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Derechos Asertivos


Enviado por   •  3 de Marzo de 2014  •  2.569 Palabras (11 Páginas)  •  333 Visitas

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LOS DERECHOS ASERTIVOS

Los derechos asertivos

En la literatura especializada en Habilidades Sociales se consideran derechos asertivos aquellos que asumimos que tiene cualquier ser humano por el hecho de serlo. Algunos, frecuentemente citados son: buscar la felicidad; intentar cambiar las cosas que no nos gustan; mostrar disconformidad por un trato injusto; hacer y rechazar peticiones; ser tratado con respeto; tener nuestras propias opiniones y valores; elegir a nuestros amigos, o estar solos cuando así lo deseemos.

Smith propone diez derechos asertivos básicos, a los que nos referimos seguidamente:

1. El derecho a ser tu propio juez

Es el principal derecho asertivo, del que se derivan todos los demás. Significa que tienes derecho a tener tus propias opiniones y creencias; a evaluar tus sentimientos y tu conducta, y 'a aceptarlos como válidos si así te lo parecen, aunque a otros no les parezcan aceptables".

Ejercer este derecho supone: que te pongas de acuerdo contigo mismo para decidir qué quieres; que aprendas a juzgar tus acciones con claridad (sin exigencias y sin un exceso de auto indulgencia); que elijas tú mismo tu escala de valores y tus principales metas", y que te habitúes a actuar de acuerdo con todo ello.

Ser tu propio juez, implica también:

• Reconocer y ejercer tu derecho a juzgar, en última instancia, lo que eres y lo que haces.

Actuar según lo que pienses tú, no en función de lo que opinen los demás.

• Establecer tus propias normas para juzgar tu comportamiento.

• Asumir que puedes elegir lo que piensas, sientes y haces, y considerarte responsable de tu

propia existencia, quitando esa responsabilidad a los demás.

• No dejarte imponer valores externos que no respeten tu derecho a juzgar y a elegir tu forma de

pensar, sentir y actuar.

• Basar tu escala de valores en tus deseos y preferencias.

• Liberarte de la tiranía de los deberías, que te hacen vulnerable a las manipulaciones de los

demás.

• Recordar que suele ser conveniente prestar atención a las opiniones de los otros, pero que eres

tú quien debe tomar tus decisiones.

• Habituarte a juzgar tus necesidades, establecer tus prioridades y tomar tus propias decisiones.

Aprender a rechazar peticiones, cuando así lo decidas, sin sentirte culpable.

• Atreverte a expresar lo que piensas, sientes y quieres, sin temer excesivamente el posible

rechazo de los demás.

• Recordar que cada uno es el máximo responsable de su vida.

• Afrontar la posibilidad de que a algunos no les guste tu conducta asertiva.

• Ser consciente de que no existe ningún modelo absolutamente válido de comportamiento "bueno" o "malo", aunque sí que hay diferentes formas de pensar, sentir y actuar que cada uno puede elegir y que enriquecen o amargan nuestra existencia.

• Aceptar que los juicios que formules acerca de ti mismo, de las demás personas, del mundo o del futuro, pueden no parecerles lógicos o razonables a otras personas, pero quizá se ajusten mejor a tu realidad, a tu personalidad, o a tu estilo de vida.

• Tener claro que se trata de tu vida, por lo que te incumbe a ti más que a nadie. Por tanto, es mejor que te traces tus propias metas, y que trates de ser fiel a ti mismo, consiguiéndolas en lo posible.

Smith cita algunas creencias irracionales que pueden impedirte ejercer el derecho a ser tu propio Juez, como:

• "Si no puedo convencer a los demás de que mis deseos son razonables, será porque estoy equivocado o porque mis deseos no son aceptables",

• "Hay que respetar los puntos de vista de los demás, sobre todo si tienen algún tipo de autoridad; guardarse las diferencias de opinión para uno mismo; escuchar y aprender".

• "No debemos regimos por nuestras propias ideas, sino por unas normas externas más importantes y sabias que nosotros; ya que si no fuese por esas normas sociales acerca de lo que debemos o no debemos hacer, no podríamos convivir armoniosamente".

Concluye afirmando que no necesitamos asumir esas normas externas (exigencias o deberías) para relacionamos eficazmente con los demás y que es mejor aceptar que nuestras preferencias y aversiones (así como los de las otras personas) son una justificación suficiente para intentar convencer a los otros, proponer una negociación, llegar a acuerdos o pedir cambios de conducta.

2. El derecho a elegir si nos hacemos o no responsables de los problemas de los demás

Smith considera que si ignoramos nuestro derecho asertivo a no hacemos responsables de los problemas de otras personas, cuando así lo decidamos; los demás podrán manipulamos, presentándonos sus propios problemas como si fuesen nuestros.

Pero si somos asertivos, podremos optar por sentimos responsables sólo de nuestros propios problemas. Por ejemplo, si un compañero no nos deja centramos en el trabajo o nos agobia contándonos sus dificultades, una respuesta asertiva sería pedirle que nos las cuente en otro lugar, o recomendarle que busque ayuda profesional, sin sentimos responsables de ellas.

Una creencia irracional que nos impide ejercer este derecho es la de que no debemos decir o hacer nada que pueda herir los sentimientos de otras personas. Pero, aunque es preferible no herir a los demás y tratarlos con respeto y cortesía, es imposible y contraproducente pretender exigirte a ti mismo que nunca hieras a nadie.

Es más deseable pensar que tienes derecho a defender tus intereses y a expresar tus

sentimientos, incluso si los demás se sienten ocasionalmente heridos. Lo contrario supondría

mostrarte falso y negar a la otra persona la oportunidad de aprender".

Otro ejemplo de creencia que puede impedir ejercer este derecho

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