El comercio internacional

EL COMERCIO INTERNACIONAL

Hay muchos incentivos para que un país tenga una economía abierta. Las exportaciones aumentan el tamaño del mercado para los productores. Las importaciones estimulan la competencia en los mercados locales y ofrecen más opciones a los consumidores. Éstas son buenas razones para el comercio internacional. Sin embargo, otra razón importante para comerciar es aprovechar las ventajas. Los economistas hablan de dos tipos de ventajas que una economía puede tener sobre otras: ventaja absoluta y ventaja comparativa.

Una economía tiene una ventaja absoluta cuando puede producir bienes a un costo menor que otras economías, o cuando tiene recursos que otras no tienen. Por ejemplo, los países cálidos del Mediterráneo tienen una ventaja absoluta en la producción de aceite de oliva. Muchos países de Asia tienen una ventaja absoluta en la fabricación de productos electrónicos. Claramente, tiene sentido que los países con ventajas absolutas comercian entre sí.

El segundo tipo de ventaja es la ventaja comparativa. Esto sucede cuando una economía puede producir algo a un costo de oportunidad menor que el de otras economías. Recuerde que el costo de oportunidad de algo es a lo que tiene que renunciar para tenerlo. Por ejemplo, imagina que el país A fabrica dos cosas con sus recursos: ropa y muebles. Si quiere aumentar la producción de ropa, debe disminuir su producción de muebles. Esta pérdida es el costo de oportunidad.

Ahora imagine que el país B también fabrica ropa y muebles, pero produce menos de ambos que el país A. En otras palabras, el país A tiene una ventaja absoluta sobre el país B en ropa y muebles. Sin embargo, el país B puede aumentar su producción de ropa con solo un pequeño costo de oportunidad en muebles. Esto significa que el país B tiene una ventaja comparativa sobre el país A en la producción de ropa. Pero, ¿por qué el país A querría comerciar con el país B? ¿Qué beneficio obtendrían? De hecho, ambos países pueden beneficiarse especializándose. Si el país A produce solo muebles y el país B solo produce ropa, ambos países aprovecharán al máximo sus recursos disponibles. Al comerciar de esta manera, aumenta la producción de ambos productos. A su vez, esto aumenta el bienestar económico de ambos países.

A pesar de todas las ventajas de tener una economía abierta, los países a veces restringen el comercio con otros países. Por ejemplo, los gobiernos pueden cobrar aranceles a las importaciones. Se trata de impuestos que encarecen las importaciones que los productos de producción local. Los gobiernos también pueden restringir la cantidad de importaciones que ingresan al país. Este tipo de restricción se denomina cuota de importación.

 2. TIPOS DE CAMBIO

 El Reino Unido tiene libras, Estados Unidos tiene dólares, Rusia tiene el rublo y México tiene el peso. Casi todos los países tienen su propia moneda. Algunos países de una zona económica comparten una moneda, por ejemplo, los 17 países europeos que comparten el euro, pero esto es bastante raro. Si vivo en un país de la zona euro y quiero comprar algo en el Reino Unido, debo comprarlo con libras esterlinas. Para ello necesito cambiar mis euros por libras. La cantidad de libras que puedo canjear por cada euro depende del tipo de cambio.

Por ejemplo, si el tipo de cambio es 1 £ = 1,50 € y la cámara que quiero comprar vale 100 £, entonces para comprar la cámara debo gastar 100 x 1,5 = 150 €. Del mismo modo, si alguien en el Reino Unido quiere comprar algo de un país de la zona euro, debe cambiar sus libras por euros. La mayoría de los tipos de cambio, sin embargo, no permanecen iguales. Están cambiando todo el tiempo. Imagínese que unos días después el tipo de cambio cambia a 1 £ = 1,45 €. Esto abarataría la cámara. En otras palabras, la libra se ha debilitado frente al euro y el euro se ha fortalecido frente a la libra.

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