Discriminación hacia el género femenino

En la educación media se produce discriminación hacia el género femenino, debido a las actitudes, las prácticas y capacidades que nos han entregado a lo largo de nuestro proceso educativo.

Desde hace más de 10 años se ha corroborado un alto porcentaje de matrículas del género femenino en el área de la educación, ciencias sociales, humanistas y salud. Esto ocurre dado que las mujeres presentan cierto temor hacia las matemáticas, puesto que existe una brecha de género contra las mujeres en la PSU de matemáticas, lo cual aumenta significativamente en los resultados de esta evaluación.

En los hogares existe una transferencia de conocimientos, actitudes y valores que son entregados por parte de los padres o tutores legales hacia los niños y niñas, durante los primeros años de vida.

Esto podemos evidenciarlo mediante los juegos y juguetes. Puesto que se manifiestan en los resultados de las elecciones de carreras académicas que seleccionan los estudiantes.

Los apoderados de solo un 17% de las niñas, versus 50% de los niños, tenían la expectativa de que sus hijos estudiaran carreras relacionadas con ciencias, tecnologías, ingeniería o matemáticas.

“el sistema escolar se observan estereotipos presentes a edades tempranas que generan en las niñas ansiedad y falta de autoconfianza en matemáticas. Hay estudios sobre Chile que muestran sesgos en las expectativas de los futuros docentes respecto de la capacidad de las niñas para aprender matemáticas, sesgos en contra las niñas en las interacciones profesor-alumno en el aula, un efecto significativo y positivo para las niñas de tener una profesora de matemáticas, debido a la importancia del modelo de roles” (Alejandra Mizala, 6 de junio, 2018).

En 1813 se crea el instituto nacional en Chile con el objetivo de preparar ciudadanos que defiendan, dirijan, hagan florecer y les den honor a la patria, sin embargo, en aquella época, lamentablemente los ciudadanos encargados de dirigir el país eran solo hombres.

Es innegable que gran parte  de esta visión estereotipada de los roles entre hombres y mujeres se ha modificado durante estos últimos años. Los establecimientos educacionales ya no se basan en formar futuras madres de familia, si no en preparar mujeres integras con la capacidad de ingresar a la educación superior y enfrentar a la sociedad que se encuentra en constante cambio, sin embargo aún existen otros estereotipos de géneros que continúan vigentes en la educación.

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