Eficacia De Una Intervención Basada En La Función Para Disminuir La Conducta Ajena A La Tarea Mostrada Para Un Estudiante Con TDAH

Brenna Stahr, Daniella Cushing y Kathleen Lane del Peabody Colleage de la Universidad de Vanderbit y James Fox de la Universidad de East Tennessee State están interesados en estudiar y ayudar a que los estudiantes que padecen de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) tengan éxito en ambientes escolares. Los investigadores informan que la conducta de los estudiantes con TDAH pueden “manifestarse en los salones de clases como dificultad para atender y seguir instrucciones, completar actividades de instrucción y cumplir con las reglas del salón de clases” (Stahr et al.,2006, p.201). Estas manifestaciones, con frecuencia, resultan en que el estudiante se desempeñe de manera eficiente en clase.

Para comprender la conducta y el aprovechamiento de los estudiantes con necesidades especiales, la doctora Stahr y sus colegas realizaron una investigación usando el método de un solo sujeto. Trabajaron con un estudiante llamado “Shawn” (el nombre real se modificó para proteger la identidad del niño y la confidencialidad). Shawn era un estudiante afroamericano de nueve años que recibió educación especial en un salón de clase independiente de cuarto grado. La profesora de Shawn solicitó que éste participara en el estudio “debido al exceso de conductas ajenas a la tarea y de otros comportamientos ansiosos (mecerse, agitarse, tamborilear y enfurruñamiento pronunciado) que, al final, conduce a la conducta perturbadora (es decir, negarse a hacer la tyarea asignada, replicar al profesor y abandonar el área de instrucción asignada)”(Stahr et al., 2006. P.202)

La conducta, como la define el ACP, es la actividad observable en el que el estudiante participa y que es posible registrar y medir por medio de la observación. Una de las ideas claves es que la conducta se modifica con base en sus consecuencias inmediatas. Por lo tanto, si se refuerza una conducta, es más probable que una persona la exhiba en el futuro. Si se castiga una conducta, es menos probable que está se presente en el futuro.

Entonces, los autores del estudio propusieron observar y registrar la conducta de Shawn, explicar las consecuencias que la profesora y la clase proporcionaban a tales conductas y, después, determinar cómo modificar dichas consecuencias con el fin de hacer que su conducta en el salón de clases fuera más conducente al éxito escolar. Para explicar esto, se sirvieron de un procedimiento llamado evaluación funcional. En ella se examina “La Función de la conducta, ya sea para obtener algo preferido o evitar algo indeseado que _una vez identificada_ se usa para informar los esfuerzos de la investigación” (Stahr et al.,2006, p.201).

Con base en los resultados de la evaluación funcional, se desarrolló un sistema de señales que permitía a Shawn comunicarse con la profesora. Se le dio una tarjeta verde, una amarilla y una roja. La verde indicaba a la profesora que se sentía cómodo trabajando por su cuenta y que no necesitaba ayuda. La amarilla era la clave de que se sentía ansioso, pero podía esperar la ayuda de la profesora. La tarjeta roja señalaba que necesitaba ayuda de inmediato. Los investigadores analizaron los resultados del estudio “llevando la cuenta en una hoja de registro pegada en el escritorio de Shawn y se le elogiaba por usar el sistema correctamente. También se le ofrecía un dulce después de cinco usos apropiados. El dulce se incluyó como un reforzador positivo debido a que Shawn había pedido una golosina como reforzador, durante su entrevista de evaluación funcional” (Stahr et al., p. 206).

Los resultados demostraron que “el sistema de reforzamiento proporcionó asistencia positiva del profesor, ayuda adicional para promover la participación en la tarea y el completamiento de la misma, además de reducir las conductas motivas por la evasión y los reforzadores principales en la forma de un dulce. Shawn

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