2010), por otra parte, argumenta que la expansión de la demanda debido a un auge de las exportaciones en industrias que son intensivas en el uso de recursos naturales puede producir trampas de pobreza evitando la etapa final del proceso de desarrollo clásico mientras el resto de industrias que no son intensivas en el uso de los recursos naturales no son promovidos por el "expansión de las exportaciones".
Una tercera posibilidad de empeoramiento de la ID puede ocurrir si la mano de obra reasignada del sector tradicional al moderno termina en empleos informales de baja productividad con salarios reales inferiores a los del sector moderno. Resultados similares fueron obtenidos por Antocia, Russua y Ticci (2009) donde el sector tradicional y el sector moderno son intensivos en el uso de los recursos naturales y la producción del sector moderno tiene efectos de deterioro ambiental. En tercer lugar, el papel de la producción doméstica y producción de mercado de bienes y servicios en los efectos del SC sobre la ID se basa en el modelo de Ngai y Pissaradis (2008). Esto predice que cuando dos bienes o servicios son sustitutos escasos uno para el otro (por ejemplo, agricultura, bienes manufacturados y servicios), las horas de trabajo se mueven en la dirección del bien con la menor tasa de crecimiento "productividad total de los factores (TFP)". Cuando son buenos sustitutos unos de otros (por ejemplo, la producción doméstica y de mercado de bienes y servicios de un sector), se mueven en la dirección del bien con la mayor tasa de crecimiento de la PTF. En consecuencia, en las primeras etapas de desarrollo, un mayor crecimiento de la PTF en los sectores modernos (manufacturas y agricultura) produciría que las horas de trabajo en la producción de bienes de mercado dentro de cada sector aumentarían y los de la producción doméstica disminuirían. En la siguiente etapa, cuando los servicios tengan la tasa de crecimiento TFP más baja, las horas de trabajo de la producción doméstica en este sector aumentarían y los respectivos de manufacturas y bienes de producción del mercado agrícola disminuirían. En etapas posteriores, el TFP del mercado de la producción de servicios sería mayor produciendo un aumento de las horas de los bienes de la producción de esos servicios.
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