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Democracia Deliberativa


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2014  •  2.853 Palabras (12 Páginas)  •  300 Visitas

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La noción prima de democracia deliberativa fue acuñada por Joseph M. Bessette en 1980, que la reelaboró y argumentó de nuevo en 1994. Desde entonces, numerosos filósofos ypolitólogos han contribuido a desarrollar la concepción deliberativa de la democracia, entre otros: Jürgen Habermas, Jon Elster, Joshua Cohen, John A. Dryzek, Carlos Santiago Nino, John Rawls, Amy Gutmann, James Fishkin, Dennis Thompson, Seyla Benhabib o José Luis Martí.

El término democracia deliberativa "designa un modelo normativo – un ideal regulativo – que busca complementar la noción de democracia representativa al uso mediante la adopción de un procedimiento colectivo de toma de decisiones políticas que incluya la participación activa de todos los potencialmente afectados por tales decisiones, y que estaría basado en el principio de la deliberación, que implica la argumentación y discusión pública de las diversas propuestas".1

Índice [ocultar]

1 Democracia deliberativa y teoría de la democracia

2 Antecedentes históricos

3 Ventajas

4 Críticas

5 Referencias

6 Bibliografía

7 Enlaces externos

8 Véase también

Democracia deliberativa y teoría de la democracia[editar]

Democracia deliberativa es un término utilizado para referirse a un modelo político que pretende equilibrar la democracia representativa con un proceso de toma de decisiones regido por los principios de imparcialidad y racionalidad. Contrasta abiertamente con las concepciones dominantes de la democracia y, en especial, con la teoría de la elección racional proveniente de la economía, que enfatiza el acto de votar como institución central de la democracia, los teóricos de la democracia deliberativa argumentan que las decisiones sólo pueden ser legítimas si llegan como consencuencia de una deliberación pública por parte de la ciudadanía.

En particular, Habermas, uno de los principales inspiradores de este modelo político, concibe la democracia deliberativa como extensión de la acción comunicativa tanto en plano de la esfera pública informal como en el de la esfera pública institucional. Esta forma de democracia es dependiente de procedimientos y presupuestos comunicativos que institucionalizan el discurso público. La opinión pública viene a complementar dos esferas de la política que había destacado Weber: la política carismática y la política tecnocrática. Así, políticos, técnicos y opinión pública deliberan entre sí en un circuito democrático. A través de la deliberación se intentará conseguir, que la mayoría de las personas estén de acuerdo con la solución que se va a tomar o el camino que van a seguir ya que, después de un proceso de participación de los afectados, la decisión tomada es la que representa a una mayor parte de la población relacionada con el problema tratado. Habermas a lo largo de su obra Tres modelos de democracia nos plantea las ventajas e inconvenientes de las dos corrientes, mostrando predilección por la concepción republicana ya que entronca directamente con su idea de participación, de acción comunicativa y de desarrollo de una democracia deliberativa en la que todas las personas se ven involucradas en el proceso, intentando encontrar una igualdad entre todas ellas que entronca con las ideas marxistas de unión ante una misma situación, haciendo desaparecer las diferencias de clase creadas principalmente por el capitalismo, movimiento económico seguido por la concepción liberal. De esta manera encontramos que la “auto organización de la sociedad por ciudadanos unidos comunicativamente” es demasiado idealista y que para ello hay que conseguir que todas las personas que se encuentran dentro de esta organización tengan una identidad común y quieran resolver por la misma vía los problemas surgidos entre ellos. Habermas propone leyes o normas a seguir, para que todas las personas se sientan de acuerdo con el modelo de decisión a través de la comunicación, unos principios morales y éticos que todas las personas con cierta educación tienen que aceptar como válidos y que respetan al resto de personas. En el caso de la concepción liberal su primer objetivo es la economía y la consecución de intereses personales y una relación del mundo a partir del desarrollo de la economía capitalista; en cambio, la otra corriente nos dice que se tiene que establecer un equilibrio de intereses entre todas las partes para evitar el enfrentamiento, dentro de una comunidad igualitaria sin aspiraciones de superioridad por parte de los individuos. La democracia es por tanto sinónimo de auto organización y autodeterminación política de la sociedad en contra del privatismo ciudadano y de la separación del individuo de la política, centrado nada más en intereses económicos de superioridad ante sus iguales, intentando conseguir, por medio del capitalismo y por tanto, a partir de la riqueza, mayores bienes para situarse en un escalafón superior de la sociedad. Según la concepción liberal, no se puede separar el Estado de la sociedad, haciendo de ello dos entes divididos, en contra de la concepción republicana en la que el Estado es la sociedad, un único ente auto organizado que tiene en cuenta los intereses sociales de sus iguales y es capaz de ceder en algunos aspectos para conseguir el bienestar de toda la población. Por último, Habermas enlaza la exposición anterior de su teoría con la teoría del discurso, dice que “asocia al proceso democrático connotaciones normativas más fuertes que el modelo liberal, pero más débiles que el modelo republicano”. Digamos que la teoría del discurso es la parte teórica de la democracia deliberativa a partir de la cual se establecen los procedimientos correspondientes para llevar a cabo la toma de decisiones de manera colectiva y que la concepción republicana va más allá, concediendo mayor importancia a la solidaridad y la integración del conjunto de ciudadanos frente a la distinción, más encaminada a la concepción liberal, de una distinción de la administración pública y la sociedad civil. Entendemos por tanto que a partir de una concepción neomarxista y en contra del desarrollo liberal-capitalista, que opta por el individualismo, quiere conseguir la puesta en marcha de una democracia en la que todas las personas se involucren en las decisiones políticas y sociales que les rodean, sin tener que delegar en unas figuras sus problemas, sino conseguir solucionarlos ellos mismos a partir de la solidaridad y los valores morales, consiguiendo lo mejor

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