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El Aborto.


Enviado por   •  17 de Febrero de 2015  •  4.710 Palabras (19 Páginas)  •  151 Visitas

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El Aborto. Argumentos a favor y en contra.

A través del último siglo que trajo consigo muchos de los cambios más significativos en la historia de la humanidad y los hasta entonces inimaginables avances tecnológicos y científicos, cambiando nuestra forma de vida, haciéndola más fácil, así como otros cambios en la sociedad moderna respecto a diversas leyes, una de ellas es sobre el aborto, el cual viola uno de los derechos humanos muy importante y escrito en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el artículo : el derecho a la vida.

EI respeto a la vida es un instinto universal. Según este argumento todas las "personas de bien" saben por instinto que el aborto es la destrucción injustificable de vida humana. Este argumento desconoce y no respeta la postura y los valores éticos de otras religiones que permiten el aborto bajo ciertas circunstancias aunque lo consideren un asunto delicado.

Este tema ha sido muy controversial a través de la historia por su implicación moral, ética y social. . Ha sido prohibido o limitado en diversas sociedades, aunque los abortos continúan siendo comunes incluso donde la presión social o la ley se oponen a ellos.

La palabra aborto proviene del latín abortus, que a su vez deriva del término aborior. Este concepto se utilizaba para referir a lo opuesto a orior, o sea, lo contrario a nacer. Por lo tanto, el aborto es la interrupción del desarrollo del feto durante el embarazo. La Medicina entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada, en el período no viable de su vida intrauterino, es decir, cuando no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. Si esa expulsión del feto se realiza en período viable pero antes del término del embarazo, se denomina parto prematuro, tanto si el feto sobrevive como si muere.

En resumen, el aborto es la muerte del feto por su expulsión, natural o provocada, en cualquier momento de su desarrollo intrauterino, impidiendo asi que nazca un niño. Los abortos en condiciones sanitarias inadecuadas son una causa mayor de mortalidad femenina, representando según la OMS, con 70.000 muertes al año, alrededor del 13% de todas las muertes maternas.

Así que decimos que el aborto en circunstancias naturales no es motivo de castigo puesto que ha sido solo un accidente, un acto del cual no tenemos control y damos nuestro más sentido pésame a las mujeres que han sufrido por estas circunstancias. ¿Pero qué pasa cuando esto no es un accidente y es algo totalmente intencional?

Cuando una mujer siente el deseo de formar una familia y procrear hijos, es decir formarse un futuro junto a una persona ya sea su pareja hombre o mujer y estén casados o no, sus anhelos y aspiraciones son en conjunto con su pareja una decisión en la que juntos enfrentaran los riesgos de cada una de ellas, luchando unidos en contra de las dificultades que pudieran presentarse. Y así en los momentos difíciles que atañen a los dos, tendrán que superar los problemas en equipo, demostrándose mutuo amor y solidaridad para confrontar y mantener la relación estable, la confianza para con el otro deberá ser primordial y habiendo también empatía la solución para cada situación podría mejorar. Si la familia ha estado esperando con ansias la llegada de ese nuevo ser humano, haciendo planes a futuro, creando e ideando metas para el nuevo miembro de la familia, incluso expectativas de vida siendo todo motivo de alegría y parabienes; pero ocurre que ya sea en las primeras semanas o meses suceda un aborto espontaneo, la situación es muy difícil para todos los implicados. Al no ser intencional o electivo no es causa penal o ilegal.

Lo mismo ocurre con los abortos terapéuticos que se justifican interrumpiendo el embarazo con la intención de preservar la vida de la madre quien, en caso de continuar con el embarazo o producirse el nacimiento, podría estar en riesgo de vida. También es necesario por orden del médico cuando él bebe en desarrollo gestacional presenta una enfermedad genética o congénita de gravedad; para la OMS (Organización Mundial de la Salud) este tipo de aborto debe estar regularizado por las leyes en cada país para controlar el número de miles de muertes que ocurren cada año: “Aborto legal para no morir”.

En otros casos los problemas de salud de la madre pueden ser las causantes del aborto; fumar, consumir alcohol, los traumas y el abuso en el consumo de drogas, aumentan las posibilidades de un aborto.

Sin embargo, no ocurre lo mismo en todos los casos en los que probablemente a la mujer embarazada no le produce ninguna emoción el procrear un hijo y más bien sea una experiencia dolorosa o cruel, ya sea por haber sido víctima de un abuso o delito sexual (violación) o incluso cuando la mujer no puede o no quiere mantener a su hijo por razones económicas y sociales; entonces elige tener un aborto.

Se estima que cada año 46 millones de mujeres alrededor del mundo recurren al aborto inducido para terminar con un embarazo no deseado. De ellos, al menos 20 millones son considerados abortos inseguros, es decir, abortos en los que la vida de la mujer suele estar en peligro.

En ocasiones se actúa sobre embarazos de hijos viables, matándolos en el interior de la madre o procurando su muerte después de nacer vivos. Esto no es, médicamente hablando, un aborto, y de hecho muchas legislaciones que se consideran permisivas en la tolerancia del aborto lo prohíben expresamente, porque lo incluyen en la figura del infanticidio. Pero no ocurre así en otros casos, como por ejemplo en España, donde el Código Penal no tiene en cuenta la viabilidad del feto para que se dé el delito de aborto, y, en contrapartida, se puede matar en algunos casos a fetos viables sin recibir ningún castigo penal, al amparo de la legislación vigente precisamente en materia de aborto.

Entonces, ¿cuándo algunos dicen que el niño aun no nacido forma parte del cuerpo de la madre y por tanto ella es la única que puede decidir sobre el destino o vida de su hijo estarán en lo correcto?

Quienes así argumentan no tienen ningún fundamento en absoluto. La realidad demuestra categóricamente que el hijo es un ser por completo distinto de su madre, que se desarrolla y reacciona por su cuenta, aunque la dependencia de su madre sea muy intensa, dependencia que, por cierto, continúa mucho tiempo después del nacimiento. Ni siquiera forman parte del cuerpo de la madre la placenta, el cordón umbilical o el líquido amniótico, sino que estos órganos los ha generado el hijo desde su etapa de cigoto porque le son necesarios para sus primeras fases de desarrollo y los abandona al nacer siendo un hecho biológico incontrovertible

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