ENSAYO ACERCA DE EL PRINCIPE
nico cruzEnsayo28 de Enero de 2016
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El Príncipe
Si bien es cierto que este es un libro muy controversial, lo es en misma cantidad famoso. Maquiavelo, su autor, es posiblemente uno de los primeros empiristas políticos, y de hecho es el primer pensador que utiliza el término "lo stato" (el Estado) para referirse a los temas públicos y de gobierno. Maquiavelo escribió este libro para Lorenzo de Medici (nieto de Lorenzo el Magnífico), y aunque no se publicó en vida de su autor, ciertamente lo ha transcendido hasta nuestros días. Los temas planteados en el texto podrían quizá parecer evidentes, trillados, si se quiere; pero esto es totalmente errado; es decir, ahora tenemos todos estos conceptos que manejamos con tanta facilidad, gracias a que Maquiavelo los propuso siendo el primero en hablar de todos estos sistemas en una sociedad para la que estos conceptos eran totalmente desconocidos. En este libro no se habla de un "deber ser" si no de un "es" llano y certero; nos presenta aquí una perspectiva de acuerdo a la experiencia o testimonios veraces y crea así una suerte de "manual" donde se explican las cualidades y acciones necesarias para mantener un principado. No se hace solamente un tratado sobre el arte de la política, sino que se habla de sociología –otra ciencia nacida con posterioridad-, la guerra, la naturaleza humana, entre muchos otros factores, y se ha logrado de una forma tan acertada, que aún hoy en día siguen en vigor sus principios. Para Maquiavelo la virtud del príncipe es algo muy complejo de lograr pues este debe tener características poco comunes como ser audaz, generoso y valiente; pero conocer el temor y de ser necesario ser cruel. Habla de jamás cometer injusticias vanas pero habla también de la necesidad de cometerlas si las circunstancias así lo ameritan, en El Príncipe se ha maquinado un complejísimo -y no por esto menos eficiente- sistema de gobierno con cada una de sus posibles variantes.
I
En este capítulo encontramos una suerte de introducción al tema central del que se hablará durante todo el texto; los principados. Se afirma que, para hablar de un Estado o dominación donde se ejerce soberanía sobre los hombres, este debe ser, necesariamente, el ya mencionado principado; o en su defecto una república. Hablando sobre el primero de estos, nos encontramos con que un principado puede ser hereditario (transmitidos dentro de una dinastía) o nuevo. Los nuevos, a su vez, pueden ser tanto enteramente nuevos, como provincias añadidas al estado del príncipe que las ha conquistado. Un dominio adquirido de cualquiera de estas formas cuenta con una sociedad en la que está arraigada la costumbre de vivir bajo la autoridad de un príncipe o vivir en goce de su libertad.
II
Hablando del capítulo segundo, nos encontramos con el tema inmediato a la conquista de un territorio: el gobierno y la conservación de este. Se trata de una cuestión un tanto social, costumbrista, si se quiere , pues se afirma que un Estado hereditario tiene ya , la costumbre de ser gobernado por una dinastía y si este es el caso dado, es suficiente con no alterar el orden establecido por los antecesores del príncipe. Si se sigue la línea de orden preestablecida, difícilmente se perderá el gobierno a no ser que exista una contrariedad muy significativa, y aún si este es el caso, la recuperación de sus dominios se hará totalmente factible en cuanto el usurpador enfrente una contrariedad. Un príncipe que adquiere el poder de esta forma, en la mayoría de casos, tiene razones para ser sino amado por su pueblo y de no existir una circunstancia extraordinaria, no hay motivo para pensar en un cambio en lo que a esto respecta.
III
Introduciéndonos al tema de los principados mixtos, se puede hablar de las mayores dificultades en los principados categorizados como "nuevos"; en primer lugar encontramos a un principado que no es enteramente nuevo, por así decirlo, sino que se encuentra en condición de miembro agregado a un territorio ya existente. Dentro de un principado nuevo, existe una dificultad tangible en todo momento y esta consiste en que los hombres cambian gustosos de señor pues piensan que esto implica una mejora a sus condiciones y es en base a este pensamiento que empuñan armas contra su príncipe; la única forma de entender que esta situación no hace más que empeorar su condición, es mediante la experiencia y esta, se consigue mediante errores. Se habla de un principio moralmente cuestionable pero que sin embargo no deja de tener fundamentos; Maquiavelo, en su obra, asevera que el príncipe encuentra la necesidad de impartir maltratos a sus nuevos subordinados. Claro está que los maltratos mencionados hace apenas un rato vienen de la mano de la conquista misma; encontramos, por ejemplo, guarniciones de soldados establecidas en las tierras conquistadas y otros asuntos de esta índole que conlleva la conquista de un territorio y son siempre injuriosas. Es debido a esto que el príncipe con el asentamiento de su poderío acarrea enemigos que encuentran dichas injurias -y con fundamentos, claramente- innecesarias. Otro punto que se toma en cuenta en cuanto a la ocupación se refiere, es que no se puede mantener la amistad con los que le han ayudado en su contienda para conquistar un territorio. Esto se debe a que no se pueden satisfacer las necesidades como quienes lo apoyaron esperaban al momento de iniciar la invasión.
Al momento de conservar lo conquistado es necesario analizar el territorio conquistado y sus costumbres (entiéndase por esto principalmente región y lengua). En caso de que la región y lengua coincidan, en príncipe se encuentra ante algo relativamente sencillo -sobre todo si el pueblo no está acostumbrado a su libertad aún- Es necesario solamente extinguir la línea de sucesión del príncipe derrocado y en las cuestiones restantes, es necesario conservar las costumbres y condiciones de vida antiguas. De esta forma, sin haber grandes cambios, los súbditos continúan con tranquilidad su vida. Por otro lado, si es otra lengua la que se habla y se difiere en cuanto a costumbres, el conquistador en pos de asegurar sus nuevos dominios, debe desplazarse permanentemente al nuevo territorio y de esta forma ver nacer y prever los desordenes y revueltas mientras la posibilidad de reprimirlos es aún factible. También contamos con la satisfacción de los súbditos debido a que lo tienen cerca y así pueden acudir a él fácilmente. Se genera con esta suerte de "mudanza" la oportunidad de ser amado o temido, de ser necesario. Otra solución propuesta, brillantemente, es crear colonias en puntos clave del nuevo Estado. Estas colonias son creadas en terrenos de gente de escaso poder y no gastan en realidad mucho, esto hace de estos puntos algo factible y además, al verse afectado solamente un pequeño grupo de gente que además tiene poco poder, no perjudica de forma significativa al príncipe. El resto de ocupantes de las tierras se mantienen al margen de problemas pues temen que sus tierras sean incautadas. En contraste, si en lugar de colonias se aplicara la ocupación militar, se genera incomodidad por la presencia de tropas en el pueblo y su ubicación y ciertamente genera muchos más gastos la movilización y alimentación de estos.
En el estado, jamás debe encontrarse alguien de poder equiparable con el príncipe, esto es debido a que quien no esté satisfecho, se le unirá y cualquier inconformidad puede ser razón de una revuelta importante. Es evidente entonces, que el rol del príncipe es el de defender a los menos poderosos y debilitar a quienes poseen más poder dentro de sus territorios. Es de suma importancia que siempre los problemas sean previstos para de esta forma tomar medidas de precaución o, en su defecto, sofocarlos a penas están surgiendo, de otra forma, estos podrían tornarse incurables.
IV
Aquí se especifican dos posibles formas de gobernar, la primera menciona la elección de ministros entre los siervos del príncipe y la otra forma es el gobierno del príncipe con asistencia de la nobleza. El príncipe que gobierna con sus siervos cuenta con mayor autoridad pues en su territorio no existe nadie superior a él, tampoco existe otra persona frente a la cual tengan que responder ni ninguna otra cosa por el estilo. Si se da el caso de que el gobierno comparta parte de su poder con nobles, nos encontramos con que estos nobles tienen estados y súbditos y por tanto tienen poder y gente que les es fiel antes que serlo a alguien más. Esto puede causar complicaciones. En el primer caso resulta más difícil la conquista ya que el apoyo de los ministros será nulo (los ministros le son fieles al príncipe) pues estos son siervos y no existe la posibilidad real de corromperlos. Sin embargo una vez conseguida la victoria, eliminando al príncipe y su linaje, la posibilidad de armar una vez más un ejército es baja debido a que no hay una persona que goce de poder significativo dentro del pueblo. Por otro lado, la ayuda de los nobles puede tornar la conquista algo más sencillo, a pesar de que será mucho más difícil mantenerla; si se da el caso es probable que sea necesario luchar contra quienes te ayudaron en la invasión y en adición lucharás contra quienes has oprimido y es por esto que no es suficiente con eliminar al príncipe y a su linaje, sino también se torna necesario acabar con la nobleza -lo que incluso podría calificarse de utópico- si se pretende hacerlo de forma inmediata.
V
Se pueden enumerar tres formas de mantener el dominio dentro de los Estados que cuentan con leyes propias y están acostumbrados
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