El mundo sin dinero

El mundo sin dinero

Por: Carlos Munevar

La humanidad ha destacado por su capacidad intelectual y su forma de ver su entorno como una oportunidad de crecimiento es esto lo que nos ha generado la necesidad de acabar el dinero y evolucionar hacia un entorno de comercio basado en el valor de las cosas de manera subjetiva, dejando abierta la ventana de un libre comercio sin la intervención centralizada de los diferentes gobiernos.

Hoy en día esta afirmación sería prácticamente irracional, pero contextualizándonos en el supuesto que “No hubiese dinero”, las diferentes potencias industriales verían mermado su desarrollo económico, su participación en el dominio geopolítico seria casi nulo, la incertidumbre se apoderaría de los diferentes segmentos económicos, lo que a su vez generaría una reacción en cadena que afectaría directamente en los estilos de vida de estas sociedades, por lo cual la industria frenaría sus producciones y remitiría directamente a los humanos a saciar sus necesidades de una u otra forma. Lo anterior deriva en dos posibles escenarios, el primero es que sin dinero la gente entraría en pánico el placebo que genera un billete en el bolsillo y la ausencia del mismo afecta directamente la condición emocional de las poblaciones, por lo cual este primer escenario nos plantea una violencia desmedida, en el segundo escenario más optimista, esto desconectaría la dependencia de este efecto y haría que busquemos nuevas formas de comercializar, la ausencia de dinero nos haría más conscientes de las oportunidades en el entorno, nos obligaría a desarrollar habilidades que el dinero nos ha quitado.

Fuera de la especulación la ausencia de dinero es un punto de inflexión en el desarrollo humano, propongo un escenario, la ausencia de dinero en un hombre le obliga a sobrevivir renunciando a su dignidad, ¿Pero si en el mundo el status no estuviese medido por el valor del dinero?, ¿Qué pasaría con Jeff Bezos, Mark Zuckerberg o Bill Gates?, ¿Aun serian grandes?, el volumen de dinero hoy en día mide el éxito. Pero sin él ellos aun serian grandes porque sus ideas han revolucionado la forma en la que conectamos y comerciamos con el mundo, gracias a sus aportes estaríamos ante una revolución tecnológica donde las interacciones conectarían la forma de comerciar, para llegar a este punto tuvieron que tener los recursos, pero probablemente sin dinero hubieran desarrollado las comunidades de apoyo y desarrollo donde entre muchos con ideas afines y recursos varios hubiesen desarrollado los proyectos que hoy en día nos conectan.

La dependencia del dinero nos hizo irracionales hoy en día vislumbrar un mundo sin dinero nos hace desconfiados, desleales y aflora los bajos instintos, porque resulta ser un bien necesario y dimos el estatus de poder al dinero, como sociedad hemos fallado en el manejo de la riqueza, porque hemos favorecido este modelo descontrolado de consumo, que favorece a pocos y descapitalizada a muchos, en esencia esta es la consecuencia pero el placer que causa el adquirir un bien sin importar el dinero a invertir es algo que compensa y camufla esta consecuencia, nos hace parte de un circulo continuo y hasta en cierta forma vicioso que nos vuelve adictos del consumo, pero que no deja de ser una ilusión cumplida, lo que conlleva a pensar que aquella afirmación que dicta “Que el dinero no compra la felicidad” es falsa porque aunque no la compra de manera tangible, nadie podrá negar aquella sonrisa que se gesta por la adquisición de un nuevo artículo o aquella emoción que nos crea el ver la sonrisa de nuestros seres queridos recibiendo un detalle, o las experiencias y alegrías que adquirimos en un viaje producto del dinero adquirido.

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