El Aborto

El aborto, conflicto moral y social

En la actualidad el aborto tiende a ser tomado como un tabú, el solo hecho de mencionar esta palabra causa en la sociedad un gran escándalo y una serie de juicios que se basan en la “ética social”, sin saber cuáles son las situaciones o acontecimientos que llevan a una mujer a tomar esta decisión.

La discusión sobre el aborto ha sido tan trascendental, que hoy en día existen entidades defensoras de este tipo de procedimientos, porque lo consideran una decisión personal y un derecho que cada mujer tiene sobre su cuerpo.

Pero en contraposición están las entidades defensoras de los derechos humanos, quienes afirman que el derecho fundamental de todos, es el derecho a la vida, por lo tanto, consideran el aborto como un asesinato sin sentido y una violación a este derecho; pero esta afirmación, para muchos, tiene pocas bases y argumentos sin peso, considerando que después de aquello que ellos defienden, vienen un sin número de derechos fundamentales que son violados por no practicar este procedimiento que tantas galimatías generan en la sociedad.

Es común escuchar a las personas decir “esa criatura no tiene la culpa de sus errores”, pero muchas veces lo dicen sin tener conocimiento de las realidades en que esa “criatura” se deberá ver envuelto y las necesidades que ha de pasar. A

pesar de ello insisten en querer hacer ver el aborto como algo negativo, que solo perjudica la vida, sino también, el buen visto de la sociedad; exhortan en dar alternativas para que ese nuevo ser, conserve su derecho a la vida en otro escenario diferente a la convivencia con su familia, pero lo hacen aún sin argumentos, porque no solo se debe tener en cuenta el derecho a la vida, sino también el derecho a una familia, el derecho a la dignidad, el derecho a la honra, entre muchos otros que son ignorados al momento de tener este pensamiento tan egoísta.

En el campo de la salud existe una gran complejidad respecto a este tema, debido a los valores y principios a los que se debe estar aferrado.

Los profesionales en la salud siempre deben promover el bienestar biológico, psicológico y social del paciente; por ende, tanta complejidad a la hora de hablar de un tema que abraca tanto desequilibrio en estos niveles.

Según el decreto 4444 de 2006, en el que se habla de los casos en los que aplica la interrupción voluntaria del embarazo de forma legal, se indica que este procedimiento se puede emplear única y exclusivamente si “...la continuación del embarazo constituye peligro para la vida o la salud de la mujer, certificada por un médico; cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida, certificada por un médico; y, cuando el embarazo sea el resultado de una conducta, debidamente denunciada, constitutiva de acceso carnal o acto sexual

sin consentimiento, abusivo o de inseminación artificial o transferencia de óvulo fecundado no consentidas, o de incesto…”; considerando el termino salud como el bienestar biológico, psicológico y social, se da por entendido que si existe riesgo en el bienestar físico, social o mental generado por el embarazo, la interrupción voluntaria es legal.

En Colombia, la mayoría de casos en los que la mujer decide aplicar este procedimiento, persisten los obstáculos, tanto sociales como legales. En la sociedad prevalecen los juicios negativos sobre la decisión que toma la mujer con respecto a la interrupción voluntaria de su embarazo, influyendo en su salud psicológica y su equilibrio social; en cuanto a las barreras legales, el protocolo a seguir es extenso y siempre actúa en contra de la autodeterminación y atenta contra el respeto por el proyecto de vida de la mujer en cuestión.

Un gran porcentaje de casos en los que la mujer desea la interrupción voluntaria del embarazo, abarcan situaciones socio-económicas, interrupciones en el proyecto

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