El Campo de estudio de la Historia Reciente en Argentina y el mundo: Alcances, problemas teóricos y metodológicos

El Campo de estudio de la Historia Reciente en Argentina y el mundo: Alcances, problemas teóricos y metodológicos.

Prof. Luciano D’Addario.

... la destrucción del pasado, o más bien de los mecanismos

sociales que vinculan la experiencia contemporánea del

individuo con las generaciones anteriores, es uno de los fenómenos

 más característicos y extraños de las postrimerías del siglo XX.

                                                                                            En su mayor parte, los jóvenes, hombres y  mujeres            de este final siglo crecen en una suerte de presente sin

                                                         relación orgánica alguna con el pasado del tiempo en el que viven.

 (E. Hobsbawm, E, 1995:13).

Introducción:

El pasado reciente puede estudiarse desde distintos puntos de vista, tanto de los protagonistas involucrados como de los historiadores que los estudian, entre otras voces, y  su vez, articula y da continuidad a los enfoques, los conceptos y contenidos que corresponden a Historia de 5ºaño.

Nuevas perspectivas de  la historia social implican un retorno a la escena histórica de

los sujetos como actores que tienen capacidad de incidir en la vida social, para conocer las miradas de los sujetos que no tuvieron voz en la historia, sus vivencias,  posiciones,  resistencias,  experiencias de los trabajadores, de las mujeres, de los jóvenes, entre otros. Así, acontecimientos tales como el surgimiento del movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, el Mayo Francés o el movimiento hippie, por ejemplo, son hechos sociales que discutieron fuertemente los costos de las políticas intervencionistas, además de darles voz principalmente a los jóvenes como una nueva categoría política y social y pueden ser abordados desde dos enfoques historiográficos: la Historia Oral y la Historia Reciente^[1].

Historia Reciente: Definición y campo de estudio.

La Historia Reciente, también llamada Historia del Tiempo Presente entre otras tantas denominaciones, es una perspectiva historiográfica nueva, surgida en Europa en los años 70. Aborda el estudio del tiempo pasado cercano al presente. Sin embargo, este segmento temporal se torna sumamente relativo si se considera que la Historia Reciente trata acerca de los hechos traumáticos que dejaron huellas profundas en el proceso social. En líneas generales, en la Argentina, la Historia Reciente trabaja el período de la última dictadura militar y sus consecuencias, y establece estrechos vínculos con la Historia Oral no solo desde lo metodológico sino también desde el punto de vista epistemológico^[2]. La historia reciente se preocupa por las rupturas radicales, las excepcionalidades o desviaciones. Busca dar respuesta a la pregunta ¿cómo fue que fue posible? y por lo tanto su escenario es la guerra, y sus actores, las víctimas y los victimarios.

El campo de producción de conocimiento de la Historia Reciente es Multidisciplinario.  Distintas disciplinas y estudios que producen conocimiento acerca del mismo como la historia, la antropología, el periodismo, la crítica literaria, entre otros,  también  articula voces de varios actores que tienen mucho para decir del pasado reciente como las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS,  sobrevivientes del terrorismo de Estado,  ex combatientes de Malvinas, los exiliados, los artistas, etc.

En cuanto al periodo que esta disciplina abarca, es muy compleja y puede variar según el eje de estudio o las problemáticas que se aborden; sin embargo, existe cierto consenso entre los historiadores al considerar que la Historia Reciente se ocupa de aquellos procesos traumáticos que siguen teniendo impacto o todavía no fueron resueltos en el presente.

Historia y Memoria:

La Historia Reciente, tiene una estrecha relación con la memoria colectiva. En todos los casos,  se desarrolla a partir de un trauma profundo en la sociedad. Podríamos afirmar que en el caso del Atlántico Norte, este tema es el de la Segunda Guerra Mundial y el genocidio. Una cuestión que no abarca sólo a Alemania sino también a las naciones que sufrieron la ocupación nazi y a las actitudes de los ciudadanos de esos países en tales circunstancias. En el Cono Sur, y en particular en Argentina, se desarrolla a partir de la implantación del terrorismo de Estado  llevado a cabo por las distintas dictaduras que se sucedieron en los años ’60 y ’70, las prácticas sociales genocidas y sus consecuencias sobre las sociedades que las han sufrido.

La Historia Reciente se enfrenta al problema de la Memoria. Las memorias pueden ser públicas o privadas, individuales o colectivas, pueden transformarse en desmemorias u olvidos. Estos últimos tienen suma importancia como objeto de estudio ya que los actos de olvido pueden ser organizados tanto por instituciones como por distintos grupos sociales para promover  “amnistías” o supresiones del recuerdo en beneficio de la cohesión social.

Por otra parte, el papel del testigo, la selección de acontecimientos que se guardan y los que no, como también, las formas políticas y los mandatos éticos de la memoria también representan ejes de suma importancia.

En la Argentina, la construcción de la memoria colectiva del pasado dictatorial sigue constituyendo un terreno de lucha debido a las demandas sociales de justicia. A su vez, la Historia Oral acompaña a la Historia Reciente proveyéndola de preguntas, enfoques y métodos de recolección de datos, ocupándose  de rescatar las voces de los dominados, las memorias individuales y colectivas, lo que no está en los documentos y constituye información central para reconstruir las experiencias de vida del pasado reciente^[3].

El auge que en los últimos años ha cobrado la historia reciente tiene que ver con las profundas transformaciones que han afectado al mundo y a nuestras representaciones sociales sobre él   -guerras mundiales, holocaustos y genocidios-, y  la noción de memoria que de estos procesos se desprende, permite trazar un puente entre lo íntimo y lo colectivo, ya que los relatos y sentidos construidos colectivamente pueden influir en las memorias individuales; además, la relación entre historia y memoria radica en que cada una, desde la función que cumple, puede complementar a la otra. En el aspecto testimonial, se recalca el incremento que ha tenido en los últimos tiempos; este es visto como un elemento que permite instalar principios de reparación y de justicia. En cuanto a la demanda social, ella es el resultado de la necesidad de conocimiento, de respuestas y certezas por parte de aquellos implicados, directamente o indirectamente, en los hechos traumáticos recientes^[4].

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