El plagio positivo
Martin Bautista GuzmanTrabajo30 de Agosto de 2019
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El plagio positivo.
Se considera plagio el copiar en lo sustancial obras de otra persona y hacerlas pasar como propias, pero, ¿Es el plagio un acto egocéntrico, una forma de llamar la atención?
Se ha acusado a muchas personas de plagiar pinturas, piezas musicales, libros, etc. Con normalidad se habla acerca del plagio como la copia indiscriminada de una obra que se hace pasar como propia con el fin de obtener algún beneficio del acto. Se acusa a aquellos que plagian de faltos de imaginación o creatividad.
Pero pensando más detenidamente ¿no todo aquello que hacemos o pensamos es un plagio en cierta medida de lo que observamos a nuestro alrededor? Pensemos un poco; ¿Realmente alguna persona ha desarrollado algo a partir de la nada, sin conocimiento? Y ¿De dónde vienen esos conocimientos?
Pues, en su mayoría las cosas que sabemos fueron aprendidas gracias a la imitación de lo que leemos, de lo que escuchamos, de lo que nos enseñan, todo esto se fusiona con las ideas que nos rodean, los comportamientos que imitamos, las formas que copiamos. Todo el conocimiento de las personas se construye a través de pequeños robos. Las personas toman diferentes ideas y las mezclan con aquellos conocimientos que han adquirido en sus vidas, aquellos plagios, el conocimiento que se han tomado como propio sin ser de nuestra entera creación. Es de esta mezcla de ideas de las que la sociedad se nutre para crecer.
¿Cuál es la diferencia entre copiar, imitar y plagiar? Según la real academia española RAE por sus siglas en español, copiar es realizar una obra que reproduzca fielmente a la original; plagiar es copiar obras ajenas y hacerlas pasar como propias; e imitar es reproducir algo a semejanza de otra cosa.
Básicamente la diferencia más importante entre estas dos y el plagio es la intención con que se efectúa. Mientras el copiar se hace sin motivo de lucro o fama, el plagio se hace con una única intención de generar en quien la efectúa el reconocimiento que pertenece a alguien más, es algo egocéntrico, algo destructivo.
Pero si analizamos bien la mayoría de nuestros comportamientos están enfocados en generar aceptación con quienes nos rodean, por más aislados que nos podamos o queramos sentir siempre hay un grupo, un circulo, una cultura de la que nos sentimos propios en la que desearíamos encajar y sobresalir. Y la imitación de las costumbres de estos grupos a los que queremos acceder es lo que nos permite formar parte de ellos.
Pensemos en el primer humano que aprendió a silbar, o el primero que creo ritmos con dos piedras y que a su vez lo hacía porque imitaba el comportamiento de otro animal o intento recrear un sonido aleatorio que se cruzó por su camino y le resulto de lo más atractivo. Todos ellos crearon algo a partir del plagio, tomaron algo que no les pertenecía y lo hicieron propio. Después se lo regalaron a los individuos con quienes convivían.
Tal vez resulta muy atrevido decir que el plagio es realmente la base de la sociedad, pero es que la línea que lo divide de la imitación es tal delgada que solo las leyes son capaces de diferencias entre una y otra. Recordemos la definición del principio de este ensayo; el plagio es copiar en lo sustancial obras de otra persona y hacerlas pasar como propias. Pero si tomamos referencia en la historia la mayoría de los grandes pensadores, músicos, matemáticos formularon ideas a partir de obras de otras personas y es esta riqueza de ideas sumadas lo que nos vuelve más avanzados, más complejos.
A donde llegamos con todo esto, bueno pues a estas alturas de la historia humana después de 200.000 años de vivir en esta nave espacial biológica que conocemos como tierra, todo aquello que hacemos es un plagio que la sociedad en secreto acepta como imitación; desde el idioma que se aprende por medio de un duro sistema de imitación; hasta las más sencillas costumbres de nuestro círculo familiar y social; la imitación, la copia y el plagio no son actos egocéntricos que comete un individuo para sobresalir del resto sino herramientas que la humanidad usa para alcanzar picos más altos en el entendimiento de lo que lo rodea. Para perfeccionar lo que ya sabe.
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