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EL ESTADO MODERNO. EL IUS COMMUNE COMO INSTRUMENTO POLÍTICO.


Enviado por   •  20 de Diciembre de 2015  •  Ensayos  •  1.740 Palabras (7 Páginas)  •  376 Visitas

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PROFESORA: MARIA DOLORES MADRID CRUZ

                                                         ALUMNA: DIANA ALEKSANYAN

EL ESTADO MODERNO. EL IUS COMMUNE COMO INSTRUMENTO POLÍTICO.

En los textos que fueron tratados por los autores como son Miguel Artola, Sánchez-Arcilla, Salustiano de Dios y García Marín, todos y cada uno han tratado introducir algún detalle propio, pero el resultado de sus investigaciones es bastante común. Se  tratan múltiples procesos con el resultado final que sería el Estado moderno. Dando una visión general sobre el derecho que existía tanto en la Monarquía Hispánica  como en  Europa en su conjunto. Todos los autores han hecho un gran trabajo sobre las instituciones y las fuentes del derecho que había desde siglo XIII hasta el siglo XVIII, con visiones historiográficas y políticas, confirmando que la Monarquía absoluta es el tipo de gobierno predominante en Europa y su aparición es el resultado de un desarrollo económico, militar, político.

En el presente trabajo mi objetivo es intentar a razonar sobre los factores que han tenido influencia para la consolidación del Estado Moderno. Tratar de contestar a la pregunta  ¿en qué se diferencia el Estado Moderno de los Estados anteriores? Como también observar la estrecha relación entre el poder real, la Iglesia y el derecho: analizar  el ius commune como instrumento político.

Ante todo decir que la Monarquía es una forma de gobierno muy compleja. Se pueden distinguir características comunes y al mismo tiempo características muy distintas en el sistema, dependiendo del país.

Hablando sobre la Monarquía Hispánica hay que confirmar que  los Reyes Católicos  fueron fundadores de la misma. Debido a que fueron insertadas muchas reformas por parte de los Reyes Católicos (el Consejo Real, la Audiencia y Chancillería y las Contadurías mayores de cuenta y de hacienda, etc.), Sánchez-Arcilla ha calificado el periodo  como el nacimiento del Estado moderno. Sin embargo es todavía pronto hablar sobre el Estado como una organización política.

Centralizando el poder en manos de una persona se habían generado complicaciones para ejercer su autoridad en todos los territorios unificados. Esta fue una de las razones que llevó a dividir las provincias, como también a tener funcionarios que actuaban con su autoridad. Hay que tener siempre presente que en la Baja Edad media y en la Edad moderna el poder político fue encabezado por el Monarca, donde el Rey tiene un carácter divino, hereditario y con poder absoluto.

Actualmente conocemos múltiples definiciones del Estado, tanto  por los autores clásicos como Max Weber, Maquiavelo, Aristóteles, Kelsen, etc. como por los autores contemporáneos.  Si hacemos un análisis de la idea actual del Estado comparándolo con lo que plantean estos autores, sin duda no podemos considerar un Estado, con sus elementos y funciones en conjunto, que  conocemos actualmente. Sin embargo hay que tener presente los hechos cronológicos. Podría afirmarse que con los Estados absolutistas a partir del siglo XVI, comienzan a delinearse los contornos del Estado moderno. En este caso lo que hay que plantear es ¿en qué aspecto era diferente el Estado moderno de los Estados anteriores?

Los cambios más significativos que tal vez fueron los factores más importantes para la consolidación del Estado moderno son: centralización  del poder, un proceso de estatalización de la Iglesia, un cuerpo de oficiales al servicio del Estado, nace la idea de un mercado estatal, unidad del poder, etc.

Antes de aclarar los factores arriba mencionados hay que recordar que a pesar de la diversidad de las formas de la Monarquía absoluta, ésta ha sido una de las formas gubernamentales más cómodas de seguir. Esto, debido su naturaleza divina, tradicional y sin olvidar el componente  importante que es la Iglesia. Desde siempre recordamos la disciplina y obediencia ante la Iglesia, lo que servía como un instrumento para garantizar el orden público.

Como  confirma Sánchez-Arcilla,  desde finales del siglo XV se empezaron a difundir las doctrinas de Maquiavelo, según él había necesidad para la elaboración del “Estado”, como un instrumento para la acción política. Es decir: centralizar todo el poder político en el Estado, el control en todos los ámbitos.

Cuando hablamos sobre el  Estado, así entendido, se desarrolló en paralelo al concepto de soberanía, al cual está íntimamente ligado. Su separación de la Iglesia y de las organizaciones religiosas fue un elemento importante para la formación de la soberanía en el Estado moderno. Analizando el proceso de estatalización de la Iglesia, hay que recordar las ideas de García Marín, el autor resalta la importancia del cambio de las relaciones entre la Iglesia y la política. El cambio se explica con la  necesidad de renovación de Iglesia, en el sentido de purificar y fortalecer la vida religiosa. Sin embargo hay que anotar que este proceso fue un proceso muy complejo y a la vez lento.

Aunque ya sabemos que la concepción teocrática fue un engaño por parte de los juristas medievales para tener el mando del poder, no obstante hay que reconocer su valor como la verdadera continuadora del Imperio Romano.

Como sabemos uno de los factores más destacados es la unidad del poder, la unidad de los países de Europa occidental hacia la común aceptación de los poderes. Teniendo en cuenta que desde la Baja Edad Media se fue desarrollando el ius commune y su práctica se fue extendiendo por todo el territorio europeo, constituyendo una cultura jurídica común para todos estos países.

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