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“Desafíos del desarrollo económico en países de ingreso medio, con especial referencia a Chile: América Latina vs. El Asia emergente”

maria.gonzalez.sEnsayo20 de Diciembre de 2021

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[pic 1] FACULTAD DE ADMINISTRACION Y ECONOMIA

“Desafíos del desarrollo económico en países de ingreso medio, con especial

referencia a Chile: América Latina vs. El Asia emergente”

Profesor: José Gabriel Palma

Coordinador cursos transversales: Tomas Gálvez S

Chile en el marco del régimen burócrata-autoritario, y la crisis económica de 1982.

María José González.

Resumen

El presente documento tiene como propósito hacer una revisión breve de las características más significativas del modelo neoliberal instaurado en Chile a partir del año 1973 por los denominados Chicago Boys, en el contexto del régimen burócrata-autoritario encabezado por el General Augusto Pinochet Ugarte, y cómo es que mencionado régimen, generó las condiciones propicias para desencadenar una de las crisis económicas más agudas jamás registradas en la historia de nuestro país. La crisis económica de 1982, es un altercado financiero que trajo consigo la caída del 20% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, con una tasa de desempleo superior al 30%, y un alza de la población en pobreza absoluta que alcanzó el 55%, lo que, en su esencia, significó un fuerte golpe a la médula del sistema que prometía posicionar a Chile al nivel de países desarrollados o primermundistas.

Palabras claves:

Chile, neoliberalismo, Régimen Burócrata Autoritario, crisis económica de 1982.

Abstract

The purpose of this document is to briefly review the most significant characteristics of the neoliberal model established in Chile in 1973 by the so-called Chicago Boys, in the context of the bureaucratic-authoritarian regime headed by General Augusto Pinochet Ugarte, and how it is That aforementioned regime created the propitious conditions to unleash one of the most acute economic crises ever recorded in the history of our country. The 1982 economic crisis is a financial altercation that brought with it a 20% drop in the national Gross Domestic Product (GDP), with an unemployment rate higher than 30%, and a rise in the population in absolute poverty that reached 55 %, which, in its essence, meant a strong blow to the core of the system that promised to position Chile at the level of developed or first world countries.

Keywords:

Chile, neoliberalism, Authoritarian Bureaucratic Regime, economic crisis

Latinoamérica escenario ideal para regímenes burócrata-autoritarios.

Los regímenes burócrata-autoritarios, surgen en Latinoamérica a finales de los años sesenta, en respuesta al decaimiento de la democracia, cuyos casos más emblemáticos se concentran en países del cono sur, como Brasil, Argentina, Uruguay y Chile, siendo Argentina el único país en el cual se instaura este tipo de régimen en dos oportunidades. Tanto en los países mencionados, como de manera transversal en América Latina, se visualizó en años previos un aumento excesivo de participación de sectores populares en la esfera pública, que buscaron maximizar sus beneficios particulares, aumentando gradualmente el conflicto inter-clase, con los sectores más acomodados de la población. Ante esta serie de acontecimientos y empoderamiento popular, se dejó entrever la incapacidad del Estado para imponer orden y garantizar el desarrollo normal y progresivo de la economía, por lo que, la implementación de un régimen burócrata-autoritario se erige como una salida promisoria para la burguesía, que concentraba toda su energía en garantizar la normalización de la economía, desactivar la participación de las masas, y reconstruir la paz social, metas que en un escenario de crisis, también lograron seducir a los sectores medios de la población. De esta manera, la hipótesis de que en estos países la única alternativa viable era un autoritarismo capaz de imponer las reformas del mercado necesarias para reactivar la economía, y una democracia distribucionista que tendía innatamente hacia la autodestrucción económica, fue ganando consenso en los años subsiguientes entre los académicos preocupados por Latinoamérica (Remmer, 1997).

Si tomamos en consideración lo expuesto por O’Donnell en el año 2013, un régimen burócrata-autoritario, supone tres eslabones para poder ejecutarse óptimamente:

  1. La suspensión de la ciudadanía.
  2. La prohibición de invocar al pueblo y clase, como contenidos de demandas sustantivas.
  3. La imposición de un “orden” particular, basado en la exclusión política y económica del sector popular.

En complemento a lo expuesto por O’Donnell, el régimen burócrata-autoritario, podría clasificarse –en su esencia- como un régimen político económico, en donde se caracteriza la exclusión política de los sectores populares y los grupos afines a ellos, coaccionando todas aquellas expresiones de pensamiento crítico de disidencia, y la lucha revolucionaria, garantizando su “orden” social, por medio de la represión e imposición del control-dominación Estatal a manos de las Fuerzas Armadas, en coalición con la clase dominante, es decir, pequeños grupos burocráticos y élites terratenientes del sector capitalista, quienes suman a sus antecedentes una red de profesionales con una considerable incidencia y experiencia en el capitalismo mundial y neoliberalismo de mercado, lo cual delimita los márgenes de la acción del Estado para con sus ciudadanos.

Siguiendo la línea argumentativa presentada anteriormente, el rol de la clase capitalista es trascendental y crucial, pues este tipo de régimen busca y promueve la reactivación de la economía nacional mediante la reestructuración y subordinación financiera que garantice estabilidad, y, para ello, se abren las fronteras a la libre inversión de capital, lo cual atrae capitales extranjeros, propiciando un desarrollo acelerado sin medir consecuencias; este sector de la sociedad maneja de manera excepcional las reglas del Mercado Internacional, y profesionalizan su labor, se han nutrido de ella mediante programas de estudios, que comprende el adoctrinamiento de la economía de mercado, principalmente de la escuela norteamericana. Estos intelectuales del mercado, han participado en diversos foros, compañías y corporaciones, y se han empoderado del conocimiento del libre mercado, logrando seducir a quienes controlan directamente el Estado. La estrategia era clara, y consistía en generar un proceso de transformación económica y social, que desembocaría en la modernización del país (Quiroga, 1985).

Por otra parte y a pesar de la existencia del apoyo inminente de la clase burguesa, al concebirse una idea comercial/capitalista del Estado, y como tal, éste es garante y organizador de la reproducción de las relaciones sociales capitalistas y no de la clase burguesa (o de una fracción de la misma), en ciertas ocasiones, un régimen burócrata-autoritario puede tomar una vía contraria a los intereses inmediatos de las clases dominantes, para así asegurar a largo plazo la lógica del capitalismo y su posición en el tablero político, por lo que, el problema de la primacía de una racionalidad microeconómica, que lleva a un callejón sin salida al capitalismo, y que genera fricciones en la vida política, se ve superado con una instancia que posee la facultad de ver las jugadas futuras y reconoce el objetivo principal a largo plazo (O’Donnell, 2009: 16).

En definitiva, lo que busca el régimen burócrata-autoritario, es dotar al Estado de autonomía plena o suficiente, para poder adentrarse en los márgenes del capitalismo, en donde prima la estabilidad en el tiempo, y logre mantenerse en el mercado internacional, y sea fundamental a la hora de presentar sus decisiones independientes de intereses particulares. Sin embargo, podemos apreciar de manera clara y lamentable, que estos preceptos quedan en la teoría, pues, si bien en ocasiones no se considera a la burguesía, en el caso Latinoamericano, sí prima el interés del sector dominante, generando una brecha enorme entre los ingresos de los sectores más acomodados de la población, y presencia de altos niveles de apropiación del capital nacional. Dentro de la dinámica del capitalismo, las desigualdades socioeconómicas son consecuencia del funcionamiento eficaz del mercado, y un requisito intrínseco para su reproducción: la desigualdad generada por las diferencias de productividad, capacidad instalada de producción, disponibilidad de capital para inversiones, educación de los trabajadores, entre otros antecedentes.

Cómo distinguimos un Estado burócrata-autoritario de un Estado autoritario.

Para poder distinguir de manera tácita los componentes o situaciones que deben presentarse para poder determinar si un Estado es regido por la perspectiva burocrática-autoritaria, o solo se asienta en el autoritarismo, O’Donnell determina los rasgos que se detallan a continuación:

  1. Un Estado burócrata-autoritario, comprende una estructura de clases subordinada a las fracciones superiores de una burguesía altamente oligopólica y transnacionalizada.
  2.  A nivel institucional, es un conjunto de organizaciones en el que adquieren peso decisivo las especializadas en la coacción, así como las que intentar llevar a cabo la “normalización de la economía”.
  3. Hay presencia de un sistema de exclusión política de un sector popular previamente activado, al que se somete a controles que tienden a eliminar su presencia en la escena política, así como destruir o capturar los recursos que sustentaban dicha acción.
  4. Se lleva a cabo la supresión de la ciudadanía de la democracia política, lo cual se enmarca dentro de la “prohibición de lo popular”.
  5. Siguiendo la línea de la exclusión del sector popular, cobra especial relevancia la exclusión económica de los sectores más pobres, en tanto se promueve una particular normalización de la economía y un patrón de acumulación de capital fuertemente sesgados en beneficio de las grandes unidades oligopólicas de capital privado.
  6. Mayor transnacionalización que entraña un nuevo desborde de la sociedad respecto al ámbito territorial.
  7. Minimización del Estado, como garante del bienestar social.
  8. Hay un intento paulatino y sistemático por la despolitización y despolitizar como tratamiento de cuestiones sociales, sometiéndolas a lo que se proclama como “criterios neutros y objetivos de neutralidad técnica”.
  9.  “El cierre de los canales democráticos de acceso al gobierno, y junto con ellos, de los criterios de representación popular o de clase”. (O’Donnell, 2009).

El caso chileno.

En el año 1973, la economía chilena llegó a un punto crítico, luego de tres años de la implementación del experimento socialista en la Nación, liderado por el Presidente de la República de ese entonces, Salvador Allende. En este periodo, la economía experimentó la caída del Producto Interno Bruto (PIB) de un 14% (la caída más alta registrada por Chile desde la crisis de 1929), lo que, a su vez, generó una inflación anual sobre el 600%. La única cifra que se mantenía plenamente contralada, era la del desempleo, que alcanzaba tan solo el 4,6% de la población, uno de los índices más bajos de la historia de Chile, sin embargo, esto no se condecía con los altos niveles de pobreza a nivel nacional. La tasa de inversión había caído 5 puntos respecto de 1970, y sin duda, el país requería una inyección de medidas eficaces, y un genuino esfuerzo de estabilización (French-Davis; Tapia, 2001).

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